PANORAMAS DEL CINE CANADIENSE
‘Mon oncle Antoine’ y la revolución tranquila de Quebec

El cine canadiense es un fiel reflejo de la compleja y diversa composición de su sociedad. Aunque ensombrecido en demasiadas ocasiones por la poderosa industria cinematográfica de su vecino, la producción nacional destaca por su calidad, la profundidad intelectual de sus temáticas y la aspiración a un universo creativo con un identidad propia. En esta nueva sección, el crítico Xphilo Liranzo nos conduce por la historia del cine canadiense a través de sus películas más representativas.

mon oncle antoine
‘Mon oncle Antoine’ fue dirigida en 1971 por Claude Jutra, figura fundamental en el cine francófono en Canadá.

Mon oncle Antoine, cuya traducción literal en castellano sería “Mi tío Antonio”, es un filme esencial en la cinematografía canadiense, no solamente por el estatus que tiene de gran clásico ni por lo que representó en términos de calidad para la industria del cine del país, sino porque refleja un contenido social y económico relevante para comprender una parte significativa de la historia de Canadá, siendo más específicos, de Quebec, la provincia francófona vecina de Ontario, en la que han existido históricamente conflictos económicos, políticos y culturales entre anglófonos y francófonos.

Filmado con un estilo de “cinéma verité”, cercano al del documental, la obra está ambientada en un pueblo minero de Quebec en los años cuarenta antes de que ocurriera la Huelga del asbesto, la más larga en la historia de la provincia y una de las más violentas en todo Canadá. La película comienza mostrando un personaje secundario que resultará muy importante en el relato; se trata de Jos Poulin, un padre de familia que trabaja en una mina de asbestos. Como la gran mayoría de los obreros en esas minas, Jos es francófono; él es reprochado de mala manera por su capataz anglófono (los de lengua inglesa son los propietarios de las minas), razón por la cual deja el trabajo. Al regresa a su casa ubicada en una aislada zona rural, le informa a su familia (esposa y tres hijos) de la renuncia y, parte para un nuevo trabajo como leñador.

Tras esto, la película nos introduce en el entorno de los dos personajes principales: Benoît y Antoine. Benoît es un niño huérfano de quince años que vive en la casa de su tío Antoine, un señor mayor que junto a su esposa, son propietarios de una gran tienda de provisiones y servicios localizada en el centro del pueblo. Entre la variedad de los servicios que ofrecen, está el de las pompas fúnebres. Desde la perspectiva de Benoît, el filme nos muestra matices sociológicos propios del contexto narrativo: podemos percibir la influencia de la religión católica, el resentimiento de los quebequenses con relación a los anglófonos, las familias disfuncionales a causa de la pobreza y las pocas oportunidades laborales, problemas sociales como el alcoholismo y el maltrato infantil.

Pero al mismo tiempo, Mon oncle Antoine interioriza en la mente del adolescente, en su proceso de descubrimiento y maduración: su proceder ante la religión, la experimentación de los impulsos sexuales, sus observaciones en torno al “lado reprimido y oculto” de las personas que le rodean, su experiencia ante la muerte y, la relación con su tío Antoine. El inesperado y trágico fallecimiento del hijo mayor de los Poulin en plena nochebuena, hace que Antoine tenga que ir junto a Benoît a recoger el cadáver, como parte de sus servicios fúnebres. En el camino mientras traen al difunto, Antoine se emborracha y se deprime, deja al mando del coche a Benoît durante buena parte del trayecto en plena madrugada.

Esta relación entre el sobrino y el tío se podría interpretar como una alegoría de La Révolution tranquille (Revolución Tranquila en castellano). Entiéndase el proceso político-social del reordenamiento de la Provincia de Quebec, el cual generó notables cambios. Entre ellos, mayor independencia de la provincia con relación al resto de Canadá, la separación de la Iglesia del Estado, la consolidación de la lengua francesa y la construcción de los cimientos del nacionalismo quebequense.

Bajo esta perspectiva se infiere que Antoine es la dignidad “quebecoise” orientada al servicio del pueblo, esa identidad que, a pesar de tantas desventajas y vicisitudes, ha podido sobrevivir y mantenerse esperanzada. Benoît es el porvenir, la juventud que se ha hecho consciente de la necesidad de cambios importantes en el futuro inmediato. Muchos se preguntarán por qué el francés tiene una relevancia que escapa al “pragmatismo cotidiano” fuera de la provincia francófona; una respuesta muy válida sería La Révolution tranquille; esta revolución provocó que el francés acabara siendo una de las dos lenguas oficiales del país, y la película Mon oncle Antoine, un material que refleja motivos y circunstancias por las cuales ésta tuvo lugar.


Título original: Mon oncle Antoine ( Mi tío Antonio)
Año: 1971
Director: Claude Jutra
Guion: Claude Jutra (adaptación) y Clément Perron (adaptación) sobre un guion original de Clément Perron
Protagonistas: Jacques Gagnon, Jean Duceppe, Olivette Thibault, Lionel Villeneuve y Claude Jutra

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Xphilo Liranzo
Xphilo.com
Journalist, freelance writer. Born in the Dominican Republic, lives in Toronto since 2016 and previously lived in Montréal for two years. Film analyst, novelist, author of two novels in process of editing. He writes reviews of movies, books, and music albums. He is also interested in psychology, sociology, neuroscience, history, sports, health, and well-being. He has some experience in filmmaking (directing and as a screenwriter). Passionate about languages, he is fluent in English, French, Spanish, Italian and Portuguese. He is also able to read and speak German (intermediate level) and Mandarin (Basic level). You can find most of his articles and reviews on his website: Xphilo.com