La pasada semana celebramos el Día de Canadá. Son 153 años desde que se formó el país y me gustaría resaltar no solamente a Canadá como país receptor de inmigrantes, sino que también quiero destacar a esos inmigrantes que han creado y que continúan manteniendo a este gran país.
Históricamente sabemos que las vías de los trenes fueron construidas por inmigrantes de China, de la India, por italianos y más, y que la construcción en general del país fue hecha por inmigrantes, por lo que cuando celebramos el Día de Canadá estamos celebrando al país en sí pero también estamos celebrando el aporte que hemos hecho las distintas comunidades que llegamos.
Este año en particular es notable que se haya visto más que nunca la necesidad del inmigrante en las industrias más importantes del país. Me refiero a la agricultura que se ha visto afectada por la falta de la llegada de los inmigrantes, así como también a muchas otras a través del país a las cuales, debido a la pandemia, los trabajadores extranjeros no han podido llegar y por tanto estas industrias se han visto seriamente afectadas.
Generalmente no se le da mucha importancia a los inmigrantes que trabajan en las áreas más marginadas de la sociedad. Ni tampoco a los inmigrantes más vulnerables, como es el caso de los trabajadores agrícolas y quienes trabajan en el cuidado de enfermos, ancianos y niños.
Sin embargo, esta pandemia ha puesto en el escaparate a estos grupos. No solamente en los trabajos en sí, sino que también ha despertado finalmente el interés en ellos por parte del Gobierno, del primer ministro de Canadá, de diversas instituciones y de muchísimas personas, que han llamado a estos grupos de inmigrantes mas vulnerables “Angeles de la Guardia”.
Coincidentemente con la celebración del Día de Canadá, la semana pasada fue publicado un estudio del Centro de Estudios y de Estándar de Vida, en el que se destaca que los inmigrantes que han llegado al país en los últimos años son personas con un nivel académico elevado, muchísimo más alto que los canadienses nacidos en Canadá. Son más jóvenes y son una fuerza muy importante para la economía canadiense.
Esto no es casualidad, ya que desde hace décadas Canadá está seleccionando a los mejores y a los más brillantes inmigrantes del mundo y cuando miramos los programas económicos vemos que se le está dando preferencia a las personas más jóvenes, con más estudio y preparación en los idiomas inglés y francés. En este sentido, la llegada de este tipo de inmigrantes es el resultado de la selección que hace el Gobierno con respecto a la inmigración.
Por otro lado, también vemos la misma estrategia con respecto a los refugiados, no con los que llegan directamente a Canadá a pedir refugio, sino a los que son seleccionado por el Gobierno canadiense como es el caso de los sirios y los yemeníes. Cuando el Gobierno selecciona a estos inmigrantes evalúa el componente de persecución y el posible riesgo que corre la persona en su país de origen o si es regresada a este. Pero de igual forma también evalúa la posibilidad de que esta persona pueda establecerse económicamente en Canadá. Es decir, a este tipo de refugiados también se les selecciona basándose en el nivel de estudios, en la edad, en la experiencia laboral, en los conocimientos de los idiomas inglés y francés, etc. Es por eso que muchos de los refugiados sirios ya se han establecido y en algunos casos a creado empresas en la que dan trabajo a ciudadano y residentes canadienses.
[perfectpullquote align=»left» bordertop=»false» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»»]A los refugiados también se les selecciona basándose en el nivel de estudios, en la edad, en la experiencia laboral, en los conocimientos de los idiomas inglés y francés[/perfectpullquote]
Pero hay que reconocer que desde inicios del siglo pasado Canadá ha sido y continúa siendo un ejemplo a nivel mundial en relación con la recepción de desplazados y refugiados, un país que ha demostrado innumerables veces su naturaleza humanitaria, y un país con el que los mas necesitados del mundo pueden contar.
Entonces, a la luz de este reporte publicado esta semana, es importante tener en cuenta lo que plantean los resultados, pero es importante también notar que estos resultados son consecuencia de la estrategia que ha estado usando Canadá en los últimos años en relación con la inmigración que proviene de prácticamente todo el mundo.
Obviamente que la mayoría de los inmigrantes que llegan al país son jóvenes también es parte de la estrategia, porque ha sido diseñada para combatir el envejecimiento de la población dado el alto número de adultos mayores que tiene Canadá, así como también para fortalecer la economía por medio de los nuevos profesionales y trabajadores.
Pero no todo es color rosa. El reporte también dice que estos inmigrantes más educados y con mejor nivel económico que los canadienses nacidos en el país todavía están ganando mucho menos que los nacidos aquí en Canadá. Y esto se debe a que aún hay mucho por hacer en términos de discriminación por parte de ciertos empleadores hacia los inmigrantes, de que el inmigrante inicialmente tiene unas redes de contacto mucho más débiles que los canadienses nacidos en el país, así como que puede haber barreras de idioma. Sin embargo, en general el inmigrante está mucho mejor ubicado en términos de empleo en sus áreas de trabajo que el nativo canadiense.
Algo que se debe destacar particularmente en este Día de Canadá y en medio de la pandemia que estamos viviendo, es el tratamiento que ha tenido el país hacia sus ciudadanos. No solamente hacia las personas con ciudadanía o con residencia permanente, sino para todos los trabajadores temporales, los refugiados y las personas que se encuentra en el país con estatus legal. Nosotros como ciudadanos de este país generalmente nos quejamos porque tenemos que pagar impuestos, los cuales muchas veces nos parecen excesivos. Pero debemos destacar que estos impuestos no se pierden y lo podemos ver en toda la infraestructura del país, etc. Y este año durante la pandemia, hemos visto como el Gobierno canadiense, a nivel federal, y los gobiernos provinciales han prestado ayuda a la ciudadanía, y lo continúan haciendo, para poder por un lado detener el contagio del coronavirus, pero por el otro también para poder ayudar a la población que se vio forzada a quedarse en sus casas.
Obviamente hay algunos problemas, sobre todo con algunos grupos marginales de la sociedad canadiense. Pero diversas organizaciones de activistas, de profesionales y de derechos humanos, entre otras, están trabajando activamente para que finalmente se den los cambios necesarios a fin de que Canadá sea un país igualitario para todos.