Una de las situaciones con las que se está enfrentando en estos momentos el sistema migratorio canadiense es con que hay un atraso muy grande en el procesamiento de los casos de refugio luego de la implementación de los cambios al sistema en el año 2012. De hecho, el Immigration and Refugee Board (IRB) ya estaba atrasado con alrededor de 5,200 casos conocidos como Legacy Cases, que son los de las personas que llegaron precisamente antes del 15 de diciembre de 2012.
Hay que recordar que, en esa fecha, cuando el Ministro de Inmigración del gobierno anterior cambió los procedimientos de refugio para agilizar los casos, puso tiempos límite para que el IRB evaluara los casos de refugio. Así, para las personas que provienen de los conocidos como Países Designados como seguros, el tiempo límite para escuchar sus casos y tomar una decisión es de 30 días, y para las personas que vienen de otros países el tiempo límite es de 60 días.
Sin embargo, lo que está pasando en este momento es que el IRB está postergando las audiencias debido a que tiene un atraso muy grande con los casos nuevos; es decir, con los que llegaron después de diciembre de 2012, y particularmente durante los últimos dos años.
Así, cuando la persona va al Departamento de Inmigración y la declaran admisible y elegible para pedir refugio, la refieren al IRB y ahí le dan la cita para la audiencia basándose en los reglamentos de Inmigración: lo que está sucediendo es que les están posponiendo la audiencia. Algunas personas reciben cartas diciendo que su audiencia esta pospuesta hasta una fecha que se la van a dar en un futuro, o la persona llega a su audiencia y ahí mismo le dicen “desafortunadamente no tenemos la posibilidad de escuchar su caso hoy, lo vamos a tener que posponer”.
La razón para que esto esté sucediendo es el aumento de refugiados que han entrado a Canadá desde el año 2015. Uno tendería a pensar que es solamente por el factor Donald Trump en los Estados Unidos, pero es una combinación de problemas en el mundo y de personas que están en movimiento, es una combinación del haberle quitado la visa a ciertos países que antes la requerían, y de que tengamos un nuevo gobierno y un Primer Ministro que dice que a los refugiados se les va a recibir con los brazos abiertos.
Además, el IRB no tiene la infraestructura para procesar el numero altísimo que tienen en este momento, por lo cual ya tomó la medida de cambiar los procedimientos del proceso de refugio dependiendo del país del que llega la persona.
Por ejemplo, a personas provenientes de países como Afganistán los están procesando mucho más rápidamente, y hay una lista de países que, debido a la alta incidencia de abusos de derechos humanos, las personas están siendo aceptadas a través de un “paper-screening”, es decir, que un funcionario ve la historia de la persona y basándose en si concuerda o no con lo que está sucediendo en el país, y en la documentación que el solicitante pueda presentar, son aceptados o no.
Hay otros casos en que también, dependiendo de la situación en el país de origen, las personas están siendo procesadas en audiencias muy cortas, en la cuales el miembro del IRB básicamente quiere clarificar algún punto específico, pero no es necesario que el solicitante de refugio cuente toda la historia.
Esta semana el Ministro de Inmigración dijo que se está haciendo un estudio para ver de qué manera se pueden agilizar los casos de refugio en Canadá a fin de que las personas no tengan que estar sufriendo, esperando sin tener idea de lo que va a pasar con sus vidas.
Pero la verdad es que este problema con los refugiados no es nuevo. Yo he estado trabajando en el área de Inmigración durante los últimos 34 años, y desde que comencé siempre ha habido problemas y cambios con la intención de mejorar o agilizar el sistema, pero después de un tiempo las cosas vuelven a complicarse en el IRB y comenzamos de nuevo a estudiar qué hacer para agilizar el proceso.
Es importante notar que entre estos casos atrasados hay muchos latinoamericanos, dado que están entrando muchas personas particularmente de Centroamérica, de Colombia y de Venezuela que están pidiendo refugio y sus casos están siendo pospuestos.
Las estadísticas más recientes que tenemos del IRB muestran que el país de América Latina del que más refugiados se recibieron en el 2016 fue Colombia, le sigue Venezuela, El Salvador, Honduras, México y Cuba. Pero también muestran que hay un porcentaje altísimo de aceptación para los solicitantes de estos países.
Por ejemplo, el promedio de aceptación para Venezuela es 74.5%, para Honduras es 69.5%, El Salvador 64.2%, Colombia 62,3%, Cuba 59.5% y Republica Dominicana 58.8%. Esto indicaría que la preocupación en estos momentos para nuestra gente no es tanto si van a ser aceptados o no (dado que estás estadísticas son bastante altas en términos de promedio de aceptación), sino el desespero de tener que esperar para ver cuándo van a tener su audiencia.
Las personas que han entrado recientemente están preocupadas, pero obviamente lo están aún más quienes están en los casos de legado, que llegaron antes de diciembre del 2012, porque ya tienen cinco años o más de espera. Y son personas que tienen a sus familias en sus países de origen y que no podrán reunirse con ellas hasta que tengan la aceptación y la residencia permanente.
También existe el problema de que, si se firman tratados de paz o si hay cambios de gobierno, esto les puede afectar en sus casos de refugio. Y si bien alguien puede racionalizar de que si ya hubo cambios la persona no tiene más problemas y se puede regresar a su país, realmente es complicado hacerlo después de haber vivido en otro país durante 5 o 6 años y estar relativamente bien establecido.
Yo creo que mientras el Ministro de Inmigración está pensando y tratando de solucionar el problema creando nuevos procedimientos, lo mejor que podría hacer con el número de caso atrasados es dar algún tipo de programa especial para limpiarlos de una vez, y después poder empezar nuevamente con los nuevos procedimientos.