El Senado ha dado vía libre a la legalización del cannabis en Canadá. Con la aprobación de este medida prometida por el primer ministro, Justin Trudeau, en su programa electoral -con 52 votos a favor, 29 en contra y dos abstenciones- su producción y consumo será libre en Canadá a partir del 1 de septiembre. Tras el voto del Senado la ley deberá ser homologada por la gobernadora general del país, que representa a la reina Isabel II.
Los canadienses mayores de 18 años (19 en algunas regiones) podrán comprar un gramo de marihuana por unos 10 dólares canadienses (7,5 dólares) o menos, de un grupo de vendedores públicos y privados autorizados o por correo. La distribución estará a cargo de cada provincia o territorio. La posesión estará limitada a 30 gramos por persona.
El mercado canadiense se estima en 5.700 millones de dólares canadienses (4.500 millones de dólares), según cifras oficiales basadas en el consumo del año pasado. El ministro de Finanzas, Bill Morneau, estimó que la recaudación de impuestos por el cannabis podría llegar a 400 millones de dólares canadienses (unos 300 millones de dólares), pero Ottawa aceptó retener solo 25% de esos recursos, y el resto se destinará a los gobiernos regionales.
La regulación sobre la producción de cannabis se aplica a escala federal, pero en el caso de la venta, las autoridades estatales y locales tienen un mayor poder de acción tanto sobre los establecimientos de titularidad pública como sobre aquellos de propiedad privada.
El primero del G7
Uruguay aprobó el uso recreativo de la marihuana hace cinco años y nueve estados de Estados Unidos y la capital Washington han pasado medidas similares, pero Canadá será el primer país del G7 en tomar ese paso.
La semana pasada el gobierno liberal rechazó 13 de las 46 enmiendas propuestas por el Senado después de siete meses de estudio. Una de estas enmiendas habría dejado a las provincias la opción de prohibir el cultivo del cannabis en los hogares, como quieren hacerlo en Manitoba y Quebec. Pero el gobierno se ha opuesto decididamente a ello.
«Los canadienses pueden hacer cerveza o vino en sus hogares», dijo la ministra de Salud, Ginette Petitpas.
«Ya es posible para los canadienses cultivar cannabis para usos médicos y absolutamente creemos que la legislación debe ser consistente en el caso del cannabis recreacional», afirmó, defendiendo también los artículos sobre el comercio de remeras y gorras con motivos de marihuana, otro de los puntos contenciosos.
Petitpas señaló que el gobierno seguiría las recomendaciones de los expertos y permitiría el cultivo de hasta cuatro plantas para uso personal. «En tres años, podremos revisar lo que funciona, y lo que no funciona» en la ley, dijo Trudeau.