La renegociación del TLCAN comenzará a finales de año y EE UU no descarta acuerdos bilaterales

El Secretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross, reconoció que tiene todavía no ha decidido si el acuerdo final será de tres países o dos acuerdos bilaterales.

Las negociaciones para la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) comenzarán probablemente a finales de este año, podrían prologarse durante un año e incluirán sustanciales cambios que incorporarán varios nuevos capítulos al acuerdo original. Así lo ha señalado este miércoles el Secretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross, encargado de dirigir el proceso por mandato del presidente Donald Trump, y quien previamente indicó también que espera sólo pequeños ajustes en la relación comercial con Canadá.

«Los mexicanos saben, los canadienses saben, todos saben, los tiempos son diferentes, vamos a tener nuevas relaciones comerciales con la gente«, dijo Ross en una entrevista con la agencia Bloomberg. «Y todos saben que van a tener que hacer concesiones, la única pregunta es de qué magnitud, y cuál será la forma de esas concesiones«, apostilló. Ross aseguró que el TLCAN es «un tratado antiguo, nuestra economía es muy diferente de lo que era cuando ese tratado se firmó en 1993«. En este sentido quiso recordar que «hubo algunas cosas en el acuerdo original que se perdieron, hubo cosas que no se hicieron correctamente para empezar, y muchas cosas que podrían haber estado bien en ese momento pero no funcionan ahora. Hay mucho que corregir, varios capítulos necesitan ser agregados debido a la economía digital y a otras factores que se han desarrollado después”, apuntó.

Ross reconoció que las duras críticas vertidas por Trump contra el TLCAN en la campaña electoral y ya como presidente han servido para prepar a los demás países para mentalizarse del nuevo escenario abierto: «Ha hecho mi trabajo más fácil suavizando a las partes adversas. ¿Qué podría ser mejor que entrar en una negociación comercial en la que el compañero del otro lado sabe que tendrá que hacer concesiones?”, se preguntó con cierta ironía.

En la entrevista, Ross reveló múltiples aspectos de su pensamiento sobre las próximas renegociaciones del acuerdo original firmado en 1993 con Canadá y México. Quedan dos preguntas en el aire:

¿Los Estados Unidos buscarán cambios administrativos menores o más relevantes, lo que implicaría una ronda de consultas con el Congreso, con arreglo a las normas de la denominada legislación exprés, y la posterior votación? Ross afirmó que tiene intención de involucrar al Congreso en las decisiones.

¿Cuándo comenzarán las negociaciones de los Estados Unidos, que deben seguir un proceso de consulta de 90 días con el Congreso? No de inmediato, dijo. Los Estados Unidos aún no han confirmado todo su gabinete, incluido el representante de Comercio, que es el punto de contacto legalmente designado por el Congreso. «Usted está hablando probablemente de la última parte de este año antes de que se inicien las verdaderas negociaciones«, dijo Ross, quien añadió que no cree que dichas negociaciones se prolonguen por espacio de más de un año.

Sin embargo, y esta es la parte que puede generar más inquietud a sus socios, en especial a México; Ross reconoció que tiene todavía pendiente otra cuestión: si el acuerdo final debe ser un acuerdo de tres países o dos acuerdos bilaterales. Los ministros de asuntos exteriores de México, Luis Videgaray, y Canadá, Chrystia Freeland, defendieron recientemente en Toronto que esas negociaciones se tienen que celebrar a tres bandas puesto que el TLCAN es un acuerdo trilateral.

El Secretario de Comercio de los Estados Unidos también ha sugerido en la entrevista que los cambios relacionados con la industria del automóvil podrían requerir un período de implementación por fases, para que las compañías automotrices puedan ajustar sus cadenas de suministro globales. Ross no ha ocultado su deseo de corregir las reglas de origen para los vehículos libres de aranceles, para atraer la producción de autopartes a territorio nacional. Lo que no está claro es si esos cambios estarían dirigidos simplemente a reducir las importaciones de partes de Asia, o también de los vecinos norteamericanos.

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