Luces y sombras del levantamiento de la visa a los ciudadanos mexicanos

La solicitud de la eTA, un proceso electrónico, sustituye desde el 1 de diciembre a la visa para los mexicanos que quiere acceder a Canadá.

El levantamiento de la imposición de la visa a los ciudadanos mexicanos que quieren acceder a Canadá, medida que entró en vigor el pasado 1 de diciembre, abre un nuevo escenario en las relaciones entre los dos países pero también ha despertado, de manera especialmente visible en las redes sociales, una corriente de inquietud y dudas entre los propios mexicanos que residen en Canadá. En general se aplaude la medida introducida por el gobierno de Trudeau pero se hace con matices: existe el temor a que nuevamente se disparen las solicitudes de asilo, como ocurrió en 2009 cuando se registraron 9.300, y que la administración canadiense reconsidere su decisión.

Como señalaba a Lattin Magazine recientemente Francisco Rico, codirector del FCJ Refugee Centre de Toronto, “va aumentar el número de mexicanos que soliciten refugio en Canadá y la mayoría de ellos no van a tener gran poder adquisitivo, no van a ser turistas o estudiantes de inglés como los miles que llegan a Canadá cada año. Va a cambiar la característica de la emigración mexicana. No sé si pronto se van a cubrir las 3.500 plazas anuales como especula mucha gente pero es cierto que se va a producir un notable incremento porque las causas de violencia y riesgo siguen en México y eso va a provocar que haya un aumento de la ilegalidad en Canadá”.

Lattin ha querido consultar directamente con algunos destacados miembros de la comunidad mexicana en Toronto. Las opiniones expresan de manera clara esa dicotomía entre la satisfacción por una decisión reclamada desde hace tiempo, que sitúan en el plano de la justicia, y las dudas que despierta el verdadero efecto que pueda tener en el tránsito de personas, el mercado laboral y el marco legal.

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Martha Bátiz

La escritora Martha Bátiz considera que este cambio en los requisitos para entrar a Canadá «traerá más beneficios que problemas, pero solo si los mexicanos actuamos con responsabilidad”. Bátiz considera que “debemos ser conscientes de que venir a vivir a Canadá no es un derecho humano que todos pueden exigir, y que este país tiene que protegerse de los abusos al generoso sistema de refugio que existe para ayudar a personas en verdadero peligro o escapando de una guerra (como la de Siria)”. Para la autora de “Boca de lobo”, la decisión del gobierno canadiense solo será positiva “si genera un intercambio sano de actividades, conocimientos y oportunidades entre estudiantes, empresarios y otros mexicanos que vengan aquí legalmente y beneficien con ello a ambos países”. Por el contrario, alerta de los problemas que se pueden derivar si “Canadá se llena de solicitudes falsas de refugio por parte de mexicanos queriendo emigrar”.

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Isabel Inclán

En la misma línea se expresa la corresponsal de la Agencia mexicana de noticias NOTIMEX en Canadá, Isabel Inclán, quien ha seguido en los últimos días los pasos de los primeros mexicanos que han llegado a Canadá ya sólo con el trámite de la eTA, proceso electrónico que sustituye a la visa. Para la periodista “la falta de empleo y oportunidades en México y la política antimexicana del próximo presidente de Estados Unidos harán crecer el número de indocumentados y peticionarios de refugio en Canadá. Quizá esto no se registre en el primer año pero sí en el segundo y tercero, lo que puede llevar al gobierno de Trudeau a imponer la visa de nuevo”. Sin embargo Inclán considera que es necesario introducir algunos matices en este argumentario: “no se trata de condenar enérgicamente al connacional que busca un mejor lugar para vivir o enviar dinero a su familia. Esto es parte de un problema general de falta de oportunidades y de políticas públicas de los tres gobiernos de Norteamérica” y defiende que “toca a Canadá evitar el abuso de su sistema de refugio y a quienes ya vivimos aquí dar ideas, sugerencias, de cómo inmigrar y de los riesgos de ser indocumentado”. En todo caso, la periodista mexicana subraya que hay suficientes razones para apoyar decididamente el nuevo escenario en las relaciones entre México y Canadá porque “es una muestra de la relación cercana y estratégica en la que se encuentran México y Canadá, que facilitará nuevas inversiones, la recuperación en la industria turística canadiense y en las escuelas de inglés que reportaron pérdidas desde que se impuso la visa a los mexicanos”.

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María Fernanda Suárez

María Fernanda Suárez, Senior Business Development en la Corporación de Desarrollo Económico de la Región de Waterloo (WREDC), ahonda en la línea expuesta por Isabel Inclán y Martha Bátiz, y establece cuatro ámbitos en los que el levantamiento de la visa influirá de forma positiva: “para los que tenemos familia aquí nos viene muy bien, la familia había dejado de venir por el largo y costoso proceso para sacar la visa. Para los empresarios será más fácil que puedan asistir a eventos y ferias aquí, ya sea para promover sus productos como hacen en Europa y Asia sin problema, o para conocer nuevos mercados. Para el intercambio cultural es excelente, pues ésta era una piedra en el zapato cada vez que se organizaba eventos con Harbourfront Centre u otros centros culturales. Para el turismo, sin duda, es buenísimo. El mexicano de clase media que tiene posibilidades de viajar le encanta esquiar y una de las mejores opciones es Whistler”.

Los impactos negativos entran en el terreno de las especulaciones pero están basados en los precedentes cercanos de 2009, que han comenzado a reeditarse tan pronto como la visa ha sido eliminada. Súarez lo tiene en este punto muy claro: “espero estar equivocada pero no le doy mucho tiempo para que Canadá vuelva a imponer la visa, una vez que vean que se les están quedando estudiantes, jóvenes y familias completas, más a allá de los seis meses de su visa de turista”.

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Fabiola Sicard

Para Fabiola Sicard, socia en Partner en Intellegentia Consulting Group (ICG) y profunda conocedora de los procesos y del perfil del emigrante mexicano a Canadá en la última década, el principal impacto positivo se va a registrar en las áreas de turismo y educación: “con la situación actual de rechazo al mexicano que existe en Estados Unidos, pienso que muchos mexicanos que antes viajaban con frecuencia a este país tendrán ahora la opción de venir a Canadá”. Pero los riesgos, a juicio de Sicard, están encima de la mesa y han provocado, incluso, un nuevo debate en el seno del Ministerio de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía. No se quieren perder las medidas de control para evitar que “se desate un abuso del sistema y se utilice para quedarse sin estatus migratorio en Canadá o para solicitar refugio”. Para la empresaria mexicana es fundamental que se “informe en México qué significa que se elimine la visa, y que esto no significa que todo el mundo puede venir a vivir permanentemente sin hacer un tramite migratorio”.

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