La ministra canadiense de Comercio Internacional, Chrystia Freeland, participó este viernes en Toronto en una conferencia organizada por el Canadian Council for the Americas junto a los embajadores canadienses en México, Chile, Perú, Bolivia y la Directora para Sudamerica del Departamento de Relaciones para Asuntos Globales del gobierno canadiense.
Aunque el panel giró principalmente en torno a las relaciones de Canadá con los países que componen la Alianza del Pacífico, sin duda el anuncio más interesante fue el realizado por Freeland, quien insinuó que su país hará oficial la eliminación del visado de entrada para los mexicanos a finales de este mes, coincidiendo con la Cumbre de los «Three Amigos», que tendrá lugar en Ottawa el día 29.
Aunque las palabras de la ministra no tuvieron un sesgo oficial y mantuvieron la mismas calculada ambigüedad que las realizadas en los últimos meses por otros compañeros de su gabinete, todo parece indicar que se está esperando a esta cumbre para solemnizar un anuncio que formó parte de las promesas electorales de Justin Trudeau en su campaña de octubre.
Como se sabe, el anterior Gobierno canadiense del primer ministro conservador, Stephen Harper, impuso en 2009 de forma inesperada la necesidad del visado de entrada a los ciudadanos mexicanos, lo que provocó importantes tensiones entre los dos países que tuvo un efecto directo en las relaciones comerciales e incluso en el flujo de turistas.
La decisión del gobierno canadiense se enmarca en un contexto más amplio y que tiene que ver con las estrechas y cada vez más importantes relaciones comerciales entre Canadá y México. Precisamente éste fue uno de los asuntos tratados con mayor énfasis en la conferencia del viernes en Toronto.
Freeland puso el acento en las excelentes relaciones de su país con México, Colombia, Perú y Chile, a los que calificó de «aliados», y de los que destacó el gran esfuerzo que han realizado en los últimos años para «construir sociedades abiertas e impulsar economías que favorezcan el emprendimiento y la consolidación de una clase media robusta y con esperanzas». Esta «luna de miel» que vive Canadá con la Alianza del Pacífico llevó a algún destacado asistente a la conferencia a proponer incluso que el gobierno de Trudeau solicitara formalmente la integración en esta organización.
Durante su participación en el evento de CCA sobre la Alianza del Pacífico, Freeland defendió el libre comercio y vinculó las crecientes presiones proteccionistas de los países occidentales con las «poderosas fuerzas económicas que están transformando el mundo» y que están causando «ansiedad y confusión, miedo a lo nuevo y miedo a quedarse detrás» entre las clases medias. La ministra defendió una «agenda progresiva de comercio» y abogó por la presencia de Canadá como país observador en la Alianza del Pacífico formada por Chile, Colombia, México y Perú.