Uno de los temas que ha tenido más presencia en los medios de comunicación durante los últimos meses es el relacionado con las personas que ingresan a Canadá desde los EE. UU. a través de los cruces fronterizos irregulares o “puntos ciegos”. Se considera que una persona cruza la frontera en un paso irregular cuando no se presenta en un puerto de entrada oficial, como un aeropuerto o un paso fronterizo patrullado.
Hay una razón por la cual tantos solicitantes de asilo están ingresando a Canadá desde los Estados Unidos de manera irregular: el Acuerdo de Tercer País Seguro entre Canadá y los Estados Unidos. En virtud del acuerdo, una persona que solicita asilo debe solicitar protección de refugiado en el primer país seguro al que arribe. Para muchas de estas personas ese país es EE. UU., y, por lo tanto, deberían solicitar asilo en los Estados Unidos si ingresan a dicho país antes de llegar a Canadá.
El Acuerdo del Tercer País Seguro se creó en el 2002 y entró en vigor en el 2004, cuando fue firmado por Canadá y los Estados Unidos. Fue creado esencialmente para ayudar a los Gobiernos canadiense y estadounidense a gestionar mejor el acceso al sistema de refugiados en cada país. Pero debido al actual clima político en los Estados Unidos, muchas personas están optando por no buscar asilo en dicho país ya que temen que sus solicitudes serán rechazadas.
Estados Unidos es el único país designado por Canadá como tercer país seguro bajo la Ley de Inmigración y Protección a Refugiados, y, por tanto, el Acuerdo sólo tiene vigencia para los solicitantes de refugio que llegan a Canadá desde dicho país a través de los puestos fronterizos, en tren y en los aeropuertos.
Esto significa que si una persona que no es ciudadana de los EE. UU. ingresa legalmente a Canadá y hace una solicitud de refugio, no se le permitirá hacerla a menos que esté dentro de una de las cuatro excepciones del acuerdo: que tenga familia en Canadá, que sea menor de 18 años no acompañado, que proceda de un país que requiere visa para los Estados Unidos pero no para Canadá, o que si es deportado a su país enfrente la pena de muerte.
A cualquier otra persona que no entre en una de las cuatro excepciones, no se le permitirá hacer una solicitud en un puerto de entrada. Por esta razón, las personas que están desesperadas y huyen de la posibilidad de ser regresados a sus países donde la violencia reina, ingresan a Canadá en puertos de entrada irregulares y realizan solicitudes de refugio una vez están dentro de Canadá.
La mayoría de solicitantes de refugio en Canadá que provienen de los Estados Unidos llegan a través de puntos ciegos en Quebec y Ontario. Las cifras han sido tan altas en estas provincias que se ha visto una tensión en los recursos municipales y provinciales.
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La parlamentaria del Partido Conservador de Canadá Michelle Rempel, convocó a una reunión de emergencia para discutir el asunto después de escuchar a funcionarios de Ontario y de Quebec que dijeron que los centros de refugio en sus provincias han alcanzado su capacidad con la avalancha de solicitantes que ingresan desde Estados Unidos.
Durante la reunión de emergencia, que tuvo lugar el lunes 16 de julio, el Partido Liberal fue presionado por los diputados conservadores y del NDP para realizar un estudio que analice la situación de las personas que ingresan a Canadá desde los EE. UU. de forma irregular, y que proponga cómo lidiar con las tensiones que esta situación está causando a las provincias.
Por su parte, la encargada de inmigración del NDP, Jenny Kwan, dijo que las cifras vistas en Canadá son relativamente pequeñas en comparación con la crisis migratoria global y sugirió que la situación podría y debe ser manejada de manera efectiva. Kwan pidió al gobierno que suspenda el Acuerdo de Tercer País Seguro, dado que gran parte del problema de las personas que ingresan a Canadá de manera irregular proviene de las políticas de inmigración del presidente Donald Trump, agregando que los Estados Unidos ya no deberían ser consideraos como un país seguro para los solicitantes de refugio.
La Cámara de los Comunes y el Comité de Ciudadanía e Inmigración acordaron tener dos reuniones más este verano para discutir la situación. El Gobierno federal acordó aumentar el número de camas temporales en la frontera para los solicitantes de asilo, para tratar de aliviar parte de la presión que sienten las ciudades más grandes como Toronto y Montreal en relación sus centros de refugio.
El Gobierno de Canadá ha compartido estadísticas que indican que en junio del 2018 disminuyó la cantidad de personas que ingresó para solicitar asilo en Canadá. En mayo, hubo un promedio de 57 solicitudes de asilo por día, y en junio hubo 39 solicitudes por día. Las estadísticas, publicadas la semana pasada, muestran la disminución: en mayo fueron interceptadas 1.869 personas por la RCMP en puntos de control irregulares, mientras que en junio únicamente fueron interceptadas 1.263.
El 1 de junio de 2018, el Gobierno de Canadá prometió 50 millones de dólares para ayudar a aliviar el estrés puesto en las provincias por la entrada irregular a Canadá. Los fondos se destinarán a ayudar a las provincias de Quebec, Manitoba y Ontario, que tienen los costos más altos asociados con la vivienda de solicitantes de asilo.
A principios de este mes, el «premier» de Ontario, Doug Ford, culpó a las políticas de inmigración del Gobierno federal por poner tensión en los recursos locales y provinciales. Culpó a la administración del primer ministro Justin Trudeau por supuestamente alentar a las personas a cruzar a Canadá «ilegalmente». El «premier» Ford hizo esta declaración a la prensa y siguió diciendo que Ottawa debería pagar por los nuevos solicitantes de asilo que cruzan ilegalmente hacia Ontario.
Los comentarios los hizo en respuesta a los tuits del primer ministro Trudeau en que dijo que todo el mundo es bienvenido en Canadá. Estos tuits fueron en respuesta al anuncio del presidente estadounidense Trump de prohibir viajar hacia los Estados Unidos a personas de siete países de mayoría musulmana en enero de 2017. Las palabras exactas del primer ministro Trudeau fueron: «A los que huyen de la persecución, el terror y la guerra, los canadienses les darán la bienvenida, independientemente de su fe. La diversidad es nuestra fuerza #WelcomeToCanada». Así, el hashtag #WelcomeToCanada comenzó a aparecer en Twitter poco después de que Trudeau publicara sus tuits.
Los comentarios del «premier» Ford recibieron críticas del primer ministro Trudeau, quien dijo que probablemente Ford no entendía del todo las obligaciones internacionales de Canadá cuando se trata de solicitantes de asilo. El primer ministro dijo que durante la reunión que sostuvieron se tomó el tiempo para para explicarle cómo funciona el sistema de búsqueda de asilo en Canadá y que es un principio internacional que un solicitante de refugio nunca se considera ilegal.
En su explicación al «premier» Ford, el primer ministro Trudeau se estaba refiriendo a las obligaciones internacionales de Canadá en virtud de la Carta de Derechos y Libertades y otros convenios internacionales como la Convención de Refugiados de 1951, de la que Canadá es signatario. Esencialmente, Canadá tiene la obligación internacional de permitir que cualquier persona que ingrese al país haga una solicitud de asilo, y asegurarse de que todas las personas que la hagan tengan una audiencia imparcial.
La Convención de Refugiados de 1951 es un tratado multilateral de las Naciones Unidas que define quién es un refugiado y establece los derechos de las personas a las que se concede asilo y las responsabilidades de las naciones que otorgan asilo. En resumen, no le corresponde a Canadá tomar la decisión sobre a quién permitir ingresar a Canadá para realizar una solicitud de refugio.
La Ley de Inmigración de Canadá también establece que no podemos penalizar a las personas que ingresen irregularmente de acuerdo con los principios internacionales. También es importante comprender que el Gobierno de Canadá tiene un sistema riguroso y que solicitar refugio no es una entrada gratuita a Canadá, como algunas personas suponen.
Muchas organizaciones de derechos humanos y personas que trabajan con refugiados están pidiendo al Gobierno canadiense que derogue el Acuerdo de Tercer País Seguro, dado que los Estados Unidos ya no pueden ser considerado como un país seguro para los solicitantes de asilo. Si este acuerdo se deroga, el estrés financiero impuesto a ciertas provincias se aliviaría ya que todos los solicitantes de refugio tendrían libertad para presentarse en los puertos de entrada a través de Canadá para su procesamiento.