Tres ministros más del gabinete de Justin Trudeau estarán en Estados Unidos esta semana para reforzar la estrategia del Gobierno federal de presionar a los líderes y legisladores estadounidenses sobre la importancia de mantener el libre comercio entre los dos países. Con el presidente estadounidense, Donald Trump, alentando una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y otros sugiriendo la imposición de un impuesto de ajuste fronterizo a las importaciones a los Estados Unidos, el gobierno de Trudeau se ha esforzado por enfatizar cómo la economía estadounidense se beneficia del acceso a empresas y consumidores canadienses. Este esfuerzo se extiende más allá de las negociaciones del gabinete Trudeau con sus homólogos estadounidenses, con el objetivo de que los acuerdos también alcancen los ámbitos estatal y municipal. De hecho los ministros canadienses apuntan a una lista de 11 estados clave con los que Canadá mantiene importantes relaciones comerciales.
Esta semana, el ministro de Transporte, Marc Garneau, viajará a Florida (donde trabajó durante su carrera como astronauta), mientras que la ministra de Patrimonio, Mélanie Joly, y la ministra de Medio Ambiente, Catherine McKenna, irán a California. A principios de este mes, el ministro de Finanzas, Bill Morneau, viajó a Indiana para reunirse con el gobernador del estado y visitar los astilleros del tren del CN en Gary. «Los vínculos entre nuestros dos países son económicos y también estratégicos», dijo Trudeau a una audiencia en Houston el mes pasado. «Ésta es la relación económica más exitosa en el mundo, apoyando a millones de empleos de la clase media en ambos lados de la frontera”, señaló. «Canadá compra más de América que cualquier otro país, somos el cliente número uno de dos tercios de los Estados Unidos y de los tres primeros en 48 estados».
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El primer ministro de Saskatchewan, Brad Wall, también viajó recientemente a Des Moines, Iowa, donde él y Andrew Leslie, secretario parlamentario del ministro de Asuntos Exteriores, se reunieron con los líderes del estado. Además de Florida, Texas, Iowa y California, los liberales están apuntando a Wisconsin, Indiana, Michigan, Ohio, Pensilvania, Kentucky y Nueva York. El gobierno de Trump ha filtrado un borrador de carta con algunas pistas de lo que estaría buscando en la renegociación del TLCAN, pero aún no está claro cuándo empezarán oficialmente esas discusiones. En ese documento se vislumbra que la intervención en el Tratado podría no ser tan agresiva como Trump apuntó durante la campaña e incluso habría puntos conflictivos que se mantendrían.
Como parte de sus preparativos, el gabinete Trudeau se reunió recientemente con el ex primer ministro Brian Mulroney, cuyo gobierno negoció el TLCAN a principios de los años noventa. La posibilidad de un impuesto de ajuste fronterizo también está probablemente vinculada a las esperanzas de la administración Trump de una reforma tributaria más amplia. El presidente estadounidense también firmará probablemente en las próximas horas una orden ejecutiva que respalde su doctrina de Buy American y «contrata a los estadounidenses», lo que potencialmente añade un nuevo quebradero de cabeza a la lista de preocupaciones transfronterizas que tiene que gestionar el gobierno de Trudeau.