El 15 de febrero de 1965 se izó por primera vez en Parliament Hill en Ottawa la actual bandera de Canadá. Este año ha celebrado, por lo tanto, su 56 aniversario convertida en un icono que trasciende lo puramente canadiense.
La sencillez de su diseño, la inofensiva hoja de arce y la ausencia de cualquier elemento heráldico que remita a batallas, mitos, leyendas o glorias pasadas, como ocurre en la mayoría de banderas del mundo, ha hecho de la canadiense un símbolo neutro con muchos significados.
La bandera de canadiense como icono universal
Fuera de Canadá millones de aficionados al hockey sobre hielo la relacionan con el equipo nacional canadiense, uno de los más poderosos del mundo. También con la manera de ser de un país que tiene fama en el extranjero de ser poco conflictivo y sus ciudadanos especialmente amables. En términos de marketing se trata de una marca con buena reputación.
Cabría decir también que desde un punto de vista de diseño gráfico, la enseña canadiense es moderna, de trazos simples y muy vistosa, lo que ayuda a que cualquier prenda de vestir que lleve la famosa hoja de arce luzca como si se tratara del logotipo de una famosa firma de ropa.
Llevar la bandera canadiense no implica motivaciones ideológicas ni un excesivo peso de la identidad nacional. Los mismos sentimientos que afloran en un canadiense cuando canta el himno y ondea su bandera, pueden ser opuestos pero igualmente legítimos para quienes sólo observan el atractivo del país.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, afirmó el 15 de febrero del pasado año, cuando se cumplió el 54 cumpleaños de la bandera canadiense, que «una sola hoja de arce rojo ha llegado a representar los valores que apreciamos como sociedad: libertad, generosidad, franqueza y respeto, y la promesa de un todo el país.»
Una hoja de arce como identidad de Canadá
La pregunta es: ¿Cómo una bandera tan joven ha logrado convertirse en un icono global, fácilmente reconocible? ¿Y por qué fue esta bandera y no otra? ¿Es la hoja de arce lo más representativo de Canadá? Veamos cómo surgió la enseña nacional.
La actual bandera canadiense es el resultado de la contribución de muchas personas durante más de un siglo. De hecho, hasta alcanzar el diseño definitivo se barajaron muchas opciones y hubo un agitado debate en el país a lo largo de varias etapas en el que se mezclaron razones históricas con simpes gustos estéticos.
El proceso comenzó realmente en 1895, cuando el entusiasta de la heráldica Edward M. Chadwick recomendó al gobierno que Canadá debería tener su propia bandera nacional con una hoja de arce. Casi 30 años después, en 1925, un comité del Consejo Privado comenzó a investigar posibles diseños. Sin embargo, nunca completó su trabajo. Otro comité parlamentario recibió un mandato similar en 1946, pero el Parlamento nunca fue llamado a votar formalmente porque recibió más de 2.600 diseños. Ante tal magnitud decidieron abstenerse.
Lester B. Pearson decide que Canada necesita una bandera
A principios de 1964, el Primer Ministro Lester B. Pearson informó a la Cámara de los Comunes que el gobierno deseaba adoptar una bandera nacional distintiva. Como resultado, se formó un Comité del Senado y de la Cámara de los Comunes y se hizo una nueva convocatoria pública.
Se recibieron más de 5.000 propuestas. En buena parte de ellas la hoja de arce y los colores rojo y blanco aparecían como una de las opciones más exploradas, aunque con diferentes variantes y combinaciones.
Después de varias discusiones se llevaron a la terna final estos diseños:
-Una bandera roja con la flor de lis y la Union Jack.
-Una bandera con tres hojas de arce unidas entre un borde azul.
-El diseño de una sola hoja entre un borde rojo.
Alan Beddoe, un capitán de navío retirado y asesor heráldico de la Royal Canadian Navy, propuso las tres hojas de arce unidas. Ese diseño fue defendido por el heraldista e historiador Fortescue Duguid, que era también coronel del ejército canadiense. Fue también la opción preferida de Lester B. Pearson. Por eso desde entonces se conoció esta bandera, que nunca fue oficial, como la “Pearson Pennat”.
En 1919 el General de División Sir Eugene Fiset ya había recomendado la única hoja de arce roja en un campo blanco como emblema de Canadá. Esta opción, de hecho, fue utilizada por todos los atletas olímpicos canadienses desde 1904. El mismo diseño fue propuesto nuevamente para la bandera nacional en 1964 por el George Stanley. Se sabe que la hoja de arce ha sido un símbolo de Canadá desde el siglo XVIII. Este modelo estaba inspirado en la bandera de la Real Escuela Militar de Canadá.
John Matheson, miembro del Parlamento de Ontario y secretario parlamentario del Primer Ministro, desempeñó un papel fundamental en la creación y selección de la bandera. Supervisó y coordinó la investigación y las diferentes propuestas presentadas.
Discusiones sobre el diseño de la bandera
El propio Matheson presentó el diseño de una sola hoja argumentando que tenía base en un fuerte sentido de la historia canadiense. La combinación de rojo, blanco y rojo apareció por primera vez en la Medalla de Servicios Generales emitida por la Reina Victoria. En 1921, el rey Jorge V los había proclamado colores nacionales de Canadá. Este dato se utilizó para justificar la incorporación de ñas bandas laterales a la propuesta de Matheson.
El diseño final de la hoja de arce estilizada fue establecido por Jacques St-Cyr, las dimensiones exactas de rojo y blanco fueron sugeridas por George Bist, y la descripción técnica del tono preciso del rojo fue definida por el Dr. Günter Wyszecki. Es decir, una bandera tan sencilla fue la consecuencia del trabajo en equipo de tres expertos, cada uno enfocado en una parte de la bandera.
Después de mucho trabajo, la Bandera Nacional de Canadá fue proclamada por la Reina Isabel II el 28 de enero de 1965 y se izó por primera vez en una ceremonia de inauguración en Parliament Hill el 15 de febrero de 1965.
La bandera roja canadiense, que lucía la Union Jack y el escudo de la Armada Real de Canadá, y que había sido hasta entonces la enseña nacional, fue arriada y sustituida por la nueva bandera mientras la multitud cantaba el O Canada seguido del himno real God Save the Queen.