El Festival de cine y artes visuales aluCine (aluCine Latin Film+Media Arts Festival) celebra este año su 19ª edición (entre el 3 y el 6 de octubre), con una interesante programación compuesta por más de 40 proyecciones entre películas, cortometrajes y documentales. Sinara Perdomo, su fundadora y directora, señala que este año se ha puesto el acento “en el cortometraje, un género que hemos venido potenciando y defendiendo desde la primera edición”.
En este sentido, se van a desarrollar cuatro programas que atienden a diversos criterios tanto de carácter artístico como de producción: se potencia el contenido experimental de autores latinos, las producciones que ya han triunfado en otros festivales a lo largo del mundo y las coproducciones, “que cada vez son más numerosas y ambiciosas”, señala Perdomo.
AluCine ofrecerá un interesante caleidoscopio con lo más innovador del cine realizado por creadores latinoamericanos fuera y dentro de Canadá. Se prevé que asistan a las proyecciones más de 7.000 espectadores. La organización ofrece precios especiales a estudiantes y público de la Tercera Edad.
Incluso en las jornadas del viernes y del sábado se incluye la iniciativa “Pay What You Can”, “una manera de reforzar el carácter inclusivo de nuestro Festival, poniendo todas las facilidades a nuestro alcance para que todos aquellos espectadores que quieran disfrutar del Festival no se vean limitados por razones económicas”, apunta Perdomo.
El festival se ha consolidado en los últimos años como uno de los foros más atractivos para creadores latinos en América del Norte, con un enfoque claro en obras de arte de artistas independientes tanto en Canadá como en el resto del mundo que operan fuera de los circuitos comerciales. “Apostamos por el cine de autor y nos alejamos del mainstream. Por eso apoyamos los cortos de manera especial, porque es un espacio propicio para la creación independiente”, sostiene la directora del AluCine.
Como parte de su programa educativo, el festival ofrece además este año un taller para directores independientes, centrado en el rodaje en interiores con bajo presupuesto, y dirigido por el cineasta Camilo Constain.
Cuando en 1995 se celebró la primera edición de AluCine, sus promotores aspiraban a que el certamen diera visibilidad a la entonces pequeña comunidad de habla hispana en Toronto. Casi 25 años después de ha convertido, como señala su directora, “en un festival cien por cien canadiense que se enfoca en el cine latinoamericano”.
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En este sentido, Perdomo destaca que el público del certamen es un fiel reflejo de la propia sociedad multicultural de Toronto y al mismo tiempo un espacio de encuentro para creadores y gente de la industria. “Tenemos un público bien variado; estudiantes, jóvenes, recién llegados al país, gente de la tercera edad, académicos, cinéfilos, profesionales de la industria cinematográfica…”.
AluCine proyecta claramente el contexto social y político de cada época. El peso de los cortometrajes y documentales en la programación, casi siempre con un fuerte compromiso político y social, permite que el festival sea también un espejo en el que se mira la sociedad del momento, con sus inquietudes, desafíos y reivindicaciones.
Para Perdomo, “los directores y artistas están pendientes y al mismo tiempo son parte de las corrientes sociales de cada momento. Por lo tanto su cine refleja las convulsiones de la actualidad y el festival además quiere dar voz expresa a esas inquietudes”. Por eso la programación está salpicada de historias de denuncia social, narraciones dramáticas y relatos cargados de conciencia social, muchas de ellas desarrolladas en un contexto local pero con un mensaje que tiene un carácter universal.
La 19ª edición de AluCine va a ser una buena oportunidad también para calibrar el estado de salud del cine latinoamericano, que para muchos críticos atraviesa una de sus etapas más brillantes. Según Sinara Perdomo, “el cine mexicano ha experimentado un gran incremento y se sitúa claramente a la vanguardia junto al colombiano, que está atravesando una época de oro”. La directora destaca también las producciones que llegan de Brasil, Cuba y, en especial Haití, “que nos está generando grandes sorpresas”.
Entre la amplia propuesta de películas, cortos y documentales, Perdomo destaca la proyección el sábado de “Lemebel”, de Joanna Reposi Garibaldi. Se trata de un documental experimental sobre la vida del artista y activista chileno, Pedro Lembel, pionero del movimiento Queer en América Latina, quien sacudió a la conservadora sociedad chilena durante la dictadura de Pinochet en la década de 1980. Cuerpo, sangre y fuego fueron protagonistas en su trabajo que intentó perpetuar en los últimos ocho años de su vida en una película que nunca pudo ver terminada. En un viaje íntimo y poético a través de sus arriesgadas actuaciones relacionadas con la homosexualidad y los derechos humanos.