Por Susana García-Robles
Este año como parte de mi trabajo en venture capital (VC) en el FOMIN/BID, he ido varias veces a Silicon Valley (SV), cosa que no me pasaba antes. Las pocas veces que había ido, encontraba que no había interés en América Latina y el Caribe (LAC) porque se la veía como una región de copycats y no de innovación…
Desde hace un tiempo y gracias a algunas compañías de origen latinoamericano que han logrado atraer capital de EE UU, Silicon Valley está dejando de lado ese prejuicio y está comenzando a explorar qué pasa en muchos de nuestros países, cambiando así esa percepción errada. Es de notar que hay un número creciente de emprendedores latinos viviendo en la meca del venture capital: algunos han logrado emprender con éxito allí y otros son socios de las grandes firmas de VC.
El cambio ocurrido en los últimos cinco años en LAC ha sido drástico: no sólo los gobiernos están entendiendo que el apoyo a la innovación es crucial para el crecimiento y posicionamiento de sus países a nivel global, sino también que el surgimiento de aceleradoras, company builders y plataformas de crowdfunding han dado un empujón a la innovación y creatividad de nuestra región. Estos nuevos vehículos financieros presentan varios beneficios que hacen una gran diferencia:
1- Están cambiando una cultura tan arraigada de aversión al riesgo, a una cultura donde el riesgo se acepta como parte del proceso emprendedor y de innovación.
2- Están apoyando proyectos innovadores que usan la tecnología para incursar en sectores de salud, finanzas, agro negocios, energía renovable, agua y saneamiento, educación; estos son sectores que tienen un gran impacto en mejorar la vida de las poblaciones y a la vez son los más atractivos en cuanto a su potencial de retornos financieros y escalabilidad.
3- Están incorporando de manera masiva a las emprendedoras, capturando así el talento de la otra mitad de la población del planeta, lo que asegura más ganancias.
Reportes como el ultimo de Bloomberg que ponen a Argentina dentro de los primeros 50 países en el Índice de Innovación (Bloomberg índice de innovación) no pasan desapercibidos. En este año, Argentina se ha esforzado en ponerse al día con temas de apoyo al emprendimiento y la innovación, y desde este país están saliendo emprendedores/as que se asocian a otros de la región, logrando romper las distancias geográficas y emprender sin barreras.
Aprovechando este momento especial de un alza en el emprendimiento y la innovación, las mujeres también estan poniéndose al día y figurando cada vez más. En el pasado, a las mujeres se las veía emprendiendo en lo que se llaman lifestyle businesses: negocios que pueden asegurar un buen pasar al dueño, pero que no tienen la ambición de escalar globalmente ni usan –en general—tecnología de una manera intensiva. Eso está quedando atrás: aunque aún falta para llegar a tener igualdad en el número de estudiantes de carreras en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por sus siglas en ingles), ya se nota que hay muchas ingenieras, biólogas, tecnólogas emprendiendo a partir de las ciencias.
Estas son algunas de las mujeres que personalmente me enorgullecen porque han saltado muchos obstáculos para llegar adonde hoy estan, convirtiéndose así en rol models para otras mujeres con ambiciones similares.
Viviana Bernath, argentina, quien después de obtener su doctorado en ciencias biológicas y en genética molecular, fundó GENDA, uno de los primeros laboratorios de diagnóstico genético y de genética forense en la Argentina. Esta científica y emprendedora, continuó rompiendo las barreras de mujeres en carreras STEM, al crear su segunda compañía Zoigen, dedicada a predecir y prevenir enfermedades a través del análisis del ADN.
Paola Santana, dominicana, pasó de ser alta funcionaria dentro de la Junta Central Electoral de la República Dominica, a co-fundadora de Matternet, una empresa de drones basado en Silicon Valley, que se dedica a operar redes logísticas para transportar bienes en el aire, ahorrando energía, costo y tiempo, y revolucionando el transporte en el mundo.
Victoria Alonso Perez, uruguaya, es ingeniera eléctrica y de telecomunicaciones, y fundadora de Chipsafer, una compañía que ofrece un sistema de alertas de dispositivo móvil, que le permite al productor rural detectar anomalías en el comportamiento de su ganado. Chipsafer ha ganado diversos galardones internacionales de innovación, y Victoria, continúa sorprendiendo, no sólo por sus innovaciones tecnológicas, sino por su pasión por el espacio.
Soy muy optimista con los avances que veo en el mundo del emprendimiento, que cada vez más está caminando hacia la incorporación de la mujer como una socia esencial en el mundo de los negocios. Sueño con el momento en que no se necesiten iniciativas específicas que apoyen a las emprendedoras, porque la norma será que haya tantas mujeres como hombres comenzando startups; vendiendo exitosamente sus compañías y emprendiendo en serie; convirtiéndose en inversoras ángeles; siendo gestoras de aceleradoras, company builders y de fondos de venture capital; y liderando inversiones desde Family Offices.
Mientras tanto, iniciativas como WeXchange,el track de emprendimiento femenino de Idear Soluciones, son muy relevantes para lograr mostrar que si hay emprendedoras innovadoras y exitosas en la región por las cuales vale la pena apostar. Para derribar el mito de que las mujeres solo emprenden en lifestyle businesses, este año escogimos como sede de la nueva edición de WeXchange, que se llevará a cabo esto 14 y 15 de noviembre, a un país donde la innovación está creciendo, Argentina, enfocándonos en emprendimientos STEM.
Susana García-Robles es Oficial Principal de inversiones a cargo del Grupo de Financiamiento en Etapas Tempranas del FOMIN/BID y Co-fundadora de WeXchange.