El himno de Canadá ya es para todos y todas… ¿Y los de América Latina?

El Senado canadiense acaba de aprobar un cambio histórico en la letra del himno nacional, con el fin de hacerlo más inclusivo y evitar la discriminación de género. La frase que se refería a los «hijos» ha sido reemplazada por otra en la que se habla de «nosotros» («in all thy sons command» es ahora «in all of us command»). ¿Sería posible un debate similar en torno a los himnos de los países latinoamericanos de habla hispana?

Banderas de los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la sede del organismo en Washington, EE UU. Foto: Fernanda LeMarie / Cancillería de Ecuador (CC)

Después de meses de acalorado debate, el Senado canadiense acaba de aprobar una versión sin género del himno nacional, O Canada, en la que, en su letra en inglés, se modifica el párrafo que se refiere a los «hijos», reemplazando el término por la forma neutral de «nosotros». Así pues, donde antes decía «in all thy sons command», ahora dirá «in all of us command».

La reforma del himno nacional fue aprobada en una votación en la noche del pasado 31 de diciembre, con la oposición de los senadores del Partido Conservador.

En el pasado se había intentado cambiar en doce ocasiones la letra del himno nacional para hacerlo más incluyente, con la sustitución de la referencia a los «hijos» de la nación por un término que englobase también a las canadienses. Hasta ahora, sin embargo, las reformas no habían recibido el suficiente apoyo en la Cámara Baja (Senado) del Parlamento.

El Partido Conservador se opuso a la reforma del himno por considerar que el cambio no había sido consultado con la población canadiense y que el nuevo himno ha sido decidido «por un par de senadores», informó la agencia Efe.

[perfectpullquote align=»right» bordertop=»false» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»»]El Partido Conservador se opuso a la reforma del himno por considerar que el cambio no había sido consultado con la población canadiense[/perfectpullquote]

El nuevo himno será oficial una vez que la gobernadora general de Canadá, Julie Payette, que ejerce como jefa del Estado en representación de la reina Isabel II de Inglaterra, estampe su firma en la ley que modifica la letra de O Canada.

La anterior versión de O Canada, himno oficial del país desde 1980, incluía la frase «infunde verdadero amor patrio en todos tus hijos», que ahora ha sido sustituida por «infunde verdadero amor patrio en todos nosotros». En la versión en francés nunca existió una alusión al género en la polémica estrofa, como tampoco la había en la versión inicial inglesa, hasta que en 1913 se introdujo la frase «True patriot love in all thy sons command».

Horas después de que el cambio fuera aprobado, varios legisladores canadienses se reunieron para cantar la nueva letra del himno nacional, ahora neutral en su expresión de género.

La reforma aprobada hace unas semanas había sido propuesta por el diputado del Partido Liberal Mauril Bélanger en mayo de 2016, y, pese a no ser más que un pequeño cambio, refleja, según sus defensores, los valores propios de una sociedad moderna e igualitaria como la canadiense de principios del siglo XXI. Posee, además, una enorme carga simbólica, ya que adapta a la realidad social de 2017 un texto que fue escrito a finales del siglo XIX.

Los himnos latinoamericanos

El ejemplo canadiense invita a hacer comparaciones con los himnos de otros países y, en concreto, con los de América Latina: ¿Sería posible este debate en la región?

La mayoría de los himnos de las naciones latinoamericanas surgieron después de la independencia de España y, por lo tanto, comparten una misma idea de liberación, valor y sacrificio.

En general, sus letras son un canto a la libertad, a la lucha contra el yugo opresor del conquistador, al valor en la batalla y a la valentía del pueblo. Están cargadas, además, de un intenso nacionalismo y de exaltación del patriotismo.

Las referencias bélicas introducen en muchos de estos himnos alusiones directas a la bravura de los soldados, los hombres o los hijos de la patria, sin alusiones a la mujer.

En cualquier caso, al debate habría que añadir una de las singularidades del idioma español cada vez más desafiadas (especialmente desde el feminismo), según la cual el género no marcado es el masculino (sirve para designar a los individuos del sexo masculino y a toda la especie sin distinción de sexos), y el género marcado es el femenino (solo sirve para asignar el género femenino, tanto en singular como en plural).

A continuación, todos los himnos de los países latinoamericanos de habla hispana, con sus letras. Hemos destacado en negrita algunos fragmentos que podrían tal vez ser susceptibles de cambios para, usos gramaticales aparte, ser más inclusivos. Se muestran tan solo las partes de los himnos que suelen cantarse (las versiones oficiales de muchos de ellos son más largas), y se omiten las estrofas repetidas (coros y estribillos).

Argentina

¡Oíd, mortales!, el grito sagrado:
¡libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas;
ved en trono a la noble igualdad.
¡Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡al gran pueblo argentino, salud!
Y los libres del mundo responden:
¡al gran pueblo argentino, salud!
Y los libres del mundo responden:
¡al gran pueblo argentino, salud!
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
Coronados de gloria vivamos,
¡o juremos con gloria morir!

Bolivia

Bolivianos el hado propicio
coronó nuestros votos y anhelos,
es ya libre, ya libre este suelo,
ya cesó su servil condición.
Al estruendo marcial que ayer fuera
y al clamor de la guerra horroroso
siguen hoy, en contraste armonioso,
dulces himnos de paz y de unión.
De la patria el alto nombre
en glorioso esplendor conservemos
y en sus aras de nuevo juremos
¡Morir antes que esclavos vivir!
Loor eterno a los bravos guerreros
Cuyo heroico valor y firmeza
Conquistaron las glorias que empieza
Hoy Bolivia feliz a gozar
Que sus nombres el mármol y el bronce
A remotas edades transmitan
Y en sonoros cantares repitan:
¡Libertad, libertad, libertad!
Aquí alzó la justicia su trono
Que la vil opresión desconoce
Y en su timbre glorioso legose
¡Libertad, libertad, libertad!
Esta tierra inocente y hermosa
Que ha debido a Bolívar su nombre
Es la patria feliz donde el hombre
Goza el bien de la dicha y la paz.
Si extranjero poder algún día,
Sojuzgar a Bolivia intentare
A destino fatal se prepare
Que amenaza soberbio agresor.
Que los hijos del grande Bolívar
Han ya mil y mil veces jurado
Morir antes que ver humillado
de la patria el Augusto Pendón

Chile

Puro, Chile, es tu cielo azulado,
puras brisas te cruzan también,
y tu campo de flores bordado
es la copia feliz del Edén.
Majestuosa es la blanca montaña
que te dio por baluarte el Señor,
y ese mar que tranquilo te baña
te promete futuro esplendor.
Dulce Patria, recibe los votos
con que Chile en tus aras juró
que o la tumba serás de los libres
o el asilo contra la opresión.

Colombia

¡Oh, gloria inmarcesible!
¡Oh, júbilo inmortal!
¡En surcos de dolores
El bien germina ya!
¡Cesó la horrible noche!
La libertad sublime
Derrama las auroras
De su invencible luz.
La humanidad entera,
Que entre cadenas gime,
Comprende las palabras
Del que murió en la cruz.

Costa Rica

¡Noble patria!, tu hermosa bandera
expresión de tu vida nos da;
bajo el límpido azul de tu cielo
blanca y pura descansa la paz.
En la lucha tenaz, de fecunda labor,
que enrojece del hombre la faz;
conquistaron tus hijos – labriegos sencillos –
eterno prestigio, estima y honor,
¡Salve, oh tierra gentil!
¡Salve, oh madre de amor!
Cuando alguno pretenda tu gloria manchar,
verás a tu pueblo, valiente y viril,
la tosca herramienta en arma trocar.
¡Salve, oh patria!, tu pródigo suelo
dulce abrigo y sustento nos da;
bajo el límpido azul de tu cielo,
¡vivan siempre el trabajo y la paz!

Cuba

Al combate corred bayameses,
que la patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa
que morir por la patria ¡es vivir!
En cadenas vivir, es vivir.
En afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido,
a las armas valientes corred!

Ecuador

¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria,
gloria a ti! Ya tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que atónito el mundo
vio en tu torno a millares surgir.

El Salvador

Saludemos la patria orgullosos
De hijos suyos podernos llamar;
Y juremos la vida animosos,
Sin descanso a su bien consagrar.
De la paz en la dicha suprema,
Siempre noble soñó El Salvador;
Fue obtenerla su eterno problema,
Conservarla es su gloria mayor.
Y con fe inquebrantable el camino
Del progreso se afana en seguir
Por llenar su grandioso destino,
Conquistarse un feliz porvenir.
Le protege una férrea barrera
Contra el choque de ruin deslealtad,
Desde el día que en su alta bandera
Con su sangre escribió: ¡Libertad!

Guatemala

¡Guatemala feliz…! que tus aras
no profane jamás el verdugo;
ni haya esclavos que laman el yugo
ni tiranos que escupan tu faz.
Si mañana tu suelo sagrado
lo amenaza invasión extranjera,
libre al viento tu hermosa bandera
a vencer o a morir llamará.
Libre al viento tu hermosa bandera
a vencer o a morir llamará;
que tu pueblo con ánima fiera
antes muerto que esclavo será.
De tus viejas y duras cadenas
tú forjaste con mano iracunda,
el arado que el suelo fecunda
y la espada que salva el honor.
Nuestros padres lucharon un día
encendidos en patrio ardimiento,
y lograron sin choque sangriento
colocarte en un trono de amor.
Y lograron sin choque sangriento
colocarte en un trono de amor,
que de patria en enérgico acento
dieron vida al ideal redentor.
Es tu enseña pedazo de cielo
en que prende una nube su albura,
y ¡ay! de aquel que con ciega locura
sus colores pretenda manchar.
Pues tus hijos valientes y altivos,
que veneran la paz cual presea,
nunca esquivan la ruda pelea
si defienden su tierra y su hogar.
Nunca esquivan la ruda pelea
si defienden su tierra y su hogar,
que es tan sólo el honor su alma idea
y el altar de la patria su altar.
Recostada en el Ande soberbio,
de dos mares al ruido sonoro,
bajo el ala de grana y de oro
te adormeces del bello quetzal.
Ave indiana que vive en tu escudo,
paladión que protege tu suelo;
¡ojalá que remonte su vuelo,
más que el cóndor y el águila real!
¡Ojalá que remonte su vuelo,
más que el cóndor y el águila real!
y en sus alas levante hasta el cielo,
Guatemala, tu nombre inmortal.

Honduras

Tu bandera es un lampo de cielo
por un bloque de nieve cruzado;
y se ven en su fondo sagrado
cinco estrellas de pálido azul;
en tu emblema, que un mar rumoroso
con sus ondas bravías escuda,
de un volcán, tras la cima desnuda,
hay un astro de nítida luz.
Por guardar ese emblema divino
marcharemos ¡Oh patria! a la muerte;
generosa será nuestra suerte
si morimos pensando en tu amor.
Defendiendo tu santa bandera,
y en tus pliegues gloriosos cubiertos,
serán muchos, Honduras, tus muertos,
pero todos caerán con honor.

México

Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón;
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
Ciña ¡Oh, Patria! tus sienes de oliva
de la paz el arcángel divino,
que en el cielo tu eterno destino
por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡Oh, Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio.
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la patria manchar los blasones!,
¡guerra, guerra! los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
¡Guerra, guerra! en el monte, en el valle,
los cañones horrísonos truenen
y los ecos sonoros resuenen
con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!
Antes, Patria, que inermes tus hijos
bajo el yugo su cuello dobleguen,
tus campiñas con sangre se rieguen,
sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
se derrumben con hórrido estruendo,
y sus ruinas existan diciendo:
de mil héroes la Patria aquí fue.
¡Patria! ¡Patria!, tus hijos te juran
exhalar en tus aras su aliento,
si el clarín con su bélico acento
los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva!
¡Un recuerdo para ellos de gloria!
¡Un laurel para ti de victoria!
¡Un sepulcro para ellos de honor!

Nicaragua

Salve a ti, Nicaragua. En tu suelo
ya no ruge la voz del cañón,
ni se tiñe con sangre de hermanos
tu glorioso pendón bicolor.
Brille hermosa la paz en tu cielo
nada empañe tu gloria inmortal,
que el trabajo es tu digno laurel
y el honor es tu enseña triunfal.

Panamá

Alcanzamos por fin la victoria
en el campo feliz de la unión;
con ardientes fulgores de gloria
se ilumina la nueva nación.
Es preciso cubrir con un velo
del pasado el calvario y la cruz;
y que adorne el azul de tu cielo
de concordia la espléndida luz.
El progreso acaricia tus lares
al compás de sublime canción;
ves rugir a tus pies ambos mares
que dan rumbo a tu noble misión.
En tu suelo cubierto de flores,
a los besos del tibio terral,
terminaron guerreros fragores;
sólo reina el amor fraternal.
Adelante la pica y la pala,
al trabajo sin más dilación;
y seremos así prez y gala,
de este mundo feraz de Colón.

Paraguay

A los pueblos de América, infausto,
Tres centurias un cetro oprimió;
Mas, un día, soberbia surgiendo,
¡Basta!… dijo, y el cetro rompió.
Nuestros padres, lidiando grandiosos,
Ilustraron su gloria marcial;
Y trozada la augusta diadema,
Enalzaron el gorro triunfal.
Paraguayos, ¡República o muerte!,
Nuestro brío nos dio libertad;
Ni opresores, ni siervos alientan,
Donde reinan unión e igualdad.

Perú

Somos libres, seámoslo siempre
y antes niegue sus luces el Sol,
que faltemos al voto solemne
que la Patria al Eterno elevó.
En su cima los Andes sostengan
la bandera o pendón bicolor,
que a los siglos anuncie el esfuerzo
que ser libres, por siempre nos dio.
A su sombra vivamos tranquilos,
y al nacer por sus cumbres el Sol,
renovemos el gran juramento
que rendimos al Dios de Jacob.

República Dominicana

Quisqueyanos valientes, alcemos
Nuestro canto con viva emoción,
Y del mundo a la faz ostentemos
Nuestro invicto glorioso pendón.
¡Salve! el pueblo que, intrépido y fuerte,
A la guerra a morir se lanzó,
Cuando en bélico reto de muerte
Sus cadenas de esclavo rompió.
Ningún pueblo ser libre merece
Si es esclavo indolente y servil;
Si en su pecho la llama no crece
Que templó el heroísmo viril,
Mas Quisqueya la indómita y brava
Siempre altiva la frente alzará;
Que si fuere mil veces esclava
Otras tantas ser libre sabrá.
Que si dolo y ardid la expusieron
De un intruso señor al desdén,
¡Las Carreras! ¡Beller!, campos fueron
Que cubiertos de gloria se ven.
Que en la cima de heroíco baluarte
De los libres el verbo encarnó,
Donde el genio de Sánchez y Duarte
A ser libre o morir enseñó.
Y si pudo inconsulto caudillo
De esas glorias el brillo empañar,
De la guerra se vio en Capotillo
La bandera de fuego ondear.
Y el incendio que atónito deja
De Castilla al soberbio León,
De las playas gloriosas le aleja
Donde flota el cruzado pendón.
Compatriotas, mostremos erguida
Nuestra frente, orgullosos de hoy más;
Que Quisqueya será destruida
Pero sierva de nuevo, ¡jamás!
Que es santuario de amor cada pecho
Do la patria se siente vivir;
Y es su escudo invencible: el derecho;
Y es su lema: ser libre o morir.
¡Libertad! que aún se yergue serena
La Victoria en su carro triunfal,
Y el clarín de la guerra aún resuena
Pregonando su gloria inmortal.
¡Libertad! Que los ecos se agiten
Mientras llenos de noble ansiedad
Nuestros campos de gloria repiten
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!

Uruguay

¡Orientales, la Patria ó la tumba!
¡Libertad ó con gloria morir!
Es el voto que el alma pronuncia,
Y que heróicos sabremos cumplir.
Libertad, libertad Orientales!
Este grito a la Patria salvó
Que a sus bravos en fieras batallas
De entusiasmo sublime inflamó.
De este don sacrosanto la gloria
Merecimos ¡Tiranos temblad!
Libertad en la lid clamaremos,
Y muriendo, también libertad!

Venezuela

Gloria al bravo pueblo
que el yugo lanzó,
la ley respetando,
la virtud y honor.
¡Abajo cadenas!
gritaba el señor,
y el pobre en su choza
libertad pidió.
A este santo nombre
tembló de pavor
el vil egoísmo
que otra vez triunfó.
Gritemos con brío:
¡Muera la opresión!
Compatriotas fieles,
la fuerza es la unión;
y desde el Empíreo
el Supremo Autor
un sublime aliento
al pueblo infundió.
Unida con lazos
que el cielo formó,
la América toda
existe en Nación;
y si el despotismo
levanta la voz,
seguid el ejemplo
que Caracas dio.

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