Durante seis años, Frances Cabezas-Miller ha proporcionado un toque chileno a la serie de televisión Schitt’s Creek desde su cargo en el equipo de vestuario de la serie canadiense que el domingo se coronó como la mejor comedia de la 72 edición de los Emmy, incluido el premio al mejor vestuario contemporáneo.
Desde su cargo de compradora de vestuario, Cabezas-Miller es una de las cinco integrantes del equipo dirigido por la diseñadora Debra Hanson que el domingo se alzó con uno de los nueve Emmys que la serie creada por Daniel Levy obtuvo en la gala de la gran fiesta de la televisión.
Cada día, Cabezas-Miller tiene que salir al mundo real de tiendas y comercios, incluso en plena pandemia, para encontrar las ropas que los actores de la serie van a utilizar en cada episodio.
«Me ponen la escena, me ponen el personaje y tengo que salir a tratar de encontrar la vestimenta perfecta, tratar de traducir en ropa lo que ese personaje hubiera elegido para la escena o ese momento. Todo ello basado en su historia y su estado de ánimo», explicó Cabezas-Miller durante una entrevista con EFE.
Cuando el sábado Cabeza-Miller supo que Schitt’s Creek, la pequeña comedia canadiense en la que ha trabajado durante los últimos seis años, había ganado el premio Emmy al mejor vestuario contemporáneo (los premios técnicos se revelan un día antes a la gran ceremonia de entrega de galardones), esta nativa de Santiago de Chile no podía contener su gozo.
«Me siento super orgullosa, como inmigrante, de haber participado en este show que culturalmente es muy canadiense, con Catherine O’hara y Eugene Levy que son iconos en Canadá. Me siento honrada. Es una gran gratificación después de 20 años trabajando en esto», explicó.
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Cabezas-Miller destaca que el equipo de vestuario de Schitt’s Creek, una serie que relata en clave de comedia las vicisitudes de una rica familia que debe recomenzar su vida tras arruinarse, sólo está compuesto por cinco personas, a diferencia de las grandes producciones de televisión en Estados Unidos que pueden sumar 20 ó 25.
Y sobre todo, Cabezas-Miller, que ha trabajado como compradora de vestuario en series como «Orphan Black», «Flashpoint» o la película de Robert De Niro «Godesend, expresó su satisfacción que la veterana actriz canadiense Catherine O’Hara, que interpreta a Moira Rose, en la serie, consiguiese el domingo su primer Emmy a la Mejor Actriz.
«Es muy divertida. Ella no tiene ego. De las actrices que he conocido dada la trayectoria que ha tenido, es muy sencilla y no te hace sentir inferior», continuó en relación a O’Hara.
Cabezas-Miller reconoce que el personaje de O’Hara, la matriarca Moira, era el más difícil de vestir pero también el más divertido.
«Moira era el más difícil de vestir por la variedad de vestuario. Pero también era la más entretenida. Mis mejores recuerdos de esta serie son las pruebas de vestuario con ella. Le gusta la ropa y yo me sentía como jugando a disfraces con mi amiga cuando era de chica, con un armario infinito y en mundo donde el ridículo no existía», explicó.
Cabezas-Miller considera que la clave del éxito de esta pequeña serie canadiense sin grandes pretensiones es que «es una comedia hecha muy inteligentemente», con un mensaje «que es sutil al principio pero que posteriormente es mas fuerte de inclusión, de aceptación de las diferencias y del amor».
«En el amor todo es válido y es un mensaje que ha calado en muchas gentes, sobre todo en personas de generaciones muy diferentes», terminó señalando.