«He estado casada durante 19 años, y cuando mi esposo me pidió matrimonio no dijo que cada cinco años veríamos si queremos divorciarnos. No creemos que esos sean los cimientos para una relación duradera». La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, recurrió este martes a un simil con su propio matrimonio para criticar la insistencia de Estados Unidos en demandar una nueva cláusula de revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, o NAFTA, por sus siglas en inglés), en la jornada en que se dio por concluida en Ciudad de México la quinta ronda de negociaciones para la revisión del acuerdo.
A partir de ahora, las sesiones principales de las conversaciones no se seguirán celebrando en las capitales de los tres países (Ottawa, Washington y Ciudad de México), sino en otras ciudades. La sexta ronda de negociaciones se llevará a cabo entre el 23 y el 28 de enero próximos en Montreal, si bien los equipos negociadores de los tres ministros celebrarán asimismo reuniones intersesionales en Washington a mediados de diciembre.
[perfectpullquote align=»left» bordertop=»false» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»»]«Cuando mi esposo me pidió matrimonio no dijo que cada cinco años veríamos si queremos divorciarnos»[/perfectpullquote]
En una comparecencia ante los periodistas, y al ser preguntada por si los canadienses deberían ir preparándose para vivir sin el TLCAN, Freeland señaló que la postura de Ottawa es «esperar lo mejor y prepararse para lo peor», y añadió que «Canadá está preparada para cualquier situación».
Según dijo la ministra, Estados Unidos ha presentado «propuestas extremas» que están dificultando el avance de la renegociación, unas propuestas que, añadió, «no podemos aceptar». «Lo que hemos hecho en algunas de esas áreas es tratar de llegar a un mejor entendimiento», explicó.
En la declaración conjunta que firmaron al término de las conversaciones de Ciudad de México, los representantes de los tres países indicaron, no obstante, que «se lograron avances en varios capítulos». Sin la presencia de los ministros, y de acuerdo con un comunicado hecho público por el Gobierno mexicano, los negociadores «se enfocaron en avanzar lo más posible, con el objetivo de reducir brechas y encontrar soluciones».
«Muchas dudas»
En este sentido, el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, aseguró que las conversaciones «han avanzado», a pesar de que las demandas de Estados Unidos, especialmente respecto al sector automovilístico, «despiertan muchas dudas», informa Europa Press. El mandatario concretó que esos avances se han registrado particularmente en cuestiones relacionadas con la corrupción y comercio electrónico.
Guajardo añadió que las autoridades mexicanas están dispuestas a considerar «algunos elementos» de las demandas planteadas por Washington, y aclaró que su gobierno tiene intención de presentar una contrapropuesta. El ministro añadió, no obstante, que, en cualquier caso, México no puede confiar por completo en el resultado de las conversaciones, por lo que debe contar con un plan alternativo para cuando llegue ese momento.
[perfectpullquote align=»left» bordertop=»false» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»»]»Hasta ahora, ni Canadá ni México han dado pruebas de querer implicarse seriamente en establecer cláusulas que nos conduzcan a un acuerdo más equilibrado”[/perfectpullquote]
Menos optimista se mostró el Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, quien manifestó, a través de un comunicado, su preocupación por la «falta de avances» en algunas cuestiones. «Hasta ahora, ni Canadá ni México han dado pruebas de querer implicarse seriamente en establecer cláusulas que nos conduzcan a un acuerdo más equilibrado», indicó.
Entre los puntos más controvertidos de esta quinta ronda de negociaciones, informa Efe, se encontraba la petición de Estados Unidos de aumentar el contenido regional en el sector del automóvil del 62,5% al 85%, con una participación estadounidense del 50%.
Otros temas espinosos han sido el capítulo 19 (dedicado a la solución de disputas), la eliminación de la apertura del transporte transfronterizo por carretera (un asunto que comenzó a negociarse en el encuentro anterior), o la llamada cláusula «sunset» sobre la revisión cada cinco años del TLCAN.
Para la ministra canadiense de Exteriores, agregar esta clásula en los términos que plantea Washington es una de las «línesa rojas» que el Gobierno canadiense no está dispuesto a cruzar. En opinión de Freeland, la cláusula sería una disposición redundante, ya que, como recordó, el TLCAN cuenta ya con un mecanismo de salida, por el que cualquiera de los tres países integrantes del Tratado puede abandonarlo, con la única condición de que lo anuncie por escrito con seis meses de antelación. De hecho, el presidente de EE UU, Donald Trump, ya ha amenazado con hacerlo en varias ocasiones, aunque sin llegar a cumplir nunca sus amenazas
La renegociación del TLCAN, un tratado que está vigente desde 1994, pero amenazado ahora por la llegada de Trump a la presidencia de EE UU, comenzó el pasado mes de agosto, y está previsto que se prolongue hasta al menos marzo del año que viene. Según el mandatario estadounidense, el acuerdo actual beneficia a Canadá y, especialmente, a México, y ha provocado la pérdida de miles de empleos en su país.