El Gobierno federal reveló este viernes una lista actualizada de los cerca de 250 productos estadounidenses a los que impondrá impuestos, al tiempo que se comprometió a invertir hasta 2.000 millones de dólares para salvaguardar puestos de trabajo en las industrias canadienses del acero, el aluminio y las manufacturas. Se trata de la última respuesta de Ottawa a los aranceles aprobados por el Gobierno de Donald Trump sobre los productos de estos sectores, tanto de Canadá como de otros países.
Las medidas fueron dadas a conocer por los ministros de Exteriores, Chrystia Freeland; Desarrollo Económico, Navdeep Bains; y Trabajo, Patty Hadju, durante un acto celebrado en una fábrica de acero de Hamilton, y son una continuación al anuncio hecho a finales de mayo por el primer ministro, Justin Trudeau, cuando declaró que respondería a los aranceles estadounidenses «dólar por dólar».
La nueva lista mantiene muchos de los productos anunciados anteriormente, como el zumo de naranja de Florida, el papel higiénico de Wisconsin, los pepinillos de Carolina del Norte, el ketchup de Ohio, el bourbon de Kentucky, los cortacéspedes, o el sirope de arce; añade otros, como las parrillas de hierro, los refrigeradores y congeladores o las almohadas; y elimina algunos, como barriles de cerveza de acero y hierro, o la mostaza preparada. En total, Canadá impondrá aranceles a Estados Unidos por valor de 12.600 millones de dólares.
Todas estas tarifas entrarán en vigor a partir de este domingo, 1 de julio (Día de Canadá), y se mantendrán «hasta que Estados Unidos elimine sus medidas restrictivas contra Canadá», según indicó Freeland. Por su parte, el ministro de Comercio, François-Philippe Champagne, confirmó que la ya acordada imposición de aranceles al acero y el aluminio estadounidenses (del 25% y el 10%, respectivamente) será también efectiva a partir de este 1 de julio.
Diversificar los destinos
Entre las medidas que el Gobierno federal tiene pensado implementar para ayudar a la industria canadiense se encuentran añadir 38 semanas más a los programas de empleo compartido (El work-sharing), ofrecer liquidez a las industrias afectadas, incrementar los fondos para que las provincias y territorios puedan desarrollar programas de formación y empleo, e invertir hasta 250 millones de dólares en «integrar mejor las cadenas de dtistribuición del acero y el aluminio en Canadá».
[perfectpullquote align=»right» bordertop=»false» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»»]Freeland calificó de «absurdas» e «hirientes» las razones de Trump para imponer aranceles.[/perfectpullquote]
Además, Ottawa destinará 50 millones de dólares para ayudar a que las empresas diversifiquen los destinos a los que exportan sus productos, y aprovechen mejor acuerdos de libre comercio firmados recientemente, como el CETA con la UE o el tratado transpacífico, CPTPP. También liberará 900 millones de dólares de Export Development Canada a lo largo de los próximos dos años, para financiación comercial y seguros en las industrias del acero y el aluminio y los sectores relacionados.
Trump justificó la imposición de aranceles a Canadá por parte de Estados Unidos (25% al acero y 10% al aluminio, los mismos porcentajes con los que respondió Ottawa) aludiendo a razones de «seguridad nacional», algo que Freeland calificó este viernes como «absurdo» e «hiriente». «No vamos a intensificar [la guerra comercial], pero tampoco vamos a retroceder», indicó la ministra, agregando que las sanciones económicas anunciadas este viernes son las más enérgicas adoptadas por Canadá desde la Segunda Guerra Mundial.
Teniendo en cuenta que Estados Unidos celebra elecciones legislativas el próximo mes de noviembre, las tarifas impuestas por Canadá pueden suponer una presión política para el Gobierno de Trump, que tendrá que contentar a los representantes de los Estados más afectados en el país vecino.