Estados Unidos ha activado formalmente este jueves el proceso para renegociar el acuerdo de libre cambio con México y Canadá (TLCAN). La administración de Donald Trump entregó la carta final al Congreso en la que expone, de una manera muy genérica, su propuesta para modificar los términos del actual tratado. Se abre ahora un periodo de 90 días antes de que las tres partes se sienten a discutir.
El proceso se activa justo una semana después de que el Senado confirmara la nominación de Robert Lighthizer para el cargo de representante de Comercio. La negociación no podía comenzar técnicamente sin su nombramiento. Es el que ahora firma la carta oficial al Congreso en la que se exponen los objetivos que se persiguen en la revisión del pacto comercial con México y Canadá. La intención de EE UU es que el nuevo marco que regule los intercambios comerciales entre la región norteamericana sea justo además de libre. El contenido de la carta final es muy similar en este sentido a la del borrador que circuló hace unas semanas, pero es mucho más condensada y no entra en detalles. El texto anterior era de ocho páginas y el definitivo no llega a cubrir dos caras.
La negociación podría comenzar, por tanto, a mediados de agosto si el proceso de consulta con los legisladores no se tuerce. Lighthizer explica en la carta que lo que quiere la administración estadounidense es “modernizar” el TLCAN, para así poder mejorar la oportunidades de crecimiento y de empleo. En este sentido señala que la economía y las empresas cambiaron considerablemente desde su firma.
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“Muchos capítulos están anticuados y no reflejan los estándares modernos”, reitera el texto que se están distribuyendo en el Congreso. Cita, en concreto, el “comercio digital”. También indica que estos cambios deben incluir provisiones que aborden cuestiones como los derechos de propiedad intelectual, empresas públicas, medio ambiente, condiciones de empleo, procedimientos fronterizos y sanidad. Donald Trump parece con esta redacción tan genérica darse más flexibilidad. El presidente se estuvo planteando hace solo unos días la posibilidad de abandonar por completo el pacto. Desistió de dar ese paso tras recibir una llamada de sus homólogos Enrique Peña Nieto y Justin Trudeau. El secretario de Comercio, Wilbur Ross, insistía esta mañana que están comprometidos en avanzar por la vía trilateral.
El TLCAN, negociado por la administración del demócrata Bill Clinton, une a las tres economías desde 1994. La zona de libre cambio cubre a 450 millones de personas y hay 14 millones de empleo en EE UU que se benefician de la ausencia de barreras comerciales. Los intercambios pasaron de cerca de 290.000 millones de dólares en el origen del tratado a superar los 1,2 billones en 2016. Donald Trump llegó a calificarlo durante la campaña electoral como el peor acuerdo comercial de la historia. El ahora presidente, que quiere ir rápido en la negociación, ya ha dejado claro que se descolgará si ve que las discusiones no avanzan en la dirección que espera para proteger a las empresas y los empleados de EE UU. En ese caso, la opción alternativa sería cerrar pactos bilaterales.