La CBC, la televisión pública canadiense, ha confeccionado una lista con los 20 mejores discos publicados en Canadá durante 2020. En esta selección, elaborada por varios críticos musicales que colaboran habitualmente en el medio, se encuentran dos trabajos con un marcado sello latinoamericano: Espiral, del dúo de origen cubano y residente en Toronto, Okan; y Miss Colombia de la colombiana, y también residente en Toronto, Lido Pimenta, que para los críticos musicales es el segundo mejor disco canadiense del año, solo por detrás del aclamado After Hours de The Weekend.
La presencia de la colombiana ya es habitual, desde que en 2017 lograra el Polaris Music Prize al mejor disco del año por La Papessa. Pero la irrupción en esta lista del dúo formado por Elizabeth Rodríguez y Magdelys Savigne, dos artistas cubanas de larga trayectoria en su país, con su disco Espiral, puede ser considerada una sorpresa mayúscula.
Okan cantan en español y exploran los vínculos entre la música afrocubana y el jazz. La saxofonista y flautista canadiense Jane Bunnett las conoció en uno de sus viajes a Cuba. Ya en Canadá se unieron al grupo de jazz afrocubano Maqueque, bajo la dirección de la propia Bunnett. En 2018 crearon Okan, que en Yoruba, el idioma utilizado en la santería cubana, significa «alma» o «núcleo».
Los 20 artistas elegidos por los críticos de la CBC representan el rico mosaico étnico y cultural de Canadá. Se podría determinar que la música refleja como ningún otro elemento de la sociedad canadiense la diversidad de registros, influencias y fusiones que conviven en este país. Que en una misma selección coincidan The Weekend, Justin Bieber o Lido Pimienta ilustra bien la mirada transversal y desinhibida que ha adquirido la industria musical canadiense, haciendo propios muchos estilos que hasta hace no mucho le eran ajenos y extraños.
Para Andrea Warner, la periodista encargada de analizar la obra del dúo de origen cubano, que ocupa el puesto 9 en la lista, “Elizabeth Rodríguez y Magdelys Savigne no solo están conversando entre sí en el presente, sino que están llamando a sus ancestros, sus culturas y las ricas tradiciones musicales de sus raíces afrocubanas. El jazz de Espiral conjura latidos y armonías a través del tiempo”.
Warner destaca que “la instrumentación es impecable en todas partes, pero es particularmente notable en la canción que da título al álbum y en la vertiginosa ráfaga de Trocado. La brillante colaboración con el rapero cubano y artista de la palabra hablada Telmary («Mercedes»), destaca porque utiliza elementos de un ritmo musical cubano casi extinto llamado Pilón. Escuchar las voces de Rodríguez, Savigne y Telmary mezclarse y empujarse mutuamente a nuevas alturas es una sacudida bienvenida para el alma. Pero la verdadera alegría de cada disco de Okan es la asociación entre Rodríguez y Savigne y las canciones (originales Aguila y Baila Canada y versiones de clásicos como Pie de Foto y Bésame Mucho). La periodista concluye que Espiral “es exuberante, vibrante y poderosa, y un testimonio del poder de Okan”.
Sobre el último trabajo de Lido Pimenta, Andrea Warner señala que “la voz de Lido irradia calidez, luz y color, a capella al principio con un ligero efecto de eco, antes de que un pequeño estallido de instrumentos de viento se abanique debajo de ella. La forma lúdica en que los dos tonos se persiguen hacia arriba y hacia abajo en la escala musical evoca una especie de llamada y respuesta unilateral. Pimienta exorciza un fantasma al inundar el cielo con luz solar mientras la canción alcanza su fascinante ascenso”.
Miss Colombia es el regreso de Pimienta a su tierra natal. El disco fue grabada con la célebre banda afrocolombiana Sexteto Tabalá en directo en San Basilio de Palenque, un pueblo fundado en el siglo XVII por esclavos fugitivos. Las grabaciones en vivo conservan su forma incluso cuando Pimienta y su equipo construyen paisajes sonoros electrónicos alrededor de cada canción, con cuidado de no abrumar, sino de amplificar lo que ya existe: innovaciones sin fisuras a lo largo del tiempo en una cumbia futurista que palpita con emoción y vida.
Warner asegura que “el álbum se cierra tan maravillosamente como se abre con una repetición de la canción de apertura, pero esta vez con la «luna» entre paréntesis, despojada e hipnótica, elaborada con múltiples pistas en capas de la luminosa voz de Pimienta”. Desde la increíble variedad de percusionistas hasta los metales ricos y picantes y los vientos de madera sonoros; desde los vocalistas invitados hasta las exuberantes franjas electrónicas sonando por todas partes, Miss Colombia es un regreso a casa vibrante y alegre.
