Ana María Domínguez soñaba de pequeña en su Cali natal con las estrellas y los planetas y con estudiar astronomía, pero ya de adulta acabó dirigiendo una de las constelaciones empresariales más importantes del mundo en el campo del consumo. Al frente de Campbell’s Canadá desde 2014, este colombiana que estudió ingeniería industrial y dirigió el área de mercadeo en varias empresas en Colombia, Venezuela y Brasil, se enfrenta al reto de mantener el liderazgo de una de las compañías más icónicas y conocidas del planeta. Sus famosas sopas (es la primera productora del mundo), es un producto que ha logrado trascender en el tiempo y adaptarse con habilidad a las fluctuaciones de un mercado cambiante. Dirige en Toronto una compañía con más de 800 trabajadores y que factura más de 600 millones de dólares al año. En esta entrevista, Dominguez habla de su vida en Canadá, de sus responsabilidades profesionales y de la importancia de sus valores latinos como expresión de liderazgo y creatividad en un entorno laboral de rígido predominio anglosajón.
Usted nació en Calí y estudió ingeniería industrial. ¿Imaginó algún día estar presidiendo una empresa de la envergadura de Campbell en Canadá?
Cuando estaba en el colegio de pequeña soñaba con estudiar astronomía o matemáticas. Así que realmente yo crecí en Cali pensando en este tipo de cosas que están tan alejadas de lo que finalmente he hecho.
Han dicho de usted que es una especialista en “apagar fuegos” en empresas con problemas. ¿Qué virtudes son más importantes a la hora de mejorar la rentabilidad de una empresa: carácter, experiencia, conocimiento o inteligencia?
Es difícil elegir unas por encima de otras pero yo creo que una de las más importantes es la inteligencia, en el sentido de que cuando hay darle un giro a un negocio hay que conocer muy bien ese negocio y las diferentes variables, no solo individualmente sino cómo interactúan entre ellas para poder crear una estrategia. Pero también carácter porque uno puede tener la mejor estrategia pero si no tienes carácter, entendido como liderazgo, si tu no logras que el equipo realmente te acompañe en esa nueva estrategia no vas a lograr el éxito. Y también carácter por disciplina, porque realmente cuando uno atraviesa este tipo de situaciones hay que tener muy claros algunos principios y unas reglas de juego si se quiere dar ese giro importante que se necesita. La disciplina es fundamental porque la inercia que arrastra la organización es muy muy fuerte. Entonces la combinación de inteligencia para poder desarrollar esa estrategia y carácter para poder tener liderazgo efectivo y disciplina en el nuevo camino son las virtudes fundamentales.
En una entrevista explicaba que una de las experiencias profesionales que más le ayudó en su carrera fue la convivencia con un “jefe difícil”. ¿Cómo es usted cómo jefe? ¿Cómo cree que le ven sus empleados?
Seguro que yo me veo mejor de cómo ellos me ven. Definitivamente esa experiencia me ayudó a emprender muchas cosas que yo no quería hacer. Yo he utilizado mucho esos aprendizajes. Hoy en día diría que yo soy un jefe exigente y ambicioso, con metas muy ambiciosas y por lo tanto muy exigente conmigo misma y con los demás. Soy directa y clara a la hora de dar lineamientos en lo que vamos a hacer. También soy aliada, aunque soy muy exigente y a veces dura, realmente soy el tipo de jefe que se remanga y se pone a trabajar con el equipo. Creo que me verán como aliada de ellos, como parte del equipo. Y lo último que diría es que soy abierta, siempre invierto mucho tiempo en conversar con la gente, en intentar entender qué están pensando, sobre todo porque en la responsabilidad que tengo ahora estoy muy lejos de la acción del negocio y por lo tanto invierto muchas horas al día en conversar, preguntar y escuchar. Creo, en este sentido, que soy una persona abierta que escucha; esto no quiere decir que se acabe haciendo todo lo que escucho, pero realmente escucho. Si les preguntas directamente a ellos probablemente confirmarían todo lo que acabo de decir y además añadirían que soy controladora (Risas).
¿Cómo es su vida en Canadá? ¿Cómo es la vida de una colombiana en un país tan distinto a otros en los que ha vivido en el pasado como Venezuela o Brasil?
Es diferente. Canadá es un país maravilloso, como familia nos encanta porque la calidad de vida es excelente como persona, como profesional y como madre. Todo funciona, uno no tiene que pensar en cosas que en Latinoamérica están presentes todo el tiempo como el problema de la seguridad, la educación, la salud, la corrupción… aquí las cosas funcionan muy bien aunque evidentemente no todo es perfecto. ¿Qué me falta de Latinoamérica? Yo diría que la calidez del latino, aquí la vida es un poco mas sola y esto para nosotros ha sido un poco difícil porque aunque nosotros hemos vivido en muchos países, en esos lugares siempre hicimos un grupo de amigos muy cálido que lograba que no nos sintiéramos tan solos. Aquí eso nos ha costado un poco más.
Su carrera profesional ha estado ligada fundamentalmente a las áreas de mercadeo en las empresas en las que ha trabajado, como Procter and Gamble o SC Johnson. ¿Si se tratara de un producto, cómo vendería Colombia a los canadienses para que lo compraran, para que lo conocieran?
Primero diría que la campaña que tiene hoy Colombia como país: “Realismo mágico”, realmente me parece perfecta porque Colombia sorprende. Como lamentablemente nuestra historia ha sido difícil en los últimos veinte años, la gente tiene una percepción de nuestro país que es más negativa que positiva. Entonces lo que yo diría es que si van a Colombia se van a sorprender por su diversidad, por la naturaleza, por la exuberancia de las montanas, del mar; por la calidez y creatividad de la gente, de su historia. De hecho es la experiencia que he tenido con extranjeros que han visitado mi país y que se han quedado impactados.
Hábleme de su condición de latina en Canadá. ¿Ejerce su latinidad? ¿Influye en su carácter como ejecutiva en un entorno anglosajón?
Diría que si, creo que podría hacer más pero como latina tengo definitivamente una característica que es la calidez, que es diferente al profesional canadiense. Y yo la utilizo y creo que es un elemento positivo cuando llego a un lugar y no conozco a nadie y tengo que construir relaciones rápidamente. Creo que el ser Latina, el ser cálida, me ayuda a construir relaciones con gente que, por ejemplo, aquí en Toronto se conoce de toda la vida y yo no. Eso me ayuda. También destacaría de los latinos la recursividad porque en Latinoamérica tenemos pocos recursos y por lo tanto tenemos que ser muy creativos, darle la vuelta a las cosas, buscar soluciones, alternativas… creo que esa es una de mis fortalezas y creo que me ayuda mucho cuando a veces el que ha crecido y está acostumbrado a tener muchos recursos, cuando se enfrenta a un problema tiene menos capacidad para resolverlo y no encuentra salidas. Yo suelo encontrar la salida y las soluciones.
Colombia es el segundo país de América Latina con mayor número de inmigrantes en Canadá. ¿Qué aportan los colombianos a Canadá y que pueden aprender de este país?
He conocido a muchos colombianos que son emprendedores y han creado su propia empresa. El colombiano tiene una gran ética del trabajo, una gran capacidad para inventar cosas y desarrollar ideas, y tiene un compromiso muy grande con el trabajo. Eso se traduce en una gran aportación cuando deciden crear una empresa. El aspecto en el que quizá los colombianos podríamos mejorar, y los canadienses lo hacen muy bien, es el “networking” y el apoyo mutuo. Nos conocemos, somos amigos, pero no necesariamente nos apoyamos para crecer y progresar como comunidad. Eso lo podríamos hacer mejor.
¿Cómo cree que ven los canadienses a América Latina?
Yo creo que lo ven como un “question mark”. La ven como una región que desconocen pero sobre la que sienten una gran curiosidad. Y creo que ahí está la oportunidad que tenemos nosotros los latinos, en aprovechar la curiosidad natural que tiene el canadiense tanto desde el punto de vista de turismo como empresarial. No creo que nos vean con una lente negativa, creo más bien que se trata de una curiosidad positiva hacia la región.
Desde su perspectiva como ejecutiva de una gran multinacional de consumo, ¿Cuáles son los principales desafíos del mundo empresarial en un momento en el que se están cuestionado las reglas del libre comercio y las relaciones multilaterales?
Es un entorno complicado, sin duda. Yo diría que lo que es fundamental es estar cerca de lo que está pasando y poder entender muy bien las posibles implicaciones que tiene un cambio en un sentido o en otro. Nosotros en Campbell’s estamos haciendo un gran esfuerzo por entender lo mejor posible el nuevo entorno macroeconómico y regulatorio. Añadiría también que hay que ser flexibles y ágiles. Nosotros desde ya estamos pensando qué tenemos que hacer para ser exitosos ante cualquier nueva situación. Finalmente resaltaría que no hay que perder el foco en la productividad, creo que las empresas tenemos que ser productivas, y cada vez mas porque el entorno es más competitivo y complejo.
