Trump y los mexicanos en Canadá

¿Cómo observan los mexicanos que viven en Canadá la deriva a la que parece precipitarse el país vecino si Trump cumple su controvertido programa electoral? El Gobierno canadiense ha comenzado a prepararse para una oleada potencial de inmigrantes mexicanos que soliciten entrar al país.

Los ojos de medio mundo están puestos en Canadá, el vecino de Estados Unidos que, de repente, ha pasado de su confortable y tradicional discreción al primer plano tras la victoria de Donald Trump. Millones de ciudadanos de todo el mundo han buscado el contraste entre el discurso frentista y agresivo del presidente electo norteamericano y la habitual corrección canadiense, encarnada especialmente en su primer ministro Justin Trudeau. La posibilidad de que miles de ciudadanos de Estados Unidos y también de otros países como México exploren la “vía canadiense” para escapar de la que ya se conoce como “Trump Nation”, inaugura un nuevo paradigma en las relaciones entre los tres socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Pero ¿qué piensan los mexicanos que viven en Canadá? ¿Cómo observan esta deriva a la que parece precipitarse el país vecino si Trump cumple su controvertido programa electoral? Como anunciaba 360Fm/News la pasada semana, desde el pasado martes se están realizando reuniones de alto nivel entre funcionarios de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá y otros departamentos del gobierno federal para hacer un análisis del nuevo escenario. El gobierno canadiense ha comenzado a prepararse para una oleada potencial de migrantes mexicanos que soliciten entrar al país.

Alberto Calva

Ante la amenaza, matizada en las cifras en una entrevista concedida esta fin de semana a la cadena norteamericana CBS, de expulsar a 11 millones de inmigrantes ilegales de Estados Unidos, el mexicano Alberto Calva, Managing Director de la compañía Acus Consulting Ltd. con base en Toronto, recuerda que “durante el periodo de Obama se han expulsado a muchos inmigrantes ilegales de EE UU, así que no hay nada nuevo con esto. De nuevo, pensar en una expulsión masiva es prácticamente inviable dado que la economía de los EE.UU. requiere de todos estos trabajadores. Expulsarlos sería quedarse sin mano de obra en ciertos sectores de la economía. Sin embargo, como todos los países, buscarán que la mayor parte de los inmigrantes lleguen de forma legal», ha señalado.

A este respecto, Yvette Astorga, del Mexico Business Club, confía en que llegue la hora de que “ambos países encuentren una solución a dicho problema y espero que el Gobierno mexicano esté trabajando en un plan en conjunto con sus funcionarios consulares y diplomáticos para lidiar con todas las posibles amenazas al comercio internacional, llámese NAFTA, y vele por la seguridad de los Mexicanos asentados en los Estados Unidos”, afirma.

Martha Bátiz

La escritora Martha Bátiz lo tiene claro: “se avecinan momentos muy duros; de racismo legitimado, de fobias compartidas y aprobadas, de peligro”. La autora de Boca de lobo lo analiza en términos históricos: “quizá nos toque presenciar, ahora sí, la caída del imperio. Y así, como en la Europa medieval, nos reconstruiremos en feudos y países amurallados, rodeados de gente que sea como nosotros, y dispuestos a quemar vivo a quien ose disentir con lo establecido. Espero equivocarme, pero creo que es el comienzo del fin del mundo como lo conocemos”.

Alaín Pescador, director de 6Degrees, foro mundial sobre la inclusión y la ciudadanía, prefiere optar por establecer un paralelismo entre la actual sociedad mexicana y la que, a su juicio, representa Trump: “¿Qué efecto directo puede tener la presidencia de Trump en las relaciones de Estados Unidos con México?  Ninguno. Al contrario, muy dentro de nuestra cultura, creo que Trump es el líder perfecto para aquellos que hoy en día están encargados de decidir el futuro del país. El güero rico con la esposa modelo y la familia de telenovela.  Una versión gringa de lo que es Enrique Peña Nieto”.

Alaín Pescador

Pescador se refiere al ascendente que la cultura norteamericana ha tenido y todavía tiene en la sociedad mexicana, que, según él, se ha interesado siempre por reproducir modelos y esquemas del vecino del norte: “haber crecido en el norte de México significo que nací y me eduqué bajo una tradición “malinchista”, una admiración excepcional por todo lo extranjero, en especial lo del “gabacho”, lo “gringo”. Las mieles de ese sueño americano chorreaban hasta la puerta de mi casa, en donde los ahorros siempre iban destinados hacia vacaciones en ciudades fronterizas como El Paso y San Antonio. Nunca se ahorró lo suficiente para ir a lugares con tan siquiera unas gotas de historia como Chicago o Nueva York. A final de cuentas, el punto nunca fue aprender. Las vacaciones eran para ir al nuevo centro comercial y comprar esa ropa de marca que no se encontraba en México o los pares de Nike que añoraba presumir el primer día de clases”, reflexiona Pescador.

Martha Bátiz comparte esa descripción de lo que representan los Trump como epítome de un modelo de vida que ha sido exportado por todo el mundo como una mercancía más del fenómeno de la globalización. Para la escritora hispano-mexicana, “ha subido al poder una familia que no respeta nada, una familia que no cree en la ciencia y destruye las bellezas naturales (los hijos de Trump son cazadores por deporte de animales en extinción), una familia profundamente ignorante en todo lo que no tenga que ver con engañar a otros para sacar provecho propio. Nuestro planeta no se va a recuperar nunca de cuatro, quizá ocho años de estos cavernícolas megamillonarios en el poder. Las consecuencias negativas van a dejarse ver en todos niveles”.

Yvette Astorga

¿Y qué puede ocurrir en el plano económico? ¿Qué capacidad tienen de influir las decisiones en materia económica de Trump en el resto del planeta? Sin duda, en el caso de México, son obvias por los estrechos lazos entre los dos países desde que entrara el vigor el TLCAN en 1994. Alberto Calva no tiene dudas en este sentido: “el Tratado de Libre Comercio es, en términos económicos, la región más grande del mundo. Es mayor que la Unión Europea (en 2015 era 27% mayor). Es casi inconcebible que hoy en día un país pueda vivir fuera del comercio internacional. Es por lo tanto, muy poco probable, que Trump vaya a actuar en contra. Seguramente, y solo para justificar sus propuestas de campaña, hará cambios menores en algunos aspectos; cambios que seguramente también son deseados por Canadá y México”, concluye. En este punto recuerda que “el 80% de las exportaciones de Canadá son a EE.UU. así como el 86% de las de México van a EE.UU”.

Yvette Astorga considera que más amenazante que el muro físico que quiere construir en la frontera con México, se encuentran “los muros o barreras de otro tipo: altos impuestos de importación, barreras arancelarias, barreras al tránsito comercial de productos que van al mercado estadounidense y/o canadiense, burocracia etc. esos sí serían efectos directos que tendrían un impacto muy negativo en la economía mexicana”, asegura. Alberto Calva, sin embargo, cree que pueden crearse escenarios que contribuyan a aprovechar las políticas que ha anunciado en campaña el presidente electo de los Estados Unidos: “la posible fuerte inversión en infraestructura puede ser positiva tanto para Canadá como para México. Por un lado, esta simple actividad puede reactivar la economía, aumentando la capacidad de consumo de la población y por lo tanto impulsando las exportaciones de Canadá y de México hacia EE.UU. Por otro lado, grandes proyectos de infraestructuras normalmente involucran grupos de diversos países dada su magnitud. En este caso, todos los países deberían estar al tanto para tratar de aprovechar esta actividad”, concluye.

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