Canadá empieza a asumir los nuevos tiempos que se abren con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. David McNaughton, embajador de Canadá ante los Estados Unidos, ha afirmado que el gobierno de Trudeau está abierto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, calificó reiteradamente de «desastre» durante su campaña.
Mientras continúa la perplejidad mundial por la extraordinaria e inesperada victoria de Trump, el presidente de México, Peña Nieto, también aseguró que está dispuesto a trabajar con la nueva administración de Trump. El mandatario mexicano ha afirmado que «México y Estados Unidos son amigos, socios y aliados y debemos seguir colaborando para la competitividad y Desarrollo de América del Norte«.
Pero Canadá dio un paso más, consciente del peso real de las intenciones de Trump, y ya ha reconocido públicamente que algunos de los puntos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), podrían ser revisados. «Creo que cualquier acuerdo puede ser mejorado«, dijo McNaughton en una conferencia telefónica con periodistas, aunque no quiso entrar en detalles sobre la posición de Canadá. «Lo peor que podríamos hacer ahora es negociar en público«.
Trump necesitará convencer a dos tercios del Senado para que respalden su plan de iniciar nuevas rondas de negociaciones con sus aliados en el TLCAN, algo que puede resultar complejo incluso en un Senado de mayoría republicana, pero no imposible.
La posibilidad de una revisión del Tratado, sin embargo, ya ha sido criticada por algunos analistas como Jorge Mariscal, del gigante de inversiones UBS Wealth Management, que ha afirmado que volver a abrir el acuerdo «sería un desastre«.
«En los 23 años transcurridos desde la creación del TLCAN ha habido un notable proceso de integración económica racional entre los países miembros, lo que les ha permitido beneficiarse de sus ventajas comparativas y dotaciones de recursos«, escribió Mariscal en un artículo en la página web de la CNBC el pasado mes de agosto. «Una ruptura repentina de esta relación simbiótica infligiría dolor a todos los países involucrados», señaló rotundo
El embajador McNaughton ha apuntado que la cuestión de la madera blanda, que ha sido un motivo de tensión en las relaciones entre Estados Unidos y Canadá durante años y que no formaba parte del acuerdo original, podría ser una prioridad en esa hipotética revisión del Tratado.
Una serie de demandas han arrastrado la controversia sobre la madera blanda a través del tribunal comercial del TLCAN. McNaughton ha reconocido que el gobierno ha mantenido negociaciones sobre el problema de la madera blanda durante meses, y espera tener un acuerdo finalizado en el momento en que la administración de Obama abandone el poder.
«Las únicas personas que se beneficiarán de los litigios en este expediente son los abogados, y francamente prefiero que nuestra gente que trabaja en los bosques y trabaja en los molinos, a ambos lados de la frontera, sea la que se beneficie, no los abogados», dijo.
Durante su campaña Trump utilizó la renegociación del TLCAN como una de sus principales bazas políticas, e incluso llegó a decir que no tendría ningún problema en que Estados Unidos simplemente lo abandonara. El acuerdo de libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México entró en vigor en 1994; supuso la eliminación de la mayoría de los aranceles sobre el comercio que fluye a través del continente. Trump ha prometido re-implementar muchos de esos aranceles para, por ejemplo, evitar que las compañías de automóviles construyan productos en Canadá o México destinados al consumo estadounidense.
We will renegotiate NAFTA and if we don’t get the deal we want, we will terminate NAFTA and get a much better deal for our workers!
— Official Team Trump (@TeamTrump) 5 de noviembre de 2016
El TLCAN reemplazó al Tratado de Libre Comercio entre Canadá y los Estados Unidos, que existía desde 1987. Este es el acuerdo que podría entrar en vigor si no se llega a un acuerdo satisfactorio y los Estados Unidos invocan una cláusula para salir de él. «Vamos a entrar en cualquier discusión sobre el TLCAN con mente abierta, pero al final del día, no puedo imaginar que quieran reabrir el Tratado de Libre Comercio Canadá-Estados Unidos«, confesó McNaughton.