La obra de Banksy toma Toronto por partida doble… y con polémica

Toronto acoge este mes dos exposiciones muy distintas con las obras emblemáticas del mítico artista y activista grafitero Banksy, una gran oportunidad para disfrutarlas ‘en directo’, pero envuelta, también, en controversia: ¿tiene sentido el arte callejero fuera de su contexto original, o, como en uno de los casos, pagando una entrada?

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La Rata de Haight Street, de Banksy, expuesta en Yorkville Village, en Toronto. Foto: Lattin Magazine

La coincidencia en Toronto durante este mes de junio de dos exposiciones de la obra de Banksy es una magnífica ocasión para ver ‘en directo’ las creaciones del mítico artista callejero y activista británico, pero ha levantado también cierta polémica. Por un lado, ninguna de las dos muestras está autorizada oficialmente por el artista; por otro, muchos fans del escurridizo y provocador maestro del stencil art, creador de emblemáticas imágenes como la niña y el globo rojo en forma de corazón, los monos que un día dominarán el mundo, o los dos policías fundidos en un tierno beso, ven como mínimo una contradicción que obras concebidas originalmente para ser contempladas en lugares públicos, en un espacio determinado y de forma gratuita, se exhiban fuera de contexto y rodeadas de tiendas de lujo en un caso, o pagando una entrada en el otro.

La primera exposición, titulada Saving Banksy (Salvando a Banksy), está compuesta por una sola obra, una de las más emblemáticas del artista. Se trata de la famosa Rata de Haight Street, cuyo original (es decir, la sección del muro donde fue pintada originalmente, en San Francisco) puede verse hasta el 11 de junio en el centro comercial de Yorkville Village, compartiendo espacio con tiendas de marcas como Chanel, Tiffany o Prada.

La obra, eso sí, puede contemplarse de forma gratuita, y en principio su exhibición cumple las condiciones impuestas por su ‘propietario’ (él se define más bien como «preservador») en todos los lugares que ha recorrido ya la muestra (Miami, Los Ángeles, la propia San Francisco): además de ser gratis y de estar abierta al publico en general, la exposición debe promover la importancia del arte callejero y la imagen de la pintura no puede ser comercializada.

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La Rata de Haight Street, en su ubicación original, en San Francisco. Foto: savethebanksy.com

La Rata de Haight Street fue pintada por Banksy en 2010 en el histórico barrio de Haight and Ashbury de San Francisco, durante las dos semanas que el artista estuvo trabajando en las calles de la ciudad californiana, con motivo del estreno de su documental Exit Through the Gift Shop (nominado al Óscar en 2011 a la mejor película documental, y ganador del Independent Spirit Awards en 2010, también a la mejor película documental). Desde la calle, los viandantes podían leer un mensaje («Aquí es donde marco la línea»), del que partía una línea roja hasta el edificio contiguo, donde estaba la pintura de la rata en sí, sosteniendo una especie de rotulador y ataviada con una gorra que recuerda a la del Che Guevara.

La gran mayoría de las obras que pintó Banksy durante aquella estancia en San Francisco fueron borradas, bien por los propietarios de los inmuebles donde las realizó, bien por las autoridades. La Rata, sin embargo, sobrevivió, y un coleccionista de arte, Brian Greif, decidió salvarla. Para ello, Greif pagó 40.000 dólares. No para comprarla, pues técnicamente no estaba en venta, sino para poder ‘arrancarla’, y preservarla. De hecho, y a pesar de que Greif ha tenido ofertas de hasta medio millón de dólares por la pintura, hasta ahora las ha rechazado todas, embarcándose, en su lugar, en esta especie de exposición itinerante. En la muestra de Yorkville Village, que cualquiera puede ver y fotografiar sin pagar un dólar, la obra está acompañada por paneles explicativos y por otros trabajos relacionados con el arte callejero.

La Rata de Haight Street es también el tema principal de un documental, producido por Netflix y titulado asimismo Saving Banksy, en el que el debate sobre la exhibición de arte callejero en contextos diferentes a sus espacios originales es, precisamente, uno de los asuntos fundamentales.

La segunda exposición es The Art of Banksy (el arte de Banksy), un gran evento que llega a Toronto precedido de una potente campaña publicitaria (los carteles anunciándola pueden verse desde hace semanas en muchas de las principales avenidas de la ciudad), y que mostrará, por primera vez en Norteamérica, más de 40 obras del artista, valoradas en unos 35 millones de dólares.

La exposición, no autorizada tampoco por el artista, ha sido comisariada a partir de diferentes colecciones privadas por Steve Lazarides, exagente del propio Banksy, con quien rompió profesionalmente en el año 2009. En este caso, además, la entrada no es gratuita. Cuesta 35 dólares (32,50 para estudiantes y seniors).

The Art of Banksy podrá verse en el 213 de Sterling Road durante cuatro semanas, tras haber pasado por ciudades como Melbourne, Amsterdam, Tel Aviv, Auckland y Berlín. La mayoría de las obras que forman la muestra fueron expuestas originalmente en algunas de las primeras exposiciones realizadas por el artista a principios de los años 2000, entre ellas, Turf Wars (Londres, 2003) y Barely Legal (Los Ángeles, 2006). La exposición incluye obras emblemáticas como Girl and Balloon, Laugh Now o Flag Wall.

‘Girl and Balloon’, de Banksy.

Activismo a pie de calle

Banksy, quien no ha aparecido nunca en público ni ha revelado jamás su identidad, es un pintor, artista callejero y activista social, considerado uno de los grafiteros políticos más importantes e influyentes del mundo.

Comenzó su obra en las calles de Bristol (Reino Unido), su ciudad natal, entre 1992 y 1994, y en el año 2000 organizó una exposición en Londres. Desde entonces, sus pintadas han aparecido en ciudades de todo el mundo y en lugares de gran significación política, como el muro construido por Israel en la Cisjordania ocupada.

Banksy es conocido asimismo por haberse introducido, disfrazado, en famosos museos de todo el mundo para colgar algunas de sus obras de manera clandestina, incluyendo la Tate Modern y el Museo Británico, en Londres, y el MOMA de Nueva York.

En su obra mezcla imágenes de una gran carga simbólica, jugando con el humor y recurriendo a menudo a los contrastes y las contradicciones del sistema capitalista occidental, en la línea del movimiento de denuncia de la publicidad y el consumismo encabezado por revistas como Adbusters.

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Una de las pocas obras originales de Banksy en Toronto, en Church St. y The Esplanade. Foto: Juan Gavasa / Lattin Magazine

  • The Art of Banksy
  • 213 Sterling Road
  • Del 13 de junio al 11 de julio
  • General: $35; estudiantes y seniors: $32.50
  • Más información y entradas
  • Saving Banksy
  • Yorkville Village (55 Avenue Rd.)
  • Del 6 al 11 de junio
  • Gratis
  • Más información
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Miguel Máiquez
miguelmaiquez.com | Contactar
Journalist, Lattin Magazine editorial board member, and former web editor at the Spanish newspaper 20 Minutos, where he also served as Chief Editor and contributed in-depth analysis of mainly international current affairs. He started his career —more than 25 years working as a journalist, editor and writer— at La Opinión de Murcia, and has also worked, among other media, at the Canadian newspaper El Popular. He runs a blog about the Middle East, and another blog with fiction stories. He is also a translator and a Spanish language teacher. In Toronto since 2007, he colaborates as a media advisor with several organizations in the Latin American community.