Recientemente, en un fin de semana soleado y caluroso, estaba caminando con mi hermana en uno de los hermosos parques frente al lago de Toronto. Ella vio a un hombre que conocía descansando en una banca del parque, protegiéndose del sol con un viejo paraguas. Mi hermana lo llamó por su nombre y fue a saludarlo y conversar con él.
El hombre sentado en la banca del parque no tiene hogar y es una de las muchas personas sin hogar que viven en Toronto. Este hombre ha vivido en las calles de Toronto durante más de 25 años, ese es el tiempo que tiene mi hermana de conocerlo. Lo conoció en las calles hace unos 25 años y desarrollaron una buena relación. Cada vez que se encuentran, conversan como viejos amigos y se ponen al día.
El amigo de mi hermana está muy interesado en la política canadiense y es un conocedor de la política de la ciudad. Le gusta leer los periódicos y escuchar las noticias en la radio siempre que puede. Él no tiene hogar por decisión propia, y decidió también no ser parte de los usuarios de los refugios. Él disfruta ser libre, según explica.
Ese día, le comentó a mi hermana una reciente entrevista de radio que escuchó con nuestro alcalde John Tory, quien estaba hablando sobre el aumento de solicitantes de refugiados que entran a Canadá y que ocupan nuestro sistema de refugios en Toronto. El alcalde Tory dijo que él personalmente había ayudado a patrocinar a una familia siria hace años y que era necesario continuar apoyando a los refugiados que llegan a Canadá.
El amigo de mi hermana comenzó a hablar sobre los refugiados que ocupan los espacios de los refugios en Toronto. Y dado que mi hermana trabaja con solicitantes de asilo, se puso nerviosa sobre a dónde conduciría la conversación y qué le iba a decir su amigo sobre el asunto. Para su sorpresa, su amigo, un canadiense sin hogar, estaba a favor de ayudar a los solicitantes de refugio, incluso si eso significaba que usaran nuestro ya saturado sistema de refugios. Dijo que, como seres humanos, es nuestro deber ayudarnos unos a otros donde y cuando podamos. Su único pesar en el asunto era que él personalmente no podía contribuir con recursos para ayudar a los refugiados que ingresan a Canadá.
Los solicitantes de refugio en Toronto actualmente representan el 40% de las personas que usan nuestros refugios de la ciudad. A fines del 2016, un promedio de 459 solicitantes de refugio por noche usaba el sistema de “shelters” de Toronto. Las últimas cifras indican que hay 3.200 solicitantes de refugio en “shelters” por noche, y se espera que el aumento le cueste a Toronto 64,5 millones de dólares extra para finales del 2018.
Actualmente, Toronto cuenta con 6.600 plazas de refugio de emergencia y de transición en 63 ubicaciones. Esto incluye moteles usados principalmente por familias. 53 de los 63 refugios en Toronto son supervisados por agencias comunitarias; los 10 restantes son operados directamente por la ciudad de Toronto.
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A partir de marzo del 2018, la demanda de camas en los refugios ha aumentado en un 34%. Como resultado del aumento, la ciudad agregó 807 camas (648 en programas hoteleros y 159 en refugios). La ciudad se ha comprometido a abrir 1.000 nuevas camas para el 2020. En estos momentos hay aproximadamente 800 solicitantes de refugio en espacios temporarios que son dormitorios de colegios que deben ser evacuados en agosto para los estudiantes que regresaran a clases.
El alcalde Tory dice que Toronto necesita ayuda urgente del Gobierno federal y del Gobierno provincial para hacer frente al aumento de los solicitantes de refugio. Junto con varios concejales y el jefe del sistema de refugios de Toronto, el alcalde Tory convocó a una reunión pidiendo una mejor coordinación entre los gobiernos para colocar nuevos refugiados en «ubicaciones regionales» fuera del sistema de refugios de Toronto. También pidió nuevo personal, nuevos fondos y reembolsos.
Los comentarios del alcalde Tory se produjeron pocos días después de que las autoridades de Quebec dijeran que ya no llevarían a los solicitantes de refugio al sistema de refugios de Montreal. Están al 85% de su capacidad. Como resultado, muchos de los solicitantes de refugio que ingresan a Canadá a través de Quebec se dirigirán a Ontario y Toronto. Según la Junta de Inmigración y Refugiados de Canadá, la mayoría de las personas que ingresaron a Canadá para solicitar el estatuto de refugiado en el primer trimestre de 2018 provienen de Nigeria, seguidas por India, Rumanía, Colombia y Haití. Se estima que veremos 400 solicitantes de refugio por día.
El alcalde John Tory hizo hincapié en que él quiere que los refugiados tengan éxito para ellos mismos y para Canadá como en las generaciones pasadas, pero que existe la necesidad de que los gobiernos federal y provincial actúen y ayuden. Hizo hincapié en que la respuesta es no darle la espalda a las personas que necesitan nuestra ayuda, sino encontrar apoyo y soluciones.
A diferencia de la solicitud del alcalde Tory de más apoyo en Toronto, recientemente un grupo de activistas antiinmigración se manifestaron en un desfile familiar en Halifax. El grupo nacionalista de extrema derecha gritó sobre la necesidad de proteger la identidad, la cultura y el patrimonio de Canadá, e hizo hincapié en que Canadá no es un país de inmigrantes sino un país de colonos y pioneros.
Hay dos problemas claves con esta declaración. En primer lugar, la cultura canadiense se formó originalmente de las culturas británica, francesa e indígena y, con el tiempo, ha sido influenciada por las culturas de las poblaciones inmigrantes. En segundo lugar, los colonos y pioneros que llegaron a Canadá fueron en realidad inmigrantes de Gran Bretaña y Francia.
Hace poco tuve una conversación con una bella mujer inmigrante que conozco. Tristemente, una conversación que tengo demasiado a menudo. A pesar de que ella es latinoamericana e inmigrante, me recordó a los manifestantes antiinmigración en Halifax. Ella quería saber por qué estamos «dejando entrar a todos estos refugiados para que roben nuestros trabajos y albergues, cuando podrían ser delincuentes». Después de explicarle el proceso de selección que cada solicitante de refugio realiza para eliminar los riesgos de seguridad y de salud, le pregunté sobre su propia historia familiar a Canadá. Como era de esperar, su familia también había huido de su país de nacionalidad en busca de la seguridad de Canadá y de una vida mejor.
A pesar de la crisis que esta situación significa para la ciudad, el alcalde aun dice que Toronto le da la bienvenida a los refugiados, “pero necesitamos el apoyo apropiado y liderazgo de Ontario y de Canadá”
Las palabras son muy poderosas, no importa si provienen de un político o de una persona sin hogar. En ambos casos estos hombres muestran lo que significa ser solidarios con los más necesitados.