La prohibición impuesta por los Estados Unidos de entrar en el interior del país a los refugiados, visitantes e inmigrantes de siete países de mayoría musulmana está creando ya serias diferencias de política exterior entre Canadá y Estados Unidos. Como principal consecuencia, las comunidades fronterizas de Manitoba y Quebec están dando testimonio de los primeros efectos de esta medida: cada día es mayor el tránsito de solicitantes de asilo en Canadá que desafían el invierno y las duras condiciones del tránsito fronterizo con Estados Unidos.
En este contexto, la última encuesta del Instituto Angus Reid concluye que la opinión pública canadiense apoya mayoritariamente los objetivos y la respuesta de su gobierno sobre la política nacional de refugiados, aunque muestra signos de que Ottawa puede estar desafiando los límites y, en consecuencia, podría generar a medio plazo una tendencia contraria.
La mayoría de los canadienses aprueba la manera en la que el gobierno de Trudeau ha gestionado el expediente de refugiados. Sin embargo, hay una notable división en los encuestados respecto a las metas para 2017. Si bien una mayoría de canadienses considera que el gobierno tiene que alcanzar la cifra de 40.000 refugiados establecida para 2017, un segmento significativo dice que este número es demasiado alto.
La mayoría de los canadienses parecen creer que el gobierno Trudeau ha logrado el equilibrio adecuado en el reasentamiento de refugiados. El apoyo a la acción del gobierno en este punto ha registrado un aumento desde las elecciones de 2015. Inicialmente, una mayoría expresó su oposición al plan de aceptar 25.000 refugiados sirios para finales de ese año. Un poco más de la mitad de los que se oponían (53%) dijeron que el estrecho margen de tiempo previsto para su ejecución era la razón principal de su postura.
A finales de noviembre de 2015, el gobierno extendió un plazo más amplio, ajustando la fecha del 1 de enero al 1 de marzo de 2016. Este cambio tuvo un efecto inmediato en las encuestas y la mayoría apoyó el plan cuando el Instituto Angus Reid volvió a preguntar en febrero. Analizando nuevamente este punto a los dos meses de iniciarse 2017, el apoyo para la gestión general del plan de reasentamiento se sitúa en un 60%. La mayor proporción de canadienses (49%) está de acuerdo en que el gobierno ha hecho un buen trabajo en esta parcela, mientras que cuatro de cada diez (40%) no están de acuerdo.