Es momento de asumir que la Navidad será diferente, señalan los expertos

La autoridades epidemiológicas y sanitarias advierten de que las celebraciones festivas estarán sometidas a numerosas restricciones por culpa de la COVID-19.

Navidad en Toronto
Imagen del tradicional mercado navideño del Destillery District de Toronto. Foto: Nadine Shaabana en Unsplash

Parece un hecho que este año la Navidad será diferente, llena de restricciones para las reuniones familiares, las compras y celebraciones clásicas como los desfiles de Santa Claus. Los expertos advierten a estas alturas, cuando apenas quedan dos meses para las fiestas navideñas, que serán días de nuevos sacrificios. Unas celebraciones marcadas por la COVID-19.

Aunque el primer ministro Justin Trudeau, el subdirector de salud pública de Canadá, Howard Njoo, y el primer ministro de Quebec, Francois Legault, todavía consideran que con nuevos esfuerzos en las próximas semanas se puede llegar a salvar la Navidad, ese optimismo no es compartido por buena parte de la comunidad científica y sanitaria.

Las dos corrientes, la optimista y la pesimista, que conviven desde hace meses en relación con el virus, han colisionado estrepitosamente en los últimos días con declaraciones que parecen observar realidades contrapuestas.

Un virus de dos velocidades

Así lo ha manifestado a The Canadian Press, Andrew Morris, médico del Hospital Mount Sinai de Toronto, quien considera que “necesitamos poder decir cuándo hay incertidumbre, pero tampoco podemos tener comentarios como (el lunes) en la conferencia de prensa provincial, cuando el ministro de salud de Ontario dijo que hay algunos indicios de que las cosas están disminuyendo (en los puntos calientes de Ontario). Esa es información muy engañosa y todo lo que hace es sembrar dudas en el público”, advierte.

Este miércoles el primer ministro de Ontario, Doug Ford, contrarrestó las sombrías perspectivas de la Navidad al señalar que «la gente se cansa, pero tengo que darles esperanza».

Sin embargo, Morris considera que este tipo de mensajes, que establecen además plazos de incierto cumplimiento, pueden generar grandes expectativas en la ciudadanía que, al verse incumplidas, derivarán en frustración y mayor ansiedad.

El experto en enfermedades epidemiológica entiende que es desaconsejable imponer un cronograma a las victorias esperadas, recordando que continúan muchas incertidumbres que hacen que sea difícil predecir cómo serán las infecciones en diciembre.

También cuestiona qué tan precisos eran los datos ofrecidos por el gobierno de Ontario y señaló que continúa escuchando los problemas de muchas personas que esperan días para una prueba, un problema que hace que sea «casi imposible» controlar la propagación del COVID-19.

Se esperan cifras más altas de infectados

En este sentido, Morris señala a The Canadian Press que le sorprendería que “dentro de seis semanas no estuviéramos viendo picos altos de infección”. Las temperaturas más frías y los días más cortos han coincidido con una creciente frustración pública por meses de agitación económica, escolar y social, que en las últimas semanas se ha intensificado hasta registrarse casos de desafío absoluto a las directivas de salud pública.

El primer ministro de Manitoba y el jefe provincial de salud pública dedicaron duras reprimendas esta semana a las personas infectadas que desobedecían abiertamente las reglas de contención. En Quebec un grupo de propietarios de gimnasios amenazó con desafiar las medidas de cierre prolongado impuestas por el gobierno provincial.

El primer ministro de Quebec, François Legault reconoció que la «gran mayoría» de los quebequenses ha cumplido con las pautas de salud pública, pero inmediatamente señaló que «no era suficiente» y que «las grandes fiestas de Navidad» eran poco probables si no se hacían mayores esfuerzos.

En esta misma línea se ha pronunciado también Trudeau, quien se mostró comprensivo con la frustración de los ciudadanos pero advirtió de que «a menos que tengamos mucho cuidado, es posible que no haya el tipo de reuniones familiares que queremos tener en Navidad».

Medidas claras y conductas ejemplares

«Para que las medidas de salud pública tengan éxito, los consejos deben ser claros y coherentes, y los políticos deben ser transparentes sobre el fundamento de las restricciones sociales», sostiene la epidemióloga de enfermedades infecciosas Ashleigh Tuite.

Muchos de los aspectos más destacados de la temporada navideña ya se han eliminado o es poco probable que se realicen, incluidos los bulliciosos mercados navideños, los desfiles de Santa Claus, las fotos con Santa en los centros comerciales, los habituales estrenos de películas, y los conciertos y actuaciones navideñas.

Pero eso no significa que la Navidad esté cancelada, dice el economista de salud y analista de políticas Peter Berman, de la Universidad de Columbia Británica, quien sugiere que una celebración casi normal podría ser posible en las regiones menos afectadas.

De la misma manera que muchos canadienses encontraron formas de celebrar un Día de Acción de Gracias reducido y ahora están modificando la manera de celebrar Halloween, Berman alienta a las personas a enfocarse en aceptar una nueva realidad.

“Probablemente deberíamos centrar nuestra atención no tanto en lamentarnos de que no tendremos la Navidad a la que todos estamos acostumbrados, sino en pensar: ‘¿Cómo podemos aprovechar al máximo la que vamos a tener juntos?” afirma.

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