Trabajar en Tim Hortons no es la mejor manera de hacerse rico (salario mínimo), pero al menos, y dependiendo del restaurante donde se trabaje, los empleados pueden tener acceso a algunos modestos beneficios: propinas (escasas), tiempos de descanso remunerados, ayudas médicas, etc. Hasta ahora… Como respuesta al incremento del salario mínimo que entró en vigor en Ontario el pasado día 1 (de 11,60 a 14 dólares la hora para llegar, de forma escalonada, hasta 15), algunos locales de la cadena en esta provincia (en torno a una docena) han decidido acabar con estos ‘extras’.
La medida no ha sido adoptada de forma generalizada. Se trata, como explican desde la propia empresa, de decisiones unilaterales, tomadas, por iniciativa propia, por los dueños de algunas franquicias, que son quienes deciden, de acuerdo con lo estipulado por la Ley, los salarios y beneficios de sus empleados.
Pero los dueños argumentan que la presión que ejerce la firma sobre sus resultados (gastos y beneficios) no les ha dejado otra opción, y señalan asimismo que no pueden compensar el gasto adicional que suponen los nuevos salarios subiendo los precios de los productos, ya que la empresa no lo permite.
Una de las franquicias que ha decidido recortar los beneficios de sus trabajadores tras el incremento del salario mínimo es la localizada en la calle Division de Cobourg, Ontario, a unos 115 kilómetros de Toronto. El local tiene un gran valor simbólico, ya que está regentado por Ron Joyce Jr. y Jeri-Lynn Horton-Joyce, hijos, respectivamente, de los cofundadores de la cadena, Ron Joyce y el fallecido Tim Horton. Se trata del caso que ha tenido más presencia en los medios estos días, después de que se publicara una carta de los dueños en la que se informaba a los empleados de las nuevas medidas.
En la carta recibida por los trabajadores de esta franquicia, los dueños señalan, entre otras disposiciones, que las pausas en el trabajo dejarán de estar pagadas, o que los turnos de 9 horas se pagarán a partir de ahora como turnos de 8 horas y 20 minutos. «Estos cambios se deben al incremento a 14 dólares la hora en el salario mínimo en vigor desde el 1 de enero de 2018, y a 15 dólares la hora a partir del 1 de enero de 2019, así como a la falta de apoyo o ayudas financieras por parte de nuestra oficina central y del Gobierno», indican.
Los empleados no sindicalizados están cubiertos en Ontario por la Employment Standards Act, que no obliga a los empleadores a proporcionar a sus trabajadores descansos, aparte de la pausa de la comida. Esta pausa para comer no está pagada por ley, salvo que así se estipule en el contrato.
Con respecto a los beneficios médicos y dentales, el documento indica asimismo que a partir de ahora los empleados con más de cinco años de servicio deberán pagar el 50% de su coste, un porcentaje que se eleva hasta el 75% para los trabajadores con entre seis meses y cinco años de antigüedad.
Protestas
En un sector en el que, pese a su precariedad, no son muy frecuentes las protestas laborales (por la escasa presencia de los sindicatos, y porque, entre otras razones, muchos de los empleados son jóvenes que solo buscan una ocupación temporal, o inmigrantes con difícil acceso a mejores oportunidades en el mercado de trabajo), estos recortes parecen haber hecho saltar la señal de alarma.
Este miércoles se han sucedido manifestaciones de repulsa frente a locales de la cadena en varios puntos de Ontario, en las que activistas, representantes de sindicatos y empleados han exigido a las franquicias que han optado por ‘compensar’ la subida del salario mínimo que den marcha atrás. Entre las localidades en las que había convocadas protestas se encuentran Toronto, Whitby, London, Guelph, Ottawa, Peterborough, Windsor, Dundas y la propia Cobourg.
Las reacciones, de hecho, comenzaron ya hace unos días en las redes sociales, con una campaña en la que, bajo la etiqueta #NoTimmiesTuesday, se hacía un llamamiento a boicotear los restaurantes de la cadena: «El martes ve a una cafetería independiente o hazte tu propio café. Haz saber a Tim Hortons que despojar de sus beneficios a sus trabajadores no está bien». Este miércoles, la página de la empresa en Facebook estaba llena de comentarios negativos dejados, en muchos casos, por clientes.
En un comunicado oficial hecho público por Tim Hortons, la empresa insiste en que estos recortes «no reflejan los valores de nuestra marca, el punto de vista de nuestra compañía, o el de la abrumadora mayoría de los dueños de los restaurantes», al tiempo que califica las medidas adoptadas por algunas franquicias de «imprudentes y totalmente inaceptables».
«Los dueños de nuestros locales en todo el país saben que sus empleados [‘team members’, en la jerga de la empresa] son el corazón de sus restaurantes. Tienen una gran relación con nuestros clientes, a los que proporcionan el increíble servicio por el que es conocida nuestra marca […]. Es importante reconocer esto ofreciéndoles una experiencia laboral justa y satisfactoria, algo que es, además, lo correcto», añade la nota.
La compañía ha dejado claro, pues, que no aprueba las medidas adoptadas por algunas de sus franquicias, pero, de momento, no dicho si piensa hacer algo para evitarlas o corregirlas.
La empresa madre de Tim Hortons es Restaurant Brands International, dueña asimismo de Burger King. La compañía obtuvo en 2016 un beneficio neto de 345,6 millones de dólares estadounidenses, frente a los 103,9 millones del año anterior, con unos ingresos de 4.145,8 millones.