«A mi amor con mi amor», México llora la partida de Armando Manzanero

La artista visual y curadora mexicana Maria Luisa de Villa evoca la figura del cantante y compositor Armando Manzanero, fallecido el pasado mes de diciembre.

Armando Manzanero
Armando Manzanero murió a los 86 años de edad el pasado 28 de diciembre.

México y el mundo entero lloramos la partida del ícono del género popular del bolero y la balada Armando Manzanero, que falleció a los 86 años de edad el pasado 28 de diciembre. Su vida cobrada por la pandemia de la Covid-19, de la que meses antes el maestro Manzanero dijo “ser síntoma del enojo de la tierra para con nosotros los humanos, que había llegado para quedarse, y tendríamos que aprender a vivir con este virus como vivimos con la gripe”.

De abuelos hablantes del maya peninsular y padre músico trovador y guitarrista, Manzanero amó a la vida y a su patria chica de Yucatán, tierra de los creadores de la gran civilización maya y del movimiento musical de la trova yucateca y compositores como Guty Cárdenas.

El Museo de la Canción Yucateca en Mérida dedica una sala a Armando Manzanero por su inspiración y gran éxito dentro y mas tarde independiente de los clásicos de la trova yucateca, cuyos orígenes nos dice el maestro Manzanero, se encuentran en Cuba. Era común verlo vestido con guayabera blanca y fino sombrero de ala tejido de palma jipi estilo “Panamá”. Era gran conversador, amigo y conocedor de la buena comida, para lo cual frecuentaba restaurantes como «El Cardenal» en la ciudad de México.

Hombre sencillo, sin embargo, sus memorables comentarios, anécdotas y frases que acuña durante su larga y fértil trayectoria y por seguro su lírica, lo hacen un hombre de sabio y creativo pensamiento, enamorado del amor y las  cosas simples y bellas de la vida.

Tocaba la guitarra desde muy niño, pero gracias al trueque de una máquina de coser por un piano que hizo su madre, empezó a tocar el piano, instrumento que lo acompañó para el resto de su vida y con el que compone su primera canción a los 17 años. No fue de fiestas ni desveladas bohemias, ni derroches ni cosas monumentales, ícono de la expresión popular, Manzanero fue siempre un hombre disciplinado y sencillo que sabia de la brevedad y el tiempo de calidad, que comulgaba con la sabiduría de ser simple para ser grande.

Solía decir que la sencillez es parte del talento y la inteligencia, y que “toda música tiene su tiempo, su época, que solo hay dos clases de música, la buena y la mala, la que cumple con el brillo y desaparece, y la que se sacude el polvo y se queda”, frase que nos recuerda entre otros, al maestro pintor Gilberto Aceves Humana, quien comentaba lo mismo del arte de la pintura.

Manzanero decía trabajar todo el tiempo, “hasta cuando duermo”.  Con pocas palabras y en términos sencillos, tiene la capacidad para decirnos cosas hermosas y profundas como también eróticas, nos enseña que “se nace el día en que se conoce el amor”, queel color del cielo puede ser tan bello como el de tu cabello”, que hay queapagar la luz para pensar en el amor.  

Se decía ser producto del ambiente sano y bello en el que se crió: el canto del mar y el aire puro de su natal Yucatán, cuna de poetas, artistas y artesanos y una gastronomía muy fina. Compositor elegante, por sus formas sencillas de expresarse, Manzanero decía solo llevarse con los buenos compositores, amar la música y todo lo que le rodeaba, el no hace canciones de laboratorio, a el le nace lo que escribe.

Compositor elegante, por sus formas sencillas de expresarse, Manzanero decía solo llevarse con los buenos compositores, amar la música y todo lo que le rodeaba, el no hace canciones de laboratorio, a el le nace lo que escribe.

El rey del bolero, como también se le conocía, era un hombre hermoso, sensible y tierno, de baja estatura pero enormes dimensiones espirituales, con una simpatía contagiosa y singular ingenio y enorme corazón que latía de amor, amor por la vida, la música y su pueblo, “A mis 78 años, mi corazón late mas fuerte”. Sabia reírse hasta de si mismo, decía que sentado al piano se sentía mas cómodo, pues desaparecía. Le cantó al amor, motor de la vida, a las mujeres, a los enamorados, se caso cinco veces y se decía eternamente enamorado.

Su lírica poética nos habla del amor que no se compra ni se arrebata, el amor que nos deja “ver la luz del otro lado de la luna” pero, también del dolor del desamor o la pérdida del ser amado, del que nos da cuenta en sus canciones: “No” o en “Te extraño”, “como se extraña las noches sin estrellas, como los arboles extrañan el otoño, en cada momento que estoy viviendo a diario, no estar contigo me hace daño, porque te siento como algo mío, con toditos tus errores, por lo que quieras mas, pero te extraño”.

En las décadas de los 60 y 70,  descubríamos la adolescencia al ritmo de sus boleros románticos como Adoro», «Somos novios», «Cuando estoy contigo», «Contigo aprendí”…. Y si, con el, le cantamos al amor y enamorados aprendimos a ver una semana con mas de 7 días. Como muchos, me encuentro en sus canciones “Adoro o “Esta tarde vi llover, especie de himnos a la gran urbe de ciudad de México y amor por sus calles y todo lo que nos dicen, lugares que igual yo adoro y donde alguna vez  con el novio, vimos gente correr aquella tarde lluviosa, resguardándonos bajo los fresnos del Paseo de la Reforma, en la recién nombrada Zona Rosa por el maestro pintor José Luis Cuevas.

Conservo su primer álbum ahora histórico LP de la RCA Víctor lanzado en 1968, con la portada  color azul y la imagen de su mejor amigo, el gran piano negro de cola, titulado: “A mi amor…con mi amor, cuyas canciones son de las mas exitosas que compuso. Gustaba de hacer duetos y ambos, el maestro Manzanero y el cantante y gran intérprete de sus canciones Luis Miguel, a quien disparó en su carrera, rescataron el género del bolero para la contemporaneidad.

De ahí, que muchos cantantes en el mundo interpretan sus canciones en español, inglés, chino, coreano, francés, alemán, italiano entre otros idiomas, cantantes de la talla de Plácido Domingo, Andrea Bocelli y Verónica Cangemi, así como afamados interpretes del género popular como: Charles Aznavour, Elvis Presley, Frank Sinatra, Maria Dolores Pradera, Daniela Romo, Miguel Bosé, Vikki Carr, Pedro Vargas, José José, Lucho Gatica, Susana Zavaleta, Rodrigo de la Cadena, o José Alfredo Jiménez entre muchos más.

Fue galardonado con todos los premios otorgados a músicos compositores, compuso unas 800  melodías y fue un grande de la armonía, los medios tonos y la oración poética.

Fue galardonado con todos los premios otorgados a músicos compositores, compuso unas 800  melodías y fue un grande de la armonía, los medios tonos y la oración poética. Su música ha tenido un jalón y éxito enorme, además de ser excelente arreglista y director musical, productor, empresario, y como líder, presidio la Sociedad De Autores y Compositores de México y fue gran defensor de los derechos de autor de músicos compositores.

Es vigente, se separa de la trova tradicional y como las alas de colibrí, ave con la cual se le identifica, nunca estuvo quieto su genio creativo. El escritor Carlos Monsiváis nos dice que, “Manzanero hace del trabajo constante su fuente de inspiración, de la inspiración uno más de sus recursos estilísticos, de los tres o cuatro minutos de cada canción el paisaje donde la melodía compleja y las frases sencillas hacen inevitable el enamoramiento del amor”.  

Manzanero decía que el bolero era la antesala de la cama, “nos amamos, nos besamos, nos deseamos como novios.

Manzanero decía que el bolero era la antesala de la cama, “nos amamos, nos besamos, nos deseamos como novios, y que su gran amigo el gigante de las letras, Gabriel García Márquez, “admiraba a los compositores pues a diferencia del escritor que tiene que recurrir al libro para contar una historia, el compositor puede cantarla en tan solo 36 comparsas”.

Es un mito en la historia del bolero y quizá, su aporte mas grande, aún más que la música hermosa de sus canciones, fueron sus palabras que nos hablan de la gran capacidad de amar del ser humano, en términos sencillos y poéticos, nos cuentan bellas historias de amor que nos hacen vibrar, amor a la vida, a los demás y al ser eternamente enamorado.

En estos tiempos inciertos en los que luchamos por contener una de las mas fuertes pandemias de la humanidad, tiempos en que la gente desvía la mirada y teme ver de frente, Manzanero nos dice que hay que hay que mirarnos a los ojos y abrazarnos con el corazón y vivir y disfrutar intensamente todos los instantes con el ser amado.

“Nos hizo falta el tiempo”, “el tiempo de caminar la lluvia, andar en una playa, dedicarse a la locura para inventar una aventura, descubrir lo que hay en tus ojos, convencerte que eras tu mi vida entera, que de blanco te vistieras y en verdad me conocieras, nos hizo falta tiempo por vivir.  Nos dice que hay que amarnos, amarnos con pasión y con el romance de ensueño que construye historias de amor. La historia de Armando Manzanero, ha sido una muy bella historia de amor que vivirá en sus canciones inmortales, y cada vez que las escuchamos y cantamos, allí estará el maestro del bolero y del amor.

Compositor de un primer éxito: “Voy a apagar la luzque compuso para Lucho Gatica en 1956, Manzanero nos deja un legado considerado como inmensurable por uno de sus mas cercanos amigos e interpretes, Rodrigo de la Cadena, cantautor, conductor de radio y televisión y fundador del Instituto del Bolero en México con miras a la inclusión del bolero como patrimonio cultural inmaterial ante la UNESCO.

La historia de Armando Manzanero, ha sido una muy bella historia de amor que vivirá en sus canciones inmortales, y cada vez que las escuchamos y cantamos, allí estará el maestro del bolero y del amor.

Precisamente, uno de los homenajes mas bellos y emotivos que al día de hoy despide cantando a Manzanero y que nos permite a todos participar en un duelo colectivo, es el que hace Rodrigo, “Al señor del amor”, con quien tuvo el privilegio de grabar su ultima canción “Este tiempo” esta dedicado al amor en tiempos de la pandemia, la que irónicamente, termina con su vida. “Este tiempo, conocí donde navegan las verdades, aprendí a conocerte y en cada hora, cada instante, aprendí a estar contigo”.

Por las limitaciones de nuestros tiempos, Armando Manzanero, quien aún tenía mucho que dar, no será despedido con grandes discursos desde el palacio de Bellas Artes en Ciudad de México como es la tradición despedir a nuestros grandes. Sin embargo, los tiempos de Dios que son sabios, hacen que el duelo de todos los mexicanos y todo el mundo se vea y sienta amorosa y sencillamente unido, en sus canciones que en estos días, se han estado escuchando en cada instante y momento por todas partes del mundo para despedirlo cantando.  

Armando Manzanero quería ser recordado como lo que fue: “un loco precioso de muchos y buenos amigos, que vivió bonito, que camino y trascendió por la naturalidad, la normalidad, un regalado de Dios, que supo amar, que creyó en el amor y que hizo del amor una canción, un himno, un ciudadano yucateco cuyo mayor orgullo fue ser mexicano”.  Gracias por tu inspiración, tu música y las historias de amor que nos diste, kualli ohtli, ma’alob beh, buen camino maestro hermoso!


Artista visual y curadora, Maria Luisa de Villa, es maestra en artes por la UNAM y una fuerza en la diáspora cultural mexicana. Su obra rinde homenaje a la flora, reflejando un sentido de lugar y un mensaje oportuno en el siglo 21: el frágil balance entre el ser humano y la naturaleza. Desde el arte, explora el tejido asociativo de la cultura y colabora con artistas internacionales y artesanos indigenas mexicanos, imparte conversatorios y escribe sobre las artes y cultura de México. Su trayectoria incluye mas de 100 exposiciones individuales y colectivas en museos y espacios internacionales y es becaria de: The Canada Council for the Arts, Ontario Arts Council, Toronto Arts Council, York University, Canadian Heritage, Foreign Affairs Canada y Art Gallery of Sudbury.

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