El escritor español Javier Cercas recibirá oficialmente este domingo el Premio Azul 2021 que otorga Blue Metropolis, el festival literario internacional de Montreal. El premio es patrocinado por Ginny Stikeman y se concede anualmente al autor de una obra literaria que haya contribuido a la promoción del español y la cultura hispana en el mundo. Este galardón es uno de los reconocimientos más prestigiosos que se otorgan a la literatura hispana en Canadá y su éxito se debe en gran parte al incansable trabajo de promoción y curaduría que la periodista y docente Ingrid Bejerman lleva a cabo año tras año en su rol de programadora del festival. Los ganadores anteriores del Premio Azul han sido Gioconda Belli (2020), Claudia Piñeiro (2019), Leila Guerriero (2018), Francisco Goldman (2017), Valeria Luiselli (2016), Luis Alberto Urrea (2015), Junot Díaz (2014) y Sergio Ramírez (2013).
He tenido el honor de conversar con Javier Cercas en una larga entrevista en la que el autor español despliega la astucia y la inteligencia que lo han convertido en uno de los referentes del campo literario internacional. Comenzamos hablando de dos novelas que llaman la atención por su desterritorialización: El inquilino (1989) y La velocidad de la luz (2005). En ambas novelas vemos a personajes descubriendo el mundo académico de los Estados Unidos, un espacio que no necesariamente se asocia con los territorios concretos de España y Cataluña, ni con el territorio simbólico de la Guerra Civil española, el cual se ha convertido en el gran tema del autor. Sin embargo, la academia norteamericana es un espacio que Javier Cercas conoce bien, pues durante un tiempo lo ocupó dando clases y estudiando en la Universidad de Illinois. Al iniciar la entrevista, Javier Cercas habló de su relación con América del Norte y sobre la reinvención de su propia identidad, producto del viaje transatlántico, un fenómeno compartido con tantos escritores en tantos momentos de la historia, en los que la distancia con el país de origen cataliza un nuevo entendimiento del pasado tanto personal como histórico; un viaje que inventa, si se quiere, o que reconstruye la noción del ser.
Hablamos también de los llamados relatos reales, un tipo de literatura que caracteriza gran parte de su obra y en los que la ficción, el periodismo, la crónica y la historia convergen. Se trata de textos en los que domina la realidad (eventos, personajes, momentos históricos) sin que se establezca una frontera clara entre lo real y lo imaginado. Los relatos reales son espacios de cruce —como lo son todos los espacios de la literatura — pero a los que Javier Cercas ha dotado de una voz particular, de un estilo único y de una claridad devastadora para entender el pasado.
Existe en Javier Cercas una preciosa obsesión por entender la historia sin miedo, por explorar el pasado y el presente sin censura, y por dejar en claro la diferencia fundamental que existe entre entender y justificar. Javier Cercas busca en su literatura entender el por qué del pasado, el por qué personajes como Rafael Sánchez Mazas (Soldados de Salamina, 2001), Antonio Tejero (Anatomía de un instante, 2009), Enric Marco (El impostor, 2014), o Manuel Mena (El monarca de las sombras, 2017), hicieron lo que hicieron; no para justificarlos, sino para evitar repetir los mismos errores que ellos: para evitar idealizar de nuevo el fascismo, o atentar nuevamente contra la democracia, o engañar a todos con un pasado falsamente heroico, o tomar un fusil e ir a matar al vecino. A través de su literatura, Javier Cercas nos ha hecho entender las terribles contradicciones de lo humano y nos ha hecho al mismo tiempo más humanos, más capaces de entender al otro no como ideología, o como identidad, o como origen, sino como persona, un ejercicio tan banal y tan difícil del que todos nos beneficiaríamos enormemente, sobre todo en estos tiempos de tanta confusión, tanta verborrea y tanto miedo a los demás.
Existe en Javier Cercas una preciosa obsesión por entender la historia sin miedo, por explorar el pasado y el presente sin censura, y por dejar en claro la diferencia fundamental que existe entre entender y justificar.
Como era lógico, en la entrevista discutimos sus últimos libros, Independencia (2021), un libro que en solo un par de meses ya ha dado muchísimo de qué hablar, y Terra Alta (2019), que ganó el Premio Planeta 2019. Terra Alta pareciera abrir una nueva etapa en la literatura de Javier Cercas, pues no se trata de un relato real, o de una metaficción en la que el personaje de Javier Cercas aparezca preocupado por el proceso de escritura, algo que define a la mayoría de sus libros. Al contrario, Terra Alta es una novela de ficción tradicional, en tercera persona, en la que las obsesiones literarias del autor, sobre todo la Guerra Civil, parecieran no estar ahí; sin embargo, hacia el final de la novela, la guerra civil golpea con fuerza y entendemos que lo que estamos leyendo es puro Javier Cercas y que, si bien formalmente se trata de un texto distinto, en esencia las preocupaciones que han definido su obra están plenamente ahí.
En Canadá se lee a Javier Cercas en español, en inglés, en francés, y su literatura se mantiene intacta en traducción, como si el autor hubiera encontrado algún secreto esencial que más allá de la forma del lenguaje nos permite a todos identificarnos plenamente con lo que leemos
La literatura de Cercas hace lo que hace la gran la literatura, es decir, trascender lo local y convertirlo en algo universal. La mayoría de sus libros discuten ansiedades territoriales específicas, ficciones locales, y perspectivas profundamente españolas y catalanas. Y, sin embargo, Javier Cercas logra que esas ansiedades, esas ficciones y esas perspectivas sean entendidas y apropiadas por un cada vez más grande número de lectores en decenas de países —sus obras han sido traducidas a más de treinta idiomas— y desde toda clase de contextos sociales y culturales. En Canadá se lee a Javier Cercas en español, en inglés, en francés, y su literatura se mantiene intacta en traducción, como si el autor hubiera encontrado algún secreto esencial que más allá de la forma del lenguaje nos permite a todos identificarnos plenamente con lo que leemos, con algún misterioso soldado peleando una guerra fratricida que nadie entiende, o con alguien que decide no tirarse al piso durante un intento de golpe de estado en Madrid, o con algún escritor en Girona que busca la manera de terminar un libro. Javier Cercas, desde los límites de su espacio concreto, es un escritor que trasciende fronteras.
Casi al final de la entrevista hablamos de héroes, un tema que nos llevó inevitablemente a Soldados de Salamina, el libro con el que hace veinte años irrumpió espectacularmente en el campo literario español e internacional. En Soldados de Salamina la búsqueda de un héroe es lo que le da sentido a la novela. Al terminar de escribir la segunda de las tres partes del libro, el personaje de Javier Cercas se da cuenta de que a su historia le hace falta algo, que está incompleta. Entonces aparece Miralles, el excombatiente republicano que peleó contra el fascismo en España, en África y en Europa, y entendemos que él es el héroe que el texto necesitaba. Sin embargo, dentro del universo de la novela, el que pareciera ser el gran héroe es el personaje de Javier Cercas, ya que es él el que salva a la novela del fracaso y quien logra incorporar la historia de Miralles en ella para crear un texto perfectamente armado y exitoso, un texto que, vale la pena decir, es ya una de las obras canónicas de la literatura del siglo veintiuno. Por lo anterior, la pregunta obligada era la siguiente: ¿Es el personaje de Javier Cercas el verdadero héroe de Soldados de Salamina? ¿Y, más aún, es Javier Cercas el héroe de todas las novelas de Javier Cercas?
La respuesta a esta pregunta, así como la entrevista completa con el autor, puede verse a partir de este domingo 2 de mayo a las 3pm (EST), en el sitio del Metropolis bleu, el festival literario internacional de Montreal durante la entrega del Premio Azul 2021.
Claudio Palomares-Salas es escritor, músico y profesor de Estudios Hispánicos en Queen’s University.