La mayoría de canadienses respalda que se establezcan prohibiciones para caminar por las ciudades mientras se utilizan aparatos móviles.
Así lo recoge una encuesta realizada por la compañía de investigación de mercados, Insight West, a 1.013 personas. Los encuestados fueron preguntados sobre si apoyarían o rechazarían una legislación que prohibiera el uso de los teléfonos celulares de mano mientras caminan por vías e intersecciones.
Un 35 por ciento de las personas mayores de 18 años aseguró que apoyaría firmemente la prohibición. Otro 31 por ciento dice que la apoyaría con alguna reserva.
En conjunto, el 66 por ciento de las personas encuestadas -o dos tercios- apoyan de un modo u otro la aplicación de esta nueva ley.
La encuesta se desglosa por edad y sexo, y ahí es donde las cosas se ponen interesantes, asegura Mario Canseco, vicepresidente de asuntos públicos de la consultora Insights West.
Los hombres y mujeres en todo el país se muestran, en un porcentaje similar, favorables a una regulación, pero se aprecian pronunciadas diferencias en las tres categorías de edad.
Los adultos de mayor edad mostraron un mayor apoyo a la prohibición. Son los pertenecientes a la popular generación de los «Baby boomers”, que probablemente no suelen utilizar los mensajes de texto con la misma frecuencia que generaciones más jóvenes. Por ello, según Canseco, “observan más este hábito como una distracción, como algo que podría causar problemas de seguridad a los viandantes”.
Sorprende, por el contrario, la posición del segmento de edad entre los 18 y 34 años. Un 51% se mostró favorable a la regulación. «Es una división más estrecha de lo que vemos con la generación X o boomers, pero incluso ellos, que crecieron ya escribiendo mensajes de texto son realmente conscientes de los peligros que que se derivan de este hábito”, apunta Canseco.
Como era de esperar, los conocidos como Millenials se oponen totalmente a cualquier tipo de prohibición. Canesco asegura, a raíz del resultado de la encuesta, que los gobiernos municipales deben considerar seriamente la posición de los ciudadanos y tomar medidas.»Nos costó un par de décadas de comprender y asumir los peligros de conducir mientras se utilizar el celular«, ha recordado.