La semana pasada, la Corte Federal tomó una decisión sobre un caso de una persona que fue despedida de su trabajo porque no pudo obtener un certificado de seguridad. El juez dijo en su decisión final de que lo sentía mucho por la mujer ya que, si ella hubiese dado las explicaciones pertinentes a su caso cuando respondió a la fairness letter, lo más probable es que hubiese obtenido el certificado de seguridad que requería su empleador y no hubiese perdido su trabajo.
Si bien este fallo fue con relación a un problema laboral, en los procesos migratorios también hay muchas instancias en la que las personas reciben una fairness letter y, dependiendo de la respuesta, documentación y pruebas que envíen de regreso, pueden tener una respuesta positiva a la solicitud, o un rechazo.
Una fairness letter (a procedural fairness letter) puede llegarle al cliente en forma de correo electrónico o correo regular enviado por un funcionario de inmigración de un consulado o de una oficina dentro de Canadá. El funcionario procesando el caso puede tener dudas acerca de la documentación enviada o puede requerir algún tipo de información adicional antes de tomar una decisión sobre el caso y le está dando la oportunidad al cliente de responder y clarificar los puntos dudosos.
Generalmente, cuando llega este tipo de carta, el funcionario está pensando en negar la solicitud a menos de que se le pueda convencer de lo contrario. Pero lamentablemente la gente no entiende la importancia de esta carta y tienden a contestar lo que ellos creen que les están pidiendo, sin saber que lo que se les está pidiendo está basado en los reglamentos de Inmigración y que por lo tanto la respuesta debe demostrar que la persona cumple con dichos reglamentos.
En este sentido, es de suma importancia contestar esa carta con conocimiento de qué sección de ley es la que le está preocupando al funcionario de Inmigración.
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Recientemente, una señora me contactó después de haber contestado la carta ella misma y de haber recibido una negación en el proceso de patrocinio de su pareja en unión libre. Al leer la carta que recibió, se veía claramente que el funcionario estaba cuestionando el aspecto legal de la relación. Para ser considerada una pareja en unión libre se debe probar que la pareja ha estado viviendo bajo el mismo techo en una relación conyugal por 12 meses. También era claro que el funcionario estaba satisfecho con la genuinidad de la relación, que es el segundo aspecto legal que se debe probar en estos casos. La señora recopiló y envió fotografías de la pareja con familiares y amigos, historial de viajes hechos juntos, cuenta de banco mancomunada, declaraciones juradas de amigos que establecían la relación, facturas de compras que habían hecho juntos, etc. Toda esta documentación probaba que la relación era genuina, pero no se envió ningún documento que demostrara la cohabitación por 12 meses que era lo que se estaba cuestionando.
La carta de rechazo decía en parte:
“Se le envió una procedural fairness letter pidiéndole información adicional para determinar su elegibilidad en la clase de pareja en unión libre. He revisado su expediente incluyendo la información adicional que usted envió y no ha dado información suficiente para demostrar que están en una relación de unión libre. No cumple con los requisitos de pareja en unión libre».
El caso fue rechazado. Lo único que la señora debía haber enviado era un contrato de renta o un documento que probara cuando la pareja comenzó a vivir bajo el mismo techo para haber tenido una respuesta positiva.
Una vez que la solicitud es rechazada ahí se terminó esa parte del proceso, porque la carta es la última oportunidad que dan para explicar los cuestionamientos que tiene el funcionario de Inmigración. Y como esta señora no contestó lo que se le estaba preguntando, la única opción que tiene ahora es hacer una apelación ante la Corte de Apelaciones de Inmigración y en ese momento demostrar de que en realidad estaban en una relación en unión libre y que por tanto cumplían con el requisito de haber vivido 12 meses juntos. Pero esto significa que algo que se podía haber resuelto contestando bien la carta recibida, ahora va a tomar por lo menos dos años de procesamiento nuevamente ante un tribunal y le va a costar tiempo y dinero al patrocinador. Por eso es importante asesorarse bien para contestar exactamente la sección legal que se está poniendo en duda.
Una fairness letter le puede llegar a una persona que está haciendo un trámite de matrimonio y el oficial necesita más pruebas de que la relación es genuina; puede que haya una contradicción en la documentación presentada, puede haber sospecha de actividades criminales o algún tipo de fraude. Le puede llegar también a un solicitante como trabajador calificado que no ha demostrado su experiencia en el trabajo por el cual está haciendo el trámite; y también puede llegar en otros casos porque en algunas instancias los oficiales revisan información negativa de una fuente tercera acerca del caso.
En situaciones donde se encuentra que la persona podría ser inadmisible a Canadá por razones médicas, también reciben esta fairness letter para darle al cliente la oportunidad de obtener reportes médicos de otros especialistas que puedan contradecir la evidencia encontrada por los servicios médicos de Inmigración. En este caso obviamente el solicitante no va a tener los conocimientos médicos necesarios para contestar esta carta, por lo que van a tener que buscar a un médico que se especialice en el área para contestar los reportes médicos.
En esta lógica, yo diría que todas las fairness letters las tendríamos que mirar de la misma forma en que miramos un caso cuando hay un rechazo por razones médicas, porque, así como no tenemos conocimientos médicos, la mayoría tampoco tiene los conocimientos legales para contestar este tipo de cartas. De hecho, nosotros los consultores de inmigración generalmente buscamos a especialistas que nos ayuden en estos casos. Así, si se trata de un caso de rechazo por razones criminales, por ejemplo, trabajamos con abogados que se especializan en el área criminal.
Definitivamente a estas cartas se les debe dar la seriedad que requieren ya que es la última oportunidad que se le da al cliente de clarificar las dudas que pueda tener el funcionario de inmigración antes de rechazar el caso.
Pero en muchas ocasiones, como en la del caso mencionado donde la cliente elaboró una respuesta sin antes asesorarse, un 90 % de las veces reciben un rechazo que, como refleja en el caso decidido por la Corte Federal, si la persona hubiese respondido lo que se le estaba preguntando, el resultado hubiese sido positivo.
Uno de los derechos básicos de justicia en Canadá es que la persona que será afectada por una decisión debe tener la oportunidad de responder. Y el derecho a ser escuchado implica que se le informe de los problemas que pueden afectar el resultado del trámite. Y la fairness letters es justamente una oportunidad para que la persona afectada tenga la posibilidad de participar en el proceso.
Generalmente se le da a la persona entre 30 y 60 días para responder y si necesita más tiempo puede pedir una extensión para enviar la respuesta. Lamentablemente muchas personas no entienden la seriedad de esta carta y, como dije anteriormente, preparan y envían las respuestas sin tener idea de lo que en realidad se les está preguntando o sobre qué es lo que deben demostrar.