El caso de Prosper Niyonzima recuerda que los residentes pueden perder su residencia en Canadá

Las personas condenadas por delitos serios en Canadá pueden perder su residencia permanente y ser expulsados del país

Prosper Niyonzima reclama al Gobierno canadiense 65 millones de dólares por la violación de sus derechos.

Prosper Niyonzima, exresidente permanente de Canadá, presentó una demanda por 65 millones de dólares contra el Gobierno canadiense por presuntas violaciones de sus derechos, según la Carta de Derechos y Libertades de Canadá, por no proporcionarle la atención médica que necesitaba mientras estaba en detención migratoria.

Niyonzima llegó a Canadá cuando tenía 13 años tras haber sido adoptado por su tía, quien había venido al país como refugiada. A los 11 años Niyonzima fue testigo de la captura, golpiza y asesinato de miembros de su familia, además de haber tenido que lidiar con la muerte de su madre y de tres hermanos durante el genocidio en Ruanda. En 1995 se convirtió en residente permanente de Canadá.

Niyonzima tiene ahora 36 años, y es importante notar que ha vivido más años en Canadá que en su país de origen, Burundi. Ha estado en Canadá por 23 años y sólo pasó los primeros 13 años de su vida en su país de nacimiento.

De joven en Canadá, Niyonzima cometió una serie de delitos. Más tarde se determinó que la causa de su conducta delictiva era el trastorno de estrés postraumático por los horrendos actos que presenció cuando era niño en Ruanda. Para el año 2001, cuando Niyonzima era ya un adulto joven pues tenía 19 años, tenía antecedentes penales en Canadá y había estado en prisión por varios delitos. Sus crímenes incluyen robos en viviendas, asaltos y tráfico de drogas.

En el 2005, a la edad de 23 años, Niyonzima recibió la orden de ser deportado de Canadá. Pero, por razones de humanidad y compasión se le dio un indulto de su deportación durante cinco años, ya que regresaría a un país donde no tenía familia y donde ni siquiera podía hablar el idioma.

Niyonzima conoció a una mujer poco después y tuvieron una hija en el 2009, pero desafortunadamente cometió otro crimen en Canadá y fue encarcelado. Fue tratado por psiquiatras y diagnosticado en ese momento con un trastorno de estrés postraumático debido a haber presenciado la masacre de su familia cuando era niño.

En el 2012, a pesar de su diagnóstico y del hecho de que había venido a Canadá cuando era niño y que no tenía familia ni conexión con su país de origen, Niyonzima fue encerrado en un centro de detención de inmigración canadiense y perdió su residencia permanente en Canadá. Estuvo detenido durante casi cinco años esperando la deportación hacia Burundi.

Mientras se encontraba en detención migratoria, Niyonzima fue recluido en régimen de aislamiento durante dos años completos. El confinamiento solitario resultó en que sufrió una crisis mental y se convirtió en catatónico. Alega que, mientras estuvo en régimen de aislamiento, se le negó la comida, la ropa, la atención médica, el tiempo de patio y la higiene personal adecuados.

Cuando fue trasladado a una penitenciaría recibió descargas eléctricas para tratar su condición. Esto lo dejó sin poder hablar durante tres años. Debido a su estado, perdió la custodia de su hija quien desde entonces ha sido adoptada.

Mientras estuvo detenido, Niyonzima fue programado para su expulsión de Canadá tres veces, pero cada vez su deportación fue suspendida por el Tribunal Federal. Su deportación se detuvo sobre la base de que había progresado en el tratamiento de sus problemas de salud mental, que fueron la causa fundamental de su criminalidad en Canadá.

En el 2016, Niyonzima fue dejado en libertad y es supervisado por un equipo de médicos y psiquiatras. Desde entonces, ha recibido un permiso de residencia temporal de cinco años, después de los cuales puede solicitar su residencia permanente si no tiene más problemas con la ley.

Durante su detención, a Niyonzima se le negó atención de salud mental. Hay que tener en cuenta que su trauma era preexistente debido a las cosas horrendas de las que fue testigo como niño durante el genocidio en Ruanda en 1994. Además, el abogado de Niyonzima afirma que había cesado sus actividades delictivas en Canadá una vez que comenzó a recibir atención psiquiátrica.

Mientras se encontraba en detención migratoria Niyonzima tuvo cerca de 60 revisiones para su liberación. Y a pesar de haber tenido tres suspensiones de deportación por parte del Tribunal Federal de Canadá, la División de Inmigración y los jueces ordenaron continuar con su detención a pesar del hecho de que era catatónico y que necesitaba atención médica. Sesenta veces en cinco años, la División de Inmigración tuvo la oportunidad de corregir un error que se había cometido con un residente permanente de Canadá, y cada vez optó por no hacer lo correcto.

Niyonzima es víctima de “double jeopardy”, un término usado para describir el tratamiento de los residentes permanentes que han sido condenados por criminalidad en Canadá. Porque en Canadá, si un ciudadano canadiense o un residente permanente es condenado por un delito, ambos enfrentan consecuencias con la ley.

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Un ciudadano canadiense puede servir su tiempo y una vez que su deuda con la sociedad es pagada, puede continuar viviendo su vida en Canadá. Pero un residente permanente, por otro lado, paga sus crímenes dos veces ya que después de pagar su deuda con la sociedad puede perder su residencia en el país, como fue el caso de Niyonzima.

Niyonzima está buscando 50 millones de dólares en daños generales y 15 millones en daños agravados. Su abogado, Subodh Bharati, afirma que se violaron sus derechos en virtud de la Carta de Derechos y Libertades de Canadá y desea una admisión del Gobierno federal que indique que efectivamente sus derechos fueron violados.

Niyonzima vino a Canadá como un niño huérfano. En Canadá se convirtió en residente permanente y posteriormente se le diagnosticó un trastorno de estrés postraumático. Cometió crímenes en Canadá cuando era joven debido a su condición médica, pero pagó por sus malas acciones. Mientras estuvo en detención migratoria sufrió un gran abuso de sus derechos y se le negó atención médica.

Bajo la Carta de Derechos y Libertades de Canadá, incluso los no ciudadanos tienen garantizados algunos de los mismos derechos que los ciudadanos en Canadá. Niyonzima tiene derecho a la igualdad y el derecho a un trato justo. Se le negaron todos estos derechos cuando estuvo detenido durante cinco años y en régimen de aislamiento donde se le negó también la atención médica que necesitaba. Ha habido un reporte en el cual se habla de estos problemas con la división de inmigración de Canadá y se esperan cambios en un futuro.

Por el momento y porque se acercan las fiestas de fin de año y a muchos nos gusta divertirnos y tomarnos un trago, es importante recordar que, a partir de diciembre, el conducir un vehículo en estado de ebriedad o afectado por drogas pasa a ser un delito serio que pondría al residente permanente en la misma situación que a Niyonzima. Un residente permanente puede perder su residencia.

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Vilma Filici
filici.com
Vilma Filici, presidenta de Filici Immigration Services, es profesora de leyes de inmigración y refugio en Seneca College Toronto, y asesora en materia de inmigración para diversas organizaciones comunitarias. Escribe sobre asuntos migratorios en varios medios hispanos de Toronto y es fuente de información para, entre otros, los diarios Toronto Star y Toronto Sun, y las emisoras Radio Canadá y CBC.