Los trabajadores canadienses de la industria automotriz están solicitando a General Motors (GM), Ford y Fiat Chrysler (FCA) inversiones en las plantas que tienen en el país para evitar que más puestos de trabajo se trasladen a México.
Aunque las negociaciones que mantienen en Toronto el sindicato Unifor y los Tres Grandes de Detroit son sobre las plantas canadienses, el trasfondo de las conversaciones es México.
Porque en los últimos años, especialmente tras la gran crisis del sector del automóvil en 2009, cada vez más fabricantes de automóviles han decidido instalar sus plantas de montaje en México para aprovechar los bajos salarios que reciben los trabajadores locales.
Un trabajador mexicano de la industria automotriz puede ganar un 10% del salario de un trabajador canadiense. Además, México tiene tratados de libre comercio con 44 países lo que permite que los fabricantes de automóviles ahorren hasta otro 10% en costes de exportación de sus productos.
Así que desde 2009, México ha recibido inversiones en la industria automotriz valoradas en 7.000 millones de dólares y el empleo en el sector ha aumentado un 35%.
Según los datos de la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos Motor (OICA), en 2015, la producción de vehículos en Canadá se situó en 890.000, muy lejos de los 1,63 millones que el país produjo en 1999, cuando la nación norteamericana era la octava productora mundial. Canadá ocupa en la actualidad el puesto 15 y ha perdido 53.000 puestos de trabajo en los pasados 15 años. Por el contrario, México produjo el año pasado casi 2 millones de vehículos, mientras que en 1999 su producción fue de 1 millón.
Ese trasvase de empleos de Canadá y Estados Unidos es lo que ha permitido que Donald Trump, el candidato republicano a la presidencia estadounidense, con su discurso antimexicano y anti libre comercio, haya ganado partidarios en el corazón industrial de EE UU.
Hasta el propio presidente de Unifor, Jerry Dias, ha dicho que aunque Trump es «un idiota», en lo que se refiere al libre comercio de Estados Unidos y Canadá con México, el estrafalario empresario convertido en político tiene razón.
«Creo que Donald Trump, su candidato republicano, es un idiota en en muchas cosas de lo que dice pero tengo que reconocer que su argumento sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte es acertado», declaró Dias al periódico The Detroit News poco antes del inicio de las negociaciones con los Tres Grandes de Detroit.
El mayor temor de Dias y Unifor, que representa a 40.000 trabajadores del sector automotriz, es el cierre de las dos plantas de montaje que GM tiene en la localidad de Oshawa, a unos 60 kilómetros al este de Toronto. Las plantas producen en la actualidad cuatro modelos: el Buick Regal, Cadillac XTS, Chevrolet Equinox y Chevrolet Impala.
Pero GM quiere desplazar la producción de estos modelos a otras plantas, especialmente a las que el fabricante tiene en México. Dias no se mostró optimista sobre el futuro de las negociaciones con GM y advirtió que los trabajadores están preparados para declararse en huelga si no se llega un acuerdo para el nuevo contrato colectivo. El actual está en vigor hasta la medianoche del 19 de septiembre.