El año 2020 fue a todas luces un año sumamente extraño en prácticamente todas las áreas de la vida del país. La pandemia creada por el virus COVID-19 obligó al Gobierno a hacer muchos cambios y el área migratoria no fue la excepción.
Enero y febrero fueron meses muy tranquilos durante los cuales no se esperaban movimientos significativos en materia migratoria. Teníamos un nuevo ministro de Inmigración y se iba a seguir adelante con todos los cambios y con la implementación de los que se habían iniciado en el 2019 con el nuevo Gobierno.
Pero en marzo todo cambió a causa de la pandemia del coronavirus, que trajo muchísimos ajustes, algunos negativos, pero otros positivos.
Lo más impactantes fue que el Departamento de Inmigración básicamente suspendió todos los procesos migratorios. Aunque seguía recibiendo nuevos casos, no se estaban procesando porque la prioridad durante los primeros meses de la pandemia fue repatriar a los canadienses y residentes permanentes que habían quedado estancados alrededor del mundo.
Simultáneamente, el Departamento de Inmigración se aseguró de que tuviéramos los trabajadores esenciales necesarios para poder lidiar con la pandemia. Hay que recordar que los trabajadores temporales estaban llegando al país cuando se inició la pandemia, y muchos de ellos no pudieron llegar Canadá ya que se quedaron estacados en sus países de origen. De hecho, todavía hay una lista que aún sigue vigente de trabajadores que son considerados esenciales.
En términos de no haber procesado todos los casos migratorios y de haber cerrado las fronteras para la mayoría de las personas, a excepción de los miembros de la familia inmediata y de los trabajadores esenciales, esto resultó en el atraso en todos los procesos de inmigración tanto dentro como fuera del país. Y ahora estamos viendo que tenemos no solamente casos que se atrasaron porque no fueron procesados, sino que también tenemos 10.000 nuevos de inmigrantes que están ya con sus visas de residencia vencidas porque no pudieron viajar en el momento que se les entregó dado que las fronteras no estaban abiertas.
Son personas que venían como trabajadores calificados, inversionistas, patrocinios de familia, que se han quedado fuera del país y se encuentran en una situación desesperante: no van a poder ingresar a Canadá hasta que no se les dé nuevamente una nueva visa válida como inmigrantes. Y para que se les dé la nueva visa, la mayoría va a tener que hacer nuevos exámenes médicos, ya que estos tienen una validez de solamente un año. También van a tener que hacer nuevos chequeos de seguridad porque también tienen el mismo tiempo de validez.
Esta es una de las consecuencias más duras que ha traído la pandemia y es muy difícil para las personas entender lo que está pasando, ya que ellos únicamente están sufriendo en estos momentos por la separación con la familia.
Pero a pesar de los atrasos y de estos casos que han quedado estancados, el Gobierno ha creado muchas medidas especiales para facilitarle la llegada a Canadá varios grupos. Uno de estos grupos es el de los estudiantes internacionales, a quienes normalmente no les sirven los estudios hechos en línea para poder trabajar en Canadá ni les son válidos como estudios que cuenten para poder solicitar la residencia permanente.
Pero el Gobierno anunció una medida para que los estudiantes internacionales que no podían llegar a Canadá debido al cierre de la frontera pudieran estudiar en línea desde sus países de origen, y se les contaría ese tiempo de estudio fuera de Canadá para poder obtener un permiso de trabajo de postgraduado que después les ayudará a obtener la residencia permanente. El requisito es que obtengan no más del 50 % de los cursos en forma virtual y que el otro 50 % lo hagan en Canadá en el momento que se pueda,
También, para las personas que se encontraban en Canadá y que querían obtener un permiso de trabajo, se tomaron medidas con las cuales se les permite, hasta el 30 de marzo del 2021, hacer el trámite migratorio desde dentro de Canadá. Para ello deben conseguir una oferta de trabajo y cumplir con los requisitos para la obtención del permiso de trabajo ya sea por medio del Labour Market Impact Assessment (LMIA), que es un permiso otorgado por el Departamento de Recursos Humanos para que una compañía pueda contratar a un trabajador extranjero, o cumplir con algunas de las excepciones a este requiso del LMIA.
Esta es una medida muy importante porque la ley establece que el permiso de trabajo se tiene que obtener fuera de Canadá.
La pandemia ha traído también muchos cambios en término de la forma en que se procesan los casos. Siempre estuvimos acostumbrados a hacer todos los procesos de forma presencial, como entrevistas y audiencias. Pero la pandemia ha forzado al Departamento de Inmigración a agilizar los planes que ya tenía en estudio para poder hacer gran parte del trabajo de inmigración de forma virtual.
Poco a poco el Gobierno había estado adoptando medidas para implementar los trámites para inmigración como permisos de trabajo, extensiones de visas, todo el proceso del Express Entry, etc., en línea. Y la pandemia lo forzó a empezar a hacer también audiencias virtuales, entregas de residencia permanente virtuales, y se está hablando también de hacer los exámenes de ciudadanía y los jurados de manera virtual.
Estas innovaciones son muy importantes porque facilitan los procesos, los hacen menos costosos tanto para el solicitante como para el Gobierno, y también los vuelven más rápidos. Por ejemplo, en el caso de los solicitantes de refugio, muchas de las audiencias se están haciendo ahora de forma virtual, un nuevo proceso en el que el solicitante de refugio se siente más cómodo y relajado, ya que no tiene la presión de entrar a una sala de audiencias que tiene una atmosfera fría, con un juez sentado en un podido, etc.
Ahora se hacen las audiencias desde la comodidad de las casas de los mismos solicitantes de refugio o desde la oficina de su abogado o consultor de inmigración. También les da la facilidad a los representantes legales, si necesitan viajar, de poder realizar estas audiencias desde el lugar en que se encuentren.
Otro de los cambios importante que forzó la pandemia es el aumento en el número de inmigrantes que se piensa traer al país en los próximos años. Durante décadas ha habido un debate sobre cuál es el numero de inmigrantes que Canadá necesita para tener la fuerza laborar suficiente en relación con la población de adultos mayores que es cada día mas grande. Una teoría era que teníamos que traer por lo menos el 1 % de la población canadiense en inmigración anual para poder mantener los números necesarios. Y otra teoría era que se usaran las posibilidades dadas por la globalización para mandar los trabajos afuera, traer solamente a los trabajadores que se necesiten, y regresarlos en el momento que sus servicios ya no sean necesarios.
Por la pérdida este año de alrededor de 200.000 inmigrantes por la pandemia, el Gobierno decidió aumentar el numero de inmigrantes para los próximos tres años a fin de llenar el vacío dejado por toda la gente que no ha podido llegar. Y anunció que en vez de un millón de inmigrantes, se aumentó el numero a 1.200.000, incrementando la cantidad en cada una de las categorías de inmigración: clase económica, clase de refugiados y solicitantes por razones humanitarias, y clase familiar.
Esto es algo muy necesario y positivo causado por la pandemia. En resumen, el 2020 fue un año que trajo cosas malas, pero también cosas buenas para el país en materia migratoria. Obviamente si fue bueno o malo depende de la perspectiva de la persona. Porque si para la persona que se quedó estancada en medio de un patrocinio, o el trabajador calificado que vendió todo porque ya se venía para Canadá y se quedó en su país de origen, obviamente es una situación muy negativa.
Pero si lo vemos desde el punto de vista de innovación, de cambio, de flexibilidad y de adaptabilidad que ha demostrado el Departamento de Inmigración y la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA), creo que el saldo ha sido muy positivo. Porque las autoridades migratorias del país han demostrado la facilidad y la sapiencia de poder adaptarse a las necesidades de Canadá, protegiendo a su vez a la población canadiense.