Canadá, el multiculturalismo y el miedo al otro

El autor habla de los desafíos a los que se enfrenta el inmigrante cuando llega a un país como Canadá, que tiene en la multiculturalidad una de sus principales señas de identidad. Aprender a convivir con el otro y desprenderse de los prejuicios es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad canadiense, en permanente crecimiento y transformación.

Se sabe que el miedo al otro es el combustible que atiza todos los nacionalismos.

Al principio te dedicas a buscar sombras, sombras de tu propio pasado que te aporten las certezas extraviadas en el nuevo país. Buscas en realidad un lugar en el que reconocerte o un simple síntoma de que tu existencia es real. Lo agarras en una etiqueta escrita en español en el supermercado, en una conversación entre argentinos cazada al vuelo en la cola del Go-Train o en el niño que lleva la camiseta del Barça. Cualquier cosa vale.

Con el paso de los meses y de los años aquellos pequeños detalles devienen paisanaje y pierden la capacidad de sorpresa, se vuelven fruslerías porque ya no interesa tanto estar como ser. En el momento exacto en el que uno es consciente de que empieza a mimetizarse en la nueva sociedad es cuando asimila el hecho de la emigración, nunca antes. El día en que asista perplejo a su propia transformación estará indicado por un suceso revelador, de esos que inauguran un nuevo tiempo: se habrá quitado los ropajes de la ignorancia porque, como escribía Xoan Tallón, “los prejuicios son los mayores proveedores de ignorancia”. Y comenzará a entender todo.

Verá a partir de entonces derrumbarse ante sus narices el edificio en el que había habitado caliente y confiado en el pasado; con sus miedos y sus creencias, con sus certezas y con sus dudas, con sus lugares comunes y sus fobias, con sus mierdas y sus seguridades incluidas. El que emigra tiene que estar dispuesto a quedarse en calzoncillos en el camino, como si fuera asaltado por una banda de cuatreros en mitad del bosque sin más salida que la plomiza y vergonzosa rendición.

Pero esta desnudez no nos volverá pudorosos y ridículos. Bien al contrario nos proporcionará cierto placer y calidez, un regocijo casi lascivo y prohibido que se emparenta con el hallazgo de nuestra propia reinvención, un asunto que merece todos los honores. Nunca se acaba de entender el país de acogida y sus costumbres pero tampoco existe la obligación, que demandaría una renuncia en toda regla. Basta con aceptar la convivencia con “el otro” como un trabajo que sólo exige civismo, incompatible con el miedo. Se sabe que el miedo al otro es el combustible que atiza todos los nacionalismos, a veces incluso en Canadá.

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Juan Gavasa
xquadramedia.com, juangavasajournalist.wordpress.com | Contactar
Journalist, entrepreneur, writer and Spanish publisher with more than twenty-five years of experience in the field of communications: radio, print and digital. He is a founding member of Lattin Magazine and co-founder of XQuadra Media, a Toronto-based communications startup dedicated to developing creative and strategic content. He has been Editor-in-Chief of PanamericanWorld, a bilinual online information platform created in Toronto with the aim of establishing links between Canada and the Americas. In 1996, he co-founded the communication company Pirineum Multimedia in Spain, dedicated to the development of communication strategies, management of communication projects for private and public companies, web development, cultural events and publishing and advertising production. He specializes in editorial management and is the author, co-author and coordinator of more than twenty books and travel guides.