La Policía de Toronto, en el punto de mira por un informe que la acusa de actuar de forma racista

La Comisión de Derechos Humanos de Ontario ha hecho público un polémico informe en el que señala la gran desproporción existente entre el porcentaje de población negra en Toronto y el número de casos en los que personas de esta raza se ven envueltas en situaciones de violencia, a menudo letal, con la Policía.

Renu Mandhane, jefa de la Comisión de Derechos Humanos de Ontario (OHCR), durante la presentación del informe. Imagen: OHCR / YouTube

Una persona de raza negra tiene 20 veces más posibilidades de ser disparada y morir en un encuentro con la Policía de Toronto que una de raza blanca, según las conclusiones de un informe provisional de la Comisión de Derechos Humanos de Ontario (OHRC). El informe, presentado esta semana por la comisionada jefe de la institución, Renu Mandhane, pone el punto de mira sobre la discriminación racial en las actuaciones policiales, un problema que recibe cada vez más visibilidad en Estados Unidos, pero que, según los autores del análisis, es también real en Canadá.

La Comisión denuncia que las personas de raza negra aparecen envueltas en actuaciones violentas de la policía en un porcentaje mucho mayor del que correspondería a su peso demográfico. Estas actuaciones incluyen el uso de la fuerza, con un 28,8% de los casos, tiroteos (36%), situaciones que acaban con la muerte de la persona involucrada (61,5%) y tiroteos mortales (70%). La población negra en Toronto constituye, sin embargo, tan solo el 8,8% del total.

«Los resultados provisionales [del informe] son alarmantes y requieren acciones inmediatas», dijo Mandhane. El estudio, titulado A Collective Impact (Un impacto colectivo) analiza los datos de la Unidad de Investigaciones Especiales (SIU, por sus siglas en inglés), pertenecientes a dos periodos, entre los años 2000 y 2006, y entre 2013 y 2017, en un análisis que ha sido dirigido por el profesor Scott Woretley, un criminólogo de la Universidad de Toronto. Los porcentajes mencionados corresponden a un total de 244 casos registrados entre 2013 y 2017.

El informe de la OHRC también encontró que más personas blancas portaban armas en casos de uso de la fuerza de la policía, y que las personas blancas supuestamente amenazaron o atacaron a la policía con más frecuencia que las personas negras. En tiroteos con la policía, el 20% de los blancos portaban armas, en comparación con el 11,1% de los civiles negros.

La Policía de Toronto respondió al informe señalando que ninguna organización es «inmune a los prejuicios explícitos e implícitos», y que está trabajando activamente para abordar estos problemas. No obstante, también planteó, de forma indirecta, sus preocupaciones sobre la legitimidad de los resultados.

«Pueden plantearse dudas sobre el enfoque, la metodología y las bases estadísticas de este informe, y es importante que todas estas cuestiones se examinen para garantizar un análisis más completo y justo», indicó en un comunciado la Junta de Servicios de la Policía de Toronto, que insistió asimismo en su compromiso de «hacerlo aún mejor» en la lucha contra la discriminación. «Llevamos varios años trabajando para enfrentarnos mejor a estos desafíos», señala.

Uno de los aspectos más polémicos tiene que ver con la petición  de la OHCR de que la Policía de Toronto reconozca las disparidades raciales y las experiencias de la comunidad descritas en su informe. En este sentido, la Comisión quiere que la Junta de Servicios de la Policía de Toronto exija a los oficiales que comiencen a recopilar y reportar públicamente datos basados en la raza.

La Policía de Toronto dijo que estudiará las recomendaciones, pero agregó que la recopilación de datos basados en la raza requiere un examen más detenido por parte de su panel asesor contra el racismo. «Este trabajo considerará las preocupaciones legítimas que rodean el impacto de la recopilación de datos basados en la raza en las interacciones entre la policía y los miembros de las comunidades de Toronto, y buscará recopilar estos datos de manera que fortalezca nuestra conexión con las comunidades a las que servimos», indicó.

Los críticos con el informe de la OHCR acusan al análisis de estar descontextualizado, y recuerdan que los índices de criminalidad son mayores en determinados barrios y zonas de Toronto. El informe, no obstante, destaca que la marginación social y política que sufren estas áreas de la ciudad es, pecisamente, una parte fundamental del problema.

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