Alejandro Pintado es el Presidente del Grupo Bimbo Canadá, empresa que incluye las marcas Canada Bread y Vachon desde que la firma mexicana las adquiriera en 2014. Pintado, que entró en el grupo en 1989, ha pasado por diferentes responsabilidades: fue Subdirector General Organización Latinoamérica, fundador y director general de Bimbo de Perú, y director de ventas en México. Esta semana ha participado en un encuentro con emprendedores mexicanos en Toronto dentro del ciclo Mexico Business Club, una iniciativa promovida por Pro México, la Alianza de Comercio México-Canadá y EXATEC Ontario, una organización sin fines de lucro conformada por exalumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
¿Cuál cree que ha sido la mayor aportación de Canada Bread a Bimbo?
En primer lugar nuestra entrada en Canadá complementa nuestra huella de presencia de marca, producción y distribución en el continente norteamericano. Hasta ahora estábamos básicamente en Estados Unidos. Por otro lado, los procesos y los productos que tenía Canada Bread ya eran muy valorados dentro del sistema de Bimbo; uno de los principales era la gran pasión por la seguridad. La seriedad con que la industria canadiense afronta este tema, que es una gran preocupación para cualquier empresa en cualquier parte del mundo.
En Canadá se está convencido de que es posible eliminar por completo cualquier accidente; no simplemente reducir la accidentalidad laboral sino llevarla a cero. En Grupo Bimbo, siendo que centramos la gestión de la empresa en la Persona, hemos venido trabajando intensamente en mejorar nuestros índices, con gran éxito. Sin embargo la visión de “cero es posible” ambiciosa es exigente, no es tan fácil ni abrazarla ni llevarla adelante. La exigencia del canadiense, su convencimiento en que esto es posible nos ha hecho redoblar esfuerzos y decir: vamos a por cero incidentes en nuestras fábricas. Este tipo de aportaciones son muy valiosas para los procesos de mejora de Bimbo.
También hemos recibido importantes experiencias en temas de desarrollo de producto. Bimbo tiene cinco centros de innovación en todo el mundo y se le ha sumado el de Canadá porque han tenido una gran relevancia los productos que aquí se han desarrollado. Por ejemplo, si hablamos de pastelitos, la planta de la marca Vachon, que es una de las que integra el Grupo Bimbo en Canadá. No es de las más grandes pero la robotización e industrialización de sus procesos es uno de los más modernos del mundo. Es una de las cosas que hemos aprovechado para implementar y mejorar estos procesos en otras plantas como Guatemala, Colombia o México.
¿Y desde la otra vertiente, qué ha aportado Bimbo a Canada Bread?
Una de las cosas más importantes es nuestra vocación por las personas de adentro y de fuera. Esta cultura de poner al Colaborador y al consumidor por delante de todo alimenta mucho los procesos de capacitación, de crecimiento y de seguridad, que finalmente hacen que haya mucho más en común con lo que el canadiense espera de nosotros.
Por ejemplo, que la compañía tenga un interés generoso por conocer a la persona, al trabajador por su nombre. Ir al turno de la noche y decirles a los trabajadores: señores, reconocemos el esfuerzo que hacen porque sabemos que el turno de noche es el más complicado. Por eso estamos aquí, para saber si tienen café, agua caliente, buenas duchas, si hay limpieza suficiente en los baños… Es muy valorado todo esto; el volcarte en la gente pero no por un interés personal sino para mostrar que esta compañía es para todos, para los que trabajamos en ella y para los de fuera, y que todos valemos lo mismo. Sólo nos dividimos el trabajo. Que la alta gerencia tenga esa visión de la empresa y de los Colaboradores ha sido muy apreciada en Canadá. Pero lo más importante son los hechos porque si uno lo dice pero no lo hace, no sirve para nada.
¿Qué consejos daría a aquellos emprendedores que quieren iniciar un proyecto empresarial en Canadá?
Como empresa chica nunca vas a alcanzar las eficiencias a gran escala de las industrias y como tal hay que saber concentrarse en esos espacios de negocio donde las empresas grandes nos somos buenos. Tenemos burocracia, pese a que la intentamos reducir todo el tiempo porque el consumidor no tiene por qué pagar por ello. Existen administradores, proyectos, juntas y todo eso se enfrenta a la velocidad de los emprendedores, con lo cual yo les recomendaría que fueran siempre conscientes de que ellos son mucho más ágiles que los empresarios grandes. Ellos pueden ser mucho más eficientes por tamaño y esa agilidad se puede traducir en un éxito más rápido.
Si están cerca de los clientes, entienden lo que necesitan, regresa por la noche y modifican sus procesos para atenderles mejor, eso hará que las empresas grandes no podamos seguirles el paso. Es más importante ser veloz que ser grande, las vida es del ágil, no del fuerte. Y por último les diría que acompañen sus esfuerzos de negocio con un aporte social. En Canadá es muy importante la solidaridad sobre causas nobles. Hacer propia la causa justa ajena hará que los canadienses valoren mejor sus empresas.