«Llamar a García Márquez ‘genio’ es un atajo que oculta su formidable capacidad de sacrificio y disciplina»

La historiadora de arte y escritora argentina-canadiense Luciana Erregue conversa con el profesor Álvaro Santana Acuña, comisario de la exposición “Gabriel García Márquez: la creación de un escritor global”.

García Márquez
Álvaro Santana Acuña es el comisariado de la exposición «Gabriel García Márquez: la creación de un escritor global».

Un coloquio virtual acerca de la exposición bilingüe (español e inglés) sobre el cincuentenario de Cien años de soledad, titulada «Gabriel García Márquez: la creación de un escritor global», llamó mi atención y me animó a conversar con el doctor Álvaro Santana Acuña (PhD Universidad de Harvard, 2014), profesor de Sociología en Whitman College.

Gracias a una Ransom Center Fellowship Santana tuvo la oportunidad de asumir el comisariado de esta muestra que se inauguró en febrero de este año en Austin. La pandemia obligó a clausurarla temporalmente aunque ahora se puede ver una parte de la misma a través de la página web del Ransom Center. También se puede acceder a más de 27000 imágenes del archivo de García Márquez.

¿Cuéntanos un poco sobre tu trabajo como investigador, y sobre cómo surgió la oportunidad de comisariar la exposición “Gabriel García Márquez: la creación de un escritor global” en el Ransom Center de la Universidad de Texas en Austin?

Soy historiador y sociólogo, pero el que investigue sobre García Márquez se lo debo a la lluvia. Porque fui mojado por un aguacero que duraba días, como el que llovió sobre la aldea de Macondo en Cien años de soledad, cuando tuve la idea de escribir mi libro Ascent to Glory, que es una biografía de la novela más famosa del escritor colombiano. Hacer la investigación para ese libro me llevó hasta el archivo personal de García Márquez que está en el Ransom Center. Allí se interesaron por mi investigación y me invitaron a comisariar la primera exposición sobre García Márquez basada en documentos originales y desconocidos de su archivo personal.

¿Cuáles fueron a grandes rasgos las principales decisiones curatoriales que debiste tomar en cuenta y quiénes te acompañaron en el proceso de selección de los objetos de la exhibición?

El archivo de García Márquez tiene más de setenta cajas, con miles de fotos, cartas, álbumes de recortes de prensa, objetos y manuscritos de casi todos sus libros. Por ejemplo, del manuscrito de su última novela Memoria de mis putas tristes hay 18 versiones. Ante semejante riqueza y variedad de materiales, qué seleccionar era el mayor reto. Además, la exposición es biográfica y tiene que tratar por igual, sin desequilibrios ni lagunas, cada parcela de la vida y la carrera del escritor. Para lograrlo, conté con el excelente equipo del Ransom Center, liderado por Cathy Henderson, y con la gestora cultural Jenny Rodríguez Peña.

Soy historiador y sociólogo, pero el que investigue sobre García Márquez se lo debo a la lluvia. Porque fui mojado por un aguacero que duraba días, como el que llovió sobre la aldea de Macondo en Cien años de soledad, cuando tuve la idea de escribir mi libro Ascent to Glory, que es una biografía de la novela más famosa del escritor colombiano.

¿Cómo decidiste estructurar la exposición?  

Resolví dividir la muestra en siete secciones. Las tres primeras son las más biográficas, pues abarcan la infancia y la carrera de García Márquez hasta llegar a Ciudad de México cuando tenía treinta y pocos años. La cuarta sección reconstruye con documentos nunca vistos la creación de Cien años de soledad. Las siguientes tres secciones son más transversales. La quinta enseña con detalle cómo escribía García Márquez, mostrando los manuscritos de Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera y otras obras célebres. La sexta sección trata sobre García Márquez como activista político y cultural en favor de una América Latina unida. Y la última sección es sobre la consagración del escritor global, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982. 

Foto: Pete Smith / Harry Ransom Center

¿Cómo influyó el hecho de que la exhibición fuera bilingüe, en español e inglés?

Saber que la exposición sería bilingüe fue un reto añadido, porque había que lograr un equilibrio entre ambas lenguas. Por un lado, mostrar importantes documentos escritos en español y, por otro lado, informar de modo ameno al público angloparlante. De ahí que prestásemos atención al emplazamiento de los documentos visuales y que hiciésemos un trabajo generoso y minucioso en las etiquetas descriptivas para que el visitante que no sabe español pudiese disfrutar la exposición como si hablase esa lengua.

¿Qué te gustaría que el público “se lleve a la casa”?

Los visitantes van a ver con sus propios ojos lo difícil y exigente que es la creación artística. Llamar a alguien como García Márquez “genio” es en realidad un atajo que nos oculta su formidable capacidad de sacrificio y disciplina para crear obras literarias de excelente calidad. El talento y un poco de suerte siempre ayudan. Pero sin el trabajo duro, ni el talento florece ni la suerte acompaña al creador. En manuscritos como Del amor y otros demonios se puede ver que García Márquez suprimió un párrafo muy hermoso porque no permitía que la narración avanzase. Para él era necesario que cada palabra, cada frase, cada párrafo lograse el efecto de hipnotizar al lector y hacerlo pasar a la siguiente página.

Como docente de museo en otra vida no muy lejana, me interesa saber cuál fue el proceso de entrenamiento de quienes estaban encargados de construir ese puente entre la exhibición y el público.

El entrenamiento de los guías o “docents” fue una de las experiencias más bonitas para mí. Una semana antes de la apertura, ofrecí visitas guiadas en inglés y español con grupos de guías. Ellos son una parte fundamental de la experiencia del público, porque comunican al visitante historias, ideas y anécdotas que no siempre se pueden plasmar en una etiqueta junto al objeto.

Cuaderno de anotaciones de Gabriel García Márquez que forma parte de la exposición. Foto: Harry Ransom Center

Entrando en el tema de la exhibición en sí, te he escuchado hablar de los “gatekeepers” como un componente de la exhibición, ¿qué arrojó tu investigación al respecto y cómo el “gatekeeping” contribuyó a la etiqueta del “Boom Latinoamericano”?

El gatekeeper es la persona que custodia el acceso a algo vedado al resto. Ese gatekeeper puede ser desde el portero de un exclusivo club hasta un miembro del comité del Premio Nobel de Literatura. En su papel de guardián, el gatekeeper decide quién entra y quién no, siguiendo órdenes precisas. Esto les pasó a numerosos escritores durante los años del Boom Latinoamericano. “¿Qué has escrito? ¿Tienes agente? ¿Quiénes son tus influencias literarias? ¿Qué es para ti América Latina? ¿Qué piensas de la Revolución cubana?” Escritores, editores y críticos que actuaban como gatekeepers de la literatura latinoamericana hacían estas y otras preguntas para filtrar quiénes reunían los requisitos para ser etiquetados y promocionados como autores del Boom. García Márquez fue uno de esos elegidos por su trayectoria y potencial.

Respecto al panorama literario actual, ¿cómo ves el tema del “gatekeeping” en la literatura de las Américas y en cuanto a la literatura en español o portugués traducida a otros idiomas?

El gatekeeping, como proceso de selección de autores y obras, no ha cambiado mucho respecto a los tiempos de Boom. Lo que sí ha cambiado, y bastante, son los mecanismos para realizar la selección, por ejemplo, la influencia de las redes sociales. En la actualidad, hay “influencers” que rivalizan en prestigio con famosos críticos literarios. Lo cierto es que existe una mayor diversidad de gatekeepers en la literatura, y eso está creando un panorama literario actual rico y fragmentado.

No me sorprendería que la exposición venga a Canadá, donde es un autor muy popular y donde el realismo mágico echó raíces propias desde muy temprano con obras como The Invention of the World de Jack Hodgins.

¿Cómo trata la exhibición el tema del Boom? Me gustaría que nos contaras cómo articulaste las relaciones de García Márquez con otros escritores latinoamericanos, en particular, y disculpa la parcialidad, con Borges y Cortázar.

El éxito inicial de García Márquez con Cien años de soledad está unido al del Boom de la literatura latinoamericana. La mayoría de los objetos de la exposición sobre el Boom están en la sección tres. Junto a documentos, fotos y obras de José Donoso, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes, hay por supuesto otros de Jorge Luis Borges y Julio Cortázar. De Borges se muestra el manuscrito de su relato “Los Rivero”, una historia que tiene parecidos asombrosos con la familia Buendía. Y de Cortázar se exhibe el manuscrito de su obra más conocida, Rayuela, apenas a cinco pasos de donde está el manuscrito de Cien años de soledad. Nunca jamás los manuscritos de dos de las obras cumbre de la literatura latinoamericana habían estado juntos en una misma sala. Ya el verlos tan cerca es razón suficiente para visitar esta exposición.

Foto: Chad Wadsworth / Harry Ransom Center

En cuanto al futuro de la exposición, ¿cuáles son los próximos pasos y en algún momento, podría llegar la muestra a visitar Canadá?

Si la pandemia de la Covid-19 lo permite, la exposición viajará en 2021 al Museo de Arte Moderno de Ciudad de México. Existe también interés para que viaje a Francia, España y, sin duda, a Colombia, país natal de García Márquez. No me sorprendería que la exposición venga a Canadá, donde es un autor muy popular y donde el realismo mágico echó raíces propias desde muy temprano con obras como The Invention of the World de Jack Hodgins.

Finalmente, ¿cómo se puede presenciar?

La exposición se inauguró el 1 de febrero de 2020. Pero cuando batía todos los récords, con casi 8000 visitantes en 5 semanas, tuvo que cerrar. Hasta que no mejoren las circunstancias de la pandemia, ahora mismo, se puede ver una parte de la exposición en línea en la página del Ransom Center y también se puede acceder a más de 27.000 imágenes del archivo de García Márquez.


Compartir: